Cien personas podrían darte mil razones sobre el porqué eres un ser
humano maravilloso, pero esto podría dejarte sintiéndote muy vacio en el
interior.
Tienes que creer en tu grandeza por ti mismo. Nadie más puede hacerlo por ti.
Si tú no crees en la genialidad que Dios te entregó, ¿Quién lo hará?
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