miércoles, 30 de abril de 2014

MANIFESTAR NUESTROS SENTIMIENTOS

Aceptar nuestros sentimientos y manifestarlos
Cada vez que mentimos, a nosotros mismos o a los demás, respecto a nuestros verdaderos sentimientos, reprimimos un poco mas nuestro sistema inmunológico.
Arriesguese a decir “NO” cada vez que tiene claro que no quiere hacer algo. Si no lo tiene claro, pida un tiempo para pensar. “Aceptar una cosa” cuando su interior usted esta clamando “NO” es muy malo: desde luego, no va a disfrutar con eso. Y disculparse luego diciendo que lo hizo por educación, es una ofensa a su integridad.
Acepte sus sentimientos, cualesquiera que sean. Siempre tienen razón de ser. En vez de juzgarlos y reprimirlos, procure mas bien comprenderlos, viendo de que forma están intentando protegerle. Por ejemplo:
El enfado
El sentimiento que todos tenemos, en nosotros mismos y en los demás. Nunca suprima el enfado. Su función biológica es la de protegerlo: proteger su espacio, el sentimiento de su valía, sus posesiones: puede que, algún día, hasta su propia vida. Sin la capacidad de enfadarse, usted esta indefenso y desplazado. Si lo suprime, la adrenalina envenenara su cuerpo y reprimirá su sistema inmunológico.
Arriesguese a enfadarse con la persona con la que esta enfadado. No se acobarde ni haga el papel de víctima. Diga le directamente que esta enfadado y por que. No gaste su energia diciéndole como tiene que ser EL. Insista en decirle con todo detalle como se siente USTED. Tal vez la otra persona consiga comprender algo de si misma, por ejemplo, lo insensible que es, o tal vez no. Pero usted se sentirá muchísimo mejor.
Si por algún motivo es inadecuado, imposible o demasiado arriesgado manifestar su enfado directamente, digase a si mismo que tratara de resolver su enfado lo antes posible. Y, en cuanto pueda, procure sacar la energia del enfado físicamente de algún modo. Utilice todo su cuerpo y haga ruido.
El complejo de culpa.
Según la terapia de Gestalt, el complejo de culpa es el resentimiento vuelto hacia uno mismo. Es el sentimiento mas inútil y uno de los mas dañinos que podamos cultivar. De modo que, si usted se esta haciendo daño a si mismo con el complejo de culpa, hagase las siguientes preguntas: ¿A quien me gustaría golpear si pudiera? “¿Por que estoy enfadado con esa persona?” En la mayoría de los casos, descubrirá que usted esta inconscientemente enfadado porque de algún modo ha dejado que esa persona lo involucrara; lo manipulara, obligandolo a responder a sus exigencias, tal vez a hacerse responsable de ella.
Recupere su poder. La única persona de la que es responsable es de usted mismo. Y al hacerse cómplice del inútil juego de otra persona, usted no la ayuda a realizar su propio poder, sino que confirma el papel que se ha impuesto de víctima. Lo que tiene que hacer, en cambio, es animarla a asumir su propia responsabilidad y a realizar la elección que ha hecho y las elecciones que puede hacer. Y nunca, NUNCA debe ponerse usted por debajo ni dejar que nadie le haga sentirse culpable por ser quien es y por vivir como quiere, según el derecho que tiene por el simple hecho de haber nacido. No permita que la otra persona le imponga sus condiciones. Una pauta que puede seguir cuando se sienta realmente culpable es la “Plegaria de Gastalt”:
Tu eres tu y yo soy yo
No estoy en este mundo para realizar tus expectativas.Tu no estas en este mundo para cumplir conmigo.Yo estoy aquí para realizar mi misión.Tu estas aquí para realizar tu misión.En algunas cosas nos encontraremos, y será maravilloso.En otras no, y será lamentable.
Los celos
Otro sentimiento fuerte, al que juzgamos duramente. En realidad, los “celos” no existen. Si usted se concede a si mismo el espacio necesario para experimentarlos realmente, en vez de evitar sentir la desagradable agitación que tiene dentro, tanto si los admite como si los niega, encontrara enfado, miedo, vulnerabilidad, dolor… Para casi todo el mundo es mas fácil enfadarse que sentirse herido, vulnerable o asustado.
Reconocer su propio enfado, pero también reconocer la libertad de la otra persona de hacer lo que necesita hacer para si misma. Censurar nunca da resultado: lo único que provoca es la resistencia y el contraataque. En cambio, compartir con la otra persona su dolor, su vulnerabilidad y su miedo, sin tratar de manipularla ni censurarla, es inofensivo para ella y es muy probable que de ese modo consiga recuperar el amor perdido, retenerlo, o al menos tener una comunicación real, que es en realidad lo que necesita su niño interior.
El miedo.
Una manera para no dejar que el miedo nos controle y manipule es afrontarlo cara a cara. Como ocurre con todas las emociones, cuando nos proponemos experimentarlas en su totalidad desaparecen. Si usted se resist, si piensa que no tiene que ser así, si se censura a si mismo por sentir lo que siente, lo único que hace es fijarlo. La naturaleza de la energia es moverse, mudarse en otra cosa, y los sentimientos son energia. Es imposible seguir sintiendo lo mismo durante mucho tiempo, a no ser que usted quiera desprenderse de un sentimiento y lo este recreando continuamente.
Procure conocer su miedo. ¿Que se siente al estar asustado? ¿Donde “vive” el miedo en su cuerpo? ¿De que tiene usted miedo, concretamente? ¿Que es lo peor que podría ocurrirle? ¿Y que? Si usted se detiene en esta pregunta, “¿Y que?”, llegara a darse cuenta de que esa cosa tan catastrófica que usted espera, después de todo, es posible que en realidad no le asalte tan gravemente. Cuando usted mira de verdad al miedo a la cara, este se evapora, del mismo modo que la oscuridad se ilumina cuando llega la luz. Porque, al igual que la oscuridad, el miedo no tiene entidad en si mismo, sino que es ausencia del amor que tiene el niño interior, para quien una cosa así es como la muerte.

fuente: aqui

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