miércoles, 7 de mayo de 2014

EL PODER DE GANARSE LAS COSAS – Yehuda Berg

Según la Kabbalah, Dios dio nacimiento a este mundo oscuro y peligroso para que nosotros (no Dios) pudiéramos transformarlo en un paraíso lleno de Luz.
Esta situación no es diferente a un padre que construye una empresa de negocios multimillonaria. Su mayor dicha sería darle todo su negocio a su hijo; no obstante, si el padre hiciera esto, su hijo realmente no se sentiría como el verdadero dueño. No se sentiría profundamente realizado porque todo lo que tuvo simplemente le fue entregado. Él no se lo ganó.
Lo único que haría verdaderamente feliz a su hijo sería si él pudiera experimentar la dicha, realización y sentido de logro que viene con construir la empresa él mismo. Los kabbalistas llaman a este concepto “pan de la vergüenza”. Esta frase reconoce que todos prefieren ganarse el pan que comen en lugar de recibir una limosna. Una persona que se siente como un necesitado siente un profundo sentido de vergüenza. Nos sentimos realmente valiosos cuando ganamos nuestras propias recompensas a través de nuestro propio esfuerzo.
Esta es una idea simple, pero con implicaciones profundas; siendo la principal que el nivel de realización es directamente proporcional a la cantidad de trabajo que hacemos.

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