Ver nuestras imperfecciones es esencial para que crezcamos
espiritualmente. Pero si sólo nos juzgamos a nosotros mismos,
olvidaremos que la Luz del Creador está con nosotros, y nos
desconectaremos de nuestra meta.Imagina si un atleta se
deprimiera cada vez que su entrenador le dijera lo que necesita
mejorar. Nunca alcanzarían su mejor desempeño personal.Mientras estemos
vivos, la fuerza del Creador confiará en nosotros y nos empujará a
transformarnos en lo mejor que podemos ser al mostrarnos qué necesitamos
cambiar.
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