La crítica es uno de nuestros mayores bloqueos.
Alguna vez has escuchado a alguien decir: “No es por criticar, pero…”.
Sabemos que necesitamos dejar de criticar, así que intentamos endulzar nuestro juicio con palabras o expresiones bonitas.
Pero el truco es aceptar y admitir que eres crítico. Una vez que
estés consciente de ello, entonces puedes comenzar a cambiar tu estado
de la crítica a la observación imparcial.
Restringir nuestra negatividad no es suprimir nuestro comportamiento reactivo. Es superarlo.
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