Una de las herramientas con las cuales combatimos el Ego es abrirnos a
ser humillados. De esta forma, el ego se va de paseo y la Luz de
nuestra alma, que usualmente permanece cubierta por el ego, logra
brillar.
¡Dale la bienvenida a la humillación! Te ayuda a ver la Luz dentro de quien eres en realidad.
Los momentos embarazosos son justamente los momentos de cambio acelerado.
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