Muchos de nosotros pensamos que la libertad es poder hacer lo que
queramos, pero la verdad es que no podemos hacerlo. Existen leyes
físicas y espirituales. Quizás queramos volar, pero si saltamos de un
edificio, la ley de la gravedad seguramente triunfará por encima de
nuestra voluntad.
Tenemos verdadera libertad cuando no nos afectan las circunstancias
externas. Es la dichosa liberación que sentimos cuando, sin importar lo
que esté ocurriendo a nuestro alrededor, permanecemos inamovibles en
nuestro deseo de convertirnos en lo mejor que podemos ser.
La libertad es la experiencia de escoger ser feliz desde el interior, y escoger compartir, sin importar las circunstancias.
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