¿Qué es un buda?
Buda es una palabra sánscrita que
significa “el que despertó”. Éste es el término que se le asigna al
fundador del budismo. Él no era un dios ni era un profeta ni un mesías.
El Buda nació como un ser humano normal
que, a través de su esfuerzo, alcanzó un estado de perfecta sabiduría y
completa sensibilidad hacia todo lo que existe. Dicho en otras palabras,
él despertó a su propio potencial y a la naturaleza verdadera del mundo
que le rodeaba.
A este estado tradicionalmente se le
denomina “Iluminación” y es la esencia de la enseñanza budista. Todas
sus doctrinas y prácticas están hechas para ayudar al ser humano, hombre
o mujer, a llegar a su propio potencial de Iluminación.
Desde los tiempos del Buda muchos otros
hombres y mujeres también han alcanzado el estado de iluminación, sin
embargo, el título de “el Buda” se reserva generalmente para el pionero,
Siddharta Gautama, el hombre que descubrió el sendero a la iluminación y
que indicó el camino para que otros lo siguieran.
Niño Rico Insatisfecho
Siddhartha Gautama nació alrededor del
año 560 AEC (antes de la Era Común) en una familia aristócrata y
próspera del clan shakya, en lo que ahora es Nepal, al norte de la
India. Algunas tradiciones indican que su padre era el rey de los
shakyas y, aunque quizás esto no sea cierto, desde un punto de vista
histórico parece ser verdad que en su niñez y juventud Siddhartha
tuviera una vida de opulencia. Probablemente era una existencia de lujos
sin muchos límites: manjares, ropa elegante y muchos sirvientes, lo
cual, en el contexto de la India de los Himalayas de ese entonces, era
semejante a un paraíso terrenal. A pesar de todo él no era feliz. Los
placeres que lo rodeaban solo servían para que contactara con la
insatisfacción y para provocarle un intenso deseo de encontrar algo que
tuviera un sentido más profundo.
Paralelos actuales con la vida temprana de Siddhartha
Esto puede resultarle familiar a muchas
personas en Occidente, donde las necesidades materiales son satisfechas
de una manera relativamente fácil y donde las oportunidades para el ocio
y la diversión serían la envidia de generaciones anteriores. No
obstante, si observamos la cara de la gente que encontramos por las
calles de cualquier ciudad occidental nos daremos cuenta que esta
prosperidad no trae la felicidad automáticamente. Como Siddhartha,
muchos de nosotros descubrimos que una vida dedicada sólo a satisfacer
deseos materiales es vacía y poco satisfactoria.
La renuncia
La insatisfacción que sentía Siddhartha
en su vida de lujo alcanzó un límite. A los veintinueve años decidió
dejar su hogar familiar y su vida de comodidades para convertirse en
errante en busca de la verdad, llevándose consigo únicamente su tazón
para mendigar y unos sencillos hábitos.
El fermento religioso de la India antigua en la Era Axial
El mundo al que salió Siddhartha era
bastante primitivo, comparado con nuestro mundo actual, sin embargo era
mucho más rico, en un sentido filosófico y espiritual, que el mundo
moderno occidental. Las escrituras budistas tempranas dan la impresión
de que había una sociedad con un profundo interés por las cuestiones
fundamentales de la existencia. Había un gran número de maestros de
meditación, abundaban las escuelas de filosofía y los debates religiosos
eran una especie de deporte popular con un muchos espectadores. Esto no
sólo pasaba en India sino en Grecia, China, Persia y en Medio Oriente. A
este fermento tan concentrado de genio humano en el mundo se le ha
llamado la Era Axial. Dentro de esta atmósfera, Siddhartha anduvo
errante seis años, meditando y aprendiendo de los más famosos maestros
del norte de la India, con una admirable determinación por encontrar lo
que sentía que le había faltado en su vida anterior.
Las austeridades de Siddhartha
Por un tiempo dedicó su vida a un
ascetismo extremo, dejando de comer y dormir con la esperanza de que
esto le ayudara a alcanzar la verdad. Entonces, se dio cuenta de que no
resultaba de utilidad para su práctica espiritual maltratar al cuerpo y,
dándole la espalda al ascetismo, se dedicó de corazón a la meditación.
Su iluminación
Después de un esfuerzo continuo, una
noche de luna llena del mes Vesakha, en el año 528 AEC, Siddhartha
Gautama se sentó a meditar al pie de una higuera a la orilla del rió
Niranjana, sitio que ahora se conoce con el nombre de Bodh-Gaya y juró
que no se levantaría sin haber encontrado lo que buscaba.
En ese momento su determinación era invencible.
Entró en un estado de meditación profunda
y, mientras transcurría la noche, su conciencia iba penetrando capas
cada vez más profundas de la naturaleza de la realidad, hasta que
alcanzó una percepción directa y total de la verdad. Para cuando se vio
ascender en el horizonte la estrella de la mañana, él había alcanzado
una liberación que era inquebrantable. Siddhartha Gautama se había
convertido en el Buda, el que había despertado por completo.
Los tres niveles de la Iluminación
La tradición budista de todas las
escuelas habla de la iluminación como una experiencia compuesta de tres
factores. Para empezar se habla de la iluminación como un estado de
conciencia clara y pura -e incluso radiante-. En este estado de
conciencia deja de experimentarse la dualidad sujeto-objeto. Sin
embargo, ésta es una conciencia de las cosas como realmente son.
En segundo lugar, pero de igual
importancia, se dice que la iluminación es un intenso estado de
compasión y amor profundo que se desborda, no únicamente hacia los seres
humanos sino hacia todos los seres vivientes; todos los seres que
respiran, los que se mueven, los que sienten. Así es como siente la
mente iluminada.
En tercer lugar, la Iluminación consiste
en un estado o una experiencia de una energía mental y espiritual
inagotable. Se puede decir que el estado de la Iluminación es un estado
de una energía que se encuentra burbujeando continuamente; un estado de
espontaneidad y creatividad absolutas e ininterrumpidas.
Esto es lo que quiere darse a entender
por medio del término “Iluminación”, como se expresa en la tradición
budista. Lo que sucede realmente es que el conocimiento se convierte en
amor y la compasión en energía. La energía a su vez se convierte en
sabiduría. Lo cierto es que no podemos separar ningún aspecto de los
demás.
La enseñanza del Buda
La tradición budista en su totalidad
existe para ayudar a otros a llegar al mismo tipo de despertar y de
liberación. A esta enseñanza, en Occidente, se le conoce como budismo y
fue la influencia religiosa más importante que tuvo la India durante los
siguientes 1,500 años de su historia, después de la vida de Siddhartha
Gautama.
fuente: aqui
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