He tenido clientes que cuando mueren y dejan la vida, estando fuera del cuerpo miran atrás y dicen: ‘Sólo era un juego. Puedo ver todos los actores en el escenario jugando sus papeles. También veo actores tras bastidores esperando entrar para interpretar sus roles. Y era tan sólo un juego. Sólo que cuando estaba adentro ¡parecía tan real! Pero ahora que estoy fuera es como un guiño de ojo.’ Estamos sumergidos en la ilusión de que es real. Uno es el actor, productor y director de su propia obra. También es el guionista. Pero el guión es escrito a medida que va pasando. Por eso uno puede cambiarlo cada vez que desee. Es su obra, su ilusión, y uno está en el medio de todo escribiéndola.
Algo curioso que sucede en estos guiones, es que la persona que te dio más problemas en esta vida, aquella que no podías soportar y era tu peor enemiga, suele ser tu mejor amigo en el otro lado antes de entrar al cuerpo. Te diría: ‘Está Bien. Yo interpretaré al villano esta vez. Creo que será un buen papel para hacer.’ Porque todo está instalado para enseñarte la lección. Y tú diseñas todo el escenario. Luego después de morir en el otro lado te volvería a decir: ‘¿Interpreté muy bien al malo, ¿no? ¡El papel me salió bastante bien! ¿Aprendiste algo sobre éste?’ ‘Sí. Era sólo una obra.’”
(Dolores Cannon)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.