Que los seres humanos tenemos un potencial co-creador
de la realidad enorme lo hemos dicho ya en multitud de ocasiones, y es
algo repetido por todas las enseñanzas de cualquier época y tiempo. Este
poder nace de la capacidad de proyectar formas energéticas de
diferentes vibraciones, sea a nivel psíquico o mental, a nivel
emocional, o a nivel verbal, que “moldean” el entorno energético en el
que existimos, para darnos la ilusión de la realidad que vemos. En este
caso, vamos a profundizar en el poder de la palabra, la voz, y los
sonidos que emitimos.
En culturas ancestrales abundan historias al respecto. De los rishis, o sabios de la antigua India, se decía que tenían extraordinarias habilidades, llamadas siddhis. Una de ellas era el vac-siddhi (vac=voz), por el cual cualquier cosa que el rishi dijera se convertia en realidad. Algunas veces, sólo con pronunciar una palabra, un rishi
podía materializar un ejército completo, por lo qué, para estas
tradiciones, la palabra pronunciada era considerada sagrada, poderosa e
inalterable. En sánscrito, por ejemplo, el termino vac (voz),
es a menudo considerado como sinónimo de la diosa Shakti, la energía
creativa, el poder de manifestación, y, en diversas corrientes de
antigua filosofía griega, puede hallarse un concepto similar en el
concepto de Logos, que yo uso mucho en mis artículos si os
habéis dado cuenta, como un sinónimo de grandes entes creadores. En
realidad, el significado primario de logos es “palabra“, pero también significa principio creativo.
Relación entre voz y energía sexual
Si alguno ha leído las enseñanzas de Rudolf Steiner,
quizás os suene que hacía múltiples indicaciones relativas al poder de
la voz. Un aspecto que desarrolló particularmente es la relación entre
la voz y los órganos reproductores, y, como consecuencia de ello,
describe múltiples consecuencias concernientes a la evolución de la
humanidad, por ejemplo, en la pubertad, cuando se desarrollan los
órganos sexuales, y la voz de los adolescentes cambia de tono debido a
la acción de la testosterona. En las mujeres, la alteración de la voz
también puede observarse en la menopausia.
En la medicina tradicional china pueden hallarse
diversas conexiones entre la energía sexual y la garganta. Por ejemplo,
de entre todos los órganos, se dice que el riñón está relacionado con la
energía sexual. Y en la garganta se encuentran las amígdalas, las
cuales tienen forma de riñones. Cuando hay una liberación de “energía”
por el riñón, a resultas puede haber una inflamación de la faringe
(faringitis) o de las amígdalas (amigdalitis).
De hecho, Steiner consideraba que la importancia de
ciertas partes del cuerpo se está desvaneciendo lentamente, mientras que
otros órganos jugarán un papel cada vez más esencial en el futuro. Los
órganos sexuales pertenecen a la primera categoría, mientras que la
laringe pertenece a la segunda. Además, sabemos por enseñanzas como el
taoísmo que la energía sexual y la energía que nos permite conectar con
las partes más elevadas del ser humano, el espíritu, el Yo superior,
etc., son fundamentalmente de la misma naturaleza, y que esta última no
es otra cosa que una forma refinada y redirigida de la primera. Por
ello, una gran parte de las enseñanzas relacionadas con la alquimia
interior, enseñan a refinar y transmutar la energía sexual, para así
generar los cambios necesarios para que la plenitud de nuestro Yo
Superior y de todo aquello que en realidad somos, pueda ser
permanentemente experimentada.
La función de la laringe
Mediante la voz expresamos nuestros pensamientos y
nuestras emociones, haciendo que, lo que pensamos (en un plano o nivel
mental), y lo que sentimos (en un plano o nivel emocional), pueda tomar
manifestación en un plano físico. Posiblemente, en el futuro de la
humanidad, la capacidad de la laringe para dar forma material a aquello
que es aun solo una forma mental o emocional de un concepto llegará a
ser excepcional, y que el poder creativo de la palabra se manifestará
incluso en el plano físico: sólo con decir un sonido, se materializará
el objeto correspondiente. Aunque las implicaciones parezcan de
ciencia-ficción, el concepto no es, después de todo, diferente del vac-siddhi o poder creativo de la palabra que, de acuerdo con los textos sánscritos, los antiguos rishis hindúes dominaban a la perfección.
Palabras místicas
De todas las palabras místicas encontradas en las
enseñanzas, rituales y simbolismo de varias escuelas místicas y
esotéricas, los vocablos Aum, Om y Amén son los usados más frecuentemente y generalmente reconocidos.
Muy pocas personas que usan el “Amén”
parecen comprender que están usando una palabra mística, cuyo uso es más
o menos incorrecto y también poco comprendido. Aum, Om y Amén son
palabras idénticas en cuanto a potencial creador, aunque difieran en su
naturaleza lingüística. En los tres casos, el sonido de la “m”
es de extrema importancia y al pronunciar las palabras no solamente debe
ser enfatizada, sino también prolongada. El resto, la “o” y el “au” y la “a” son siempre idénticas en sonido. La palabra Amén debería pronunciarse como si se deletreara “Amn”, o realmente “Am”, y es una sílaba más bien que dos. Si fuera deletreada Ahmn podríamos pronunciarla más correctamente porque la “a” nos daría un sonido claramente abierto, siendo un sonido de poder.
Sonidos de “poder”
Hemos de ser conscientes que el ser humano descubrió
estas palabras, no se las inventó. Que fueran descubiertas mediante
experimentos místicos o por “revelación divina” quizás no lo sabremos
nunca, pero el hecho es que nuestros antepasados no seleccionaron
arbitrariamente los sonidos de “ah” y “m”, sino que encontraron que
estos en particular producían ciertos efectos dentro de su ser, de su
aura y a su alrededor. El mero hecho de que en muchos países diferentes,
separados y sin contacto unos con los otros, los nativos y culturas
ancestrales adoptaran de forma independiente sonidos similares en
sus rituales y cantos, para los mismos propósitos, nos da indicios de
que hay un poder y una cualidad en estas vocales particulares, y en su
pronunciación, que no tienen otras palabras.
Estos sonidos de Aum- Om- Amén, incorporan
vibraciones de altas cualidades de poder y de conciencia “cósmica”. Los
mantras están repletos de ellos, no tenéis más que buscar unos cuantos
en YouTube y los escuchareis. Muchas otras palabras y nombres
místicos los incorporan también, imbuyendo sus cualidades ocultas en
vocablos como Rama, Padme, Omar, etc., (también presentes en mantras).
Al intentar pronunciar estas palabras uno nota que se requiere un
pequeño esfuerzo físico, y que, mientras se repite, la mente y el cuerpo
adquieren una actitud relajada y de paz, lo cual es una condición para
entonarse con esos otros niveles de consciencia más elevada casi
inmediatamente.
Influencia psíquica y energética
La pronunciación correcta de los sonidos anteriores
imbuidos en el Aum, el Om o el Amén, por ejemplo, tiene un efecto
inmediato a través de los canales del sonido de la boca y la cabeza,
sobre las glándulas pituitaria y pineal, y también sobre la tiroides.
Estos efectos son transferidos físicamente a través del sistema nervioso
simpático a todos los centros psíquicos del cuerpo humano. Por estas
razones muchas personas, en meditación, comienzan su período de
relajación y conexión con otros niveles de consciencia con la repetición
de estos “aum” u “om”, repitiéndolas lentamente varias veces, tratando siempre de entonarlas en el tono correcto.
El Aum y la conexión con los diferentes reinos de la naturaleza
La palabra “aum”, es especialmente interesante, pues
cada una de las tres letras que la componen tiene un poder y una
importancia mística en sí misma. El sonido “a” está asociado con los
poderes básicos de naturaleza física, del cuerpo y del mundo físico, y
en consecuencia también se asocia al reino mineral. El sonido “u” está
muy estrechamente relacionado con el reino vegetal, y con las glándulas
pineal y pituitaria y tiene un efecto definido sobre ellas, pero solo
cuando está asociada con la letra “a” (sola no lo tiene). En su
pronunciación conjunta, la “u” debería ser muy suave y en la forma de
“oo” dando un sonido que viene a ser algo así como “ahoo”, con el
acento en la “ah”, donde el “ah” se extiende ligeramente y termina con
el sonido de “oo”. Esto es más difícil de escribir que de hacer por uno
mismo, pero espero que se entienda.
Finalmente, cuando añadimos el sonido de “m” estamos
extendiendo las vibraciones desde la punta de la lengua y potenciando
los otros dos anteriores. Esta última parte está también asociada con el
reino animal, siendo su sonido “base”. Con la prolongación de la “m”
dentro de un largo sonido zumbante al final de la palabra, estamos
añadiendo el significado de la “m” al conjunto, el cual siempre ha sido
asociado en la literatura antigua con el espíritu, con el amor, con el
desarrollo psíquico, con la omnisciencia, etc. Analizando todos estos
factores vemos que la palabra es, después de todo, una forma de
sintetizar vibraciones de la Creación en forma de sonido.
Siendo conscientes de su potencial
En todo caso, estas y otras palabras son literalmente
creadoras, y manifestadoras de la realidad, influencian, cuando son
bien usadas, el entorno energético y psíquico de quien las usa, y, por
ello, en muchas tradiciones, solo son enseñadas cuando uno accede a
grados altos e internos de diferentes escuelas iniciáticas. Quizás el
ser humano en algún momento recupere el potencial de la voz en todo su
esplendor, y aprenda a usarlo correctamente para crear un futuro común y
mejor para todos, a partir del conocimiento de que, siendo todo
energía, solo hay que hacerla vibrar correctamente para llegar a ver sus
efectos a nivel físico en nuestra realidad.
fuente: aqui
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