viernes, 9 de mayo de 2014

DEJA DE AMARGARTE LA VIDA

Suele decirse que los peores enemigos somos nosotros mismos y, aunque la idea ya está algo gastada, es bastante cierta. Tendemos a volvernos locos de tanto buscar la perfección en nuestras vidas: pareja, cuerpo, trabajos, etc., y la verdad, es agotador y frustrante.
Estas son algunas de las cosas que te vendría bien dejar de hacer. Mínimo inténtalo…

1. Pedir perdón todo el tiempo. Está muy bien asumir la responsabilidad de un error que hemos cometido, pero decir “lo siento” sin parar; por decir a un chico que no queremos salir, por contarle a una amiga nuestros problemas o porque cambiaste de opinión. No hace falta explicar todo lo que hacemos. Tenemos derecho a nuestras propias preferencias y decisiones.

2. Decir que “sí” a todo el mundo. Sí, puedo quedar contigo a tomar un café a pesar de que estoy agotada y lo único que me apetece es irme a casa y meterme en la cama. Sí, podemos salir con esa especie de novio que tienes y su horrible amigo que está de paso por aquí. Dejemos de decir “sí” cuando no queremos decirlo. La gente respeta más a las personas que fijan unos límites.

3. Decirnos “no” a nosotros mismos. Muchas personas pasan muchísimo tiempo decidiendo lo que no pueden hacer, o no deben hacer, o no son capaces de hacer. No permitamos que nuestras inseguridades y nuestras angustias decidan por nosotros, porque lo único que conseguiremos es perdernos un montón de experiencias que merecen la pena.

4. Pensar que la comida es nuestro enemigo. Sobre todo a las mujeres se nos suele dar a entender que lo que más debe preocuparnos es nuestro aspecto. Debemos llevar el cabello suave o con unos rizos perfectos, maquillaje a todas horas  y unos cuerpos fantásticos (es decir, delgados). En nuestra lucha para cumplir estos criterios imposibles, es fácil que acabemos pensando que la comida es algo con lo que hay que luchar, no de lo que hay que disfrutar. Hay que ser conscientes de lo que nos metemos en el cuerpo (al fin y al cabo, es el único que tenemos), pero no caigamos en lo de sentirnos culpables. La comida no debe ir acompañada de ningún arrepentimiento.

5. Criticar nuestro físico. Tanto en voz alta como mentalmente. Debemos dejar de pensar que estamos horribles, punto. No sirve para nada.

6. Sentirnos como unas impostoras cuando tenemos algún triunfo profesional. Los hombres no suelen hacerlo, pero sí las mujeres, que solemos dudar si merecemos nuestros éxitos. Debemos empezar a valorar nuestros logros sin más. Ese nuevo trabajo, ese ascenso, ese título, ese reconocimiento público, nos lo hemos ganado.

7. Comparar nuestra vida real con la vida virtual de otra persona. Pasar todo el tiempo obsesionadas con nuestra vida en la red puede ser angustioso, pero también lo es obsesionarnos con las vidas virtuales de otros. Los estudios demuestran que la adicción a Facebook tiene una correlación con la baja autoestima. ¿Cómo no va a sentirse mal alguien que dedica varios días de la semana a recorrer las fotos de vacaciones de su expareja o a leer los comentarios entusiastas de ese amig@ que lleva la vida que a ti encantaría tener? En vez de compararnos sin cesar, lo que podemos hacer es apagar la PC y disfrutar nuestro momento. Que, por lo menos, es real.

8. Aferrarse a los sentimientos de arrepentimiento y de culpa. Estas dos emociones no suelen servir más que para atormentar a la persona que las siente. Debemos ser conscientes de ellas y después seguir adelante lo mejor que podamos.

9. Opinar sobre la vida sexual de otr@s. Ninguna persona merece ser criticada porque se relaciona con tal persona o con muchas, ni por cómo expresa su sexualidad. Cada quien tiene su cuerpecito para utilizarlo como más nos convenga. Cada quien preocúpese por el suyo.

10. Opinar sobre nuestra propia vida sexual. Nadie tiene por qué saber lo que nos gusta y lo que no. Y para ser sinceros, eso de que nuestra rica o inexistente vida sexual indica en parte cómo somos,  es algo que nos importa mucho más a nosotr@s mism@s que a los demás.

Fuente: http://www.mujeresdexito.com

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