Algunas veces, los estudiantes se acercan a mí con las situaciones o
los obstáculos que están enfrentando y me dicen que lo han intentado
todo. Han visto todos los ángulos, han agotado todas las rutas
intentando encontrar una solución y aún así no pueden superar el
problema.
En estos casos muchas veces lo que han olvidado es pedir ayuda a la Luz.
Es un paso que la mayoría de nosotros no tomamos porque parece muy
simple para funcionar en realidad, pero es en la humildad de saber que
las soluciones vienen del Creador (y no de nosotros mismos) que podemos
encontrar las repuestas a nuestros problemas.
Puede que no requiera mucho esfuerzo físico, pero pedir ayuda a la Luz es una de las acciones más proactivas que podemos tomar.
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