Cuando vas de compras a una gran
superficie, ¿te has preguntado alguna vez por qué las cosas están
colocadas de una determinada forma? Estas empresas se gastan mucho
dinero estudiando nuestros hábitos de consumo y nuestra psicología con
el propósito de desarrollar fórmulas para que gastes más dinero es su
tienda.
Pues bien, ¡no caigas en la trampa! Hacer la compra con una estrategia bien planeada puede ahorrarte muchos euros al año. Veamos cuáles son los trucos más comunes y qué podemos hacer para evitarlos.
1. Los carritos de la compra
Aunque solo necesitemos un par de litros
de leche, muchos de nosotros tenemos la costumbre de llevar un carrito
de la compra. La verdad es que no sé por qué lo llamamos carrito, porque
es bastante grande. De hecho, ese mayor tamaño puede hacer que en
muchos casos los productos que metemos dentro nos parezcan más
insignificantes. Está estudiado que el consumidor tiende a “llenar el
carrito”, y eso no se consigue con dos botellas de leche, que es lo que
originalmente íbamos a comprar.
Consejo: No uses carritos
de la compra a no ser que los necesites. El espacio de más que nos
proporciona solo nos servirá para llenarlo con productos que no
necesitamos. Si tienes que cargar con el producto, te parecerá que
llevas más cosas.
2. Los productos esenciales al fondo
¿Por qué tienen que estar la leche y los
productos de limpieza tan alejados de la entrada principal? Pues para
que tengas que caminar viendo filas y filas de productos con etiquetas
brillantes y envases atractivos.
Respuesta: Haz una lista de la compra y cíñete a ella.
En esa lista vamos a llevar apuntados solo los productos que
necesitamos. Si no hacemos ninguna lista estamos mucho más expuestos a
terminar comprando cosas que no teníamos planeado adquirir al salir de
casa.
3. Los productos al lado de la caja
Los supermercados ponen los productos de compra por impulso como
caramelos, chicles, etc., al lado de las cajas registradoras. Así de
paso no solo tú, sino también los niños, podéis echarles un buen
vistazo. Y normalmente hay que esperar en la cola un buen rato, para que
a nuestra parte racional le dé tiempo a batirse en retirada y cedamos a
la tentación.
Respuesta: Intenta en lo posible no ir de compras con niños pequeños y no mires a los paquetes y la publicidad, sino a los precios y el tamaño de los productos.
4. Posicionamiento de los productos
Las grandes superficies suelen colocar los
productos más caros al nivel de nuestro ojo y darles más espacio,
mientras que los más baratos pueden estar en la parte de abajo de las
estanterías. Los artículos que compramos normalmente suelen estar en el
medio de las filas, mientras que los productos de lujo o no esenciales
están puestos en los extremos, para que tengas que pasar por delante de
ellos para llegar a los artículos que realmente quieres comprar. El
hecho de que los departamentos de joyas, perfumes y cosméticos estén a
la entrada y bien visibles no es casual.
Respuesta: Empieza
comprando siempre los productos esenciales, para que cuando vuelvas a
pasar por delante de los productos de compra impulsiva ya estés
calculando mentalmente el coste de los artículos que ya has adquirido.
5. Ventas falsas
En algunas ocasiones se publicitan
artículos que en realidad no están a la venta. También se ponen precios
en grandes carteles para que pienses que estás llevándote una buena
oferta, cuando en realidad, si prestas atención, muchas veces el precio
no es distinto del habitual.
Respuesta: Comprueba siempre la parte de debajo de las estanterías. Suele ser el lugar donde se encuentran los mejores precios por unidad.
6. Muchas paradas
Cada vez que dejas de caminar, tienes
mayores posibilidades de fijarte en un producto y ponerlo en el carrito.
Por eso las tiendas están diseñadas para que tengas que pararte la
mayor cantidad de veces posible.
Respuesta: Nunca pases
por delante del mismo producto dos veces si puedes evitarlo. Comienza
por un lado de la fila y continúa hasta el final para pasar a la
siguiente. Cuando pasas por delante de un producto, su imagen se queda
grabada en tu memoria a corto plazo. Al pasar una segunda vez sentimos
una familiaridad que puede ser suficiente para disparar el impulso de
comprarlo.
7. Precios complejos
Muchos de los precios están diseñados para
que sea difícil que hagamos cálculos mentales, como por ejemplo 5,99 €
por tal o cual producto. Además, nuestro cerebro se queda con el 5
cuando en realidad el precio está a un céntimo de llegar a 6.
Respuesta: Llevar una
calculadora siempre ayuda, sobre todo cuando estamos comparando precios
de distintos productos. Personalmente yo uso el truco de redondear
siempre hacia arriba el precio. Redondeo incluso un 2,40 a 3 €. Así me
da la sensación de que estoy gastando más y mi impulso de compra se
reduce.
fuente: PIENSA GRATIS
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.