jueves, 17 de julio de 2014

DIOS ES NUESTRA SOMBRA – Yehuda Berg

En un momento u otro todos tenemos desacuerdos con otras personas, y eso está perfectamente bien. El problema, y a menudo el momento en el que un desacuerdo escala h
asta llegar a una discusión, es cuando no nos tomamos el tiempo para escuchar el punto de vista de la otra persona.No escuchamos no sólo porque pensamos que tenemos todos los datos, sino que pensamos que estamos en lo correcto. No sé tú, pero yo a veces incluso pienso: “Si escucho lo que esta persona tiene que decir, quizá ella tendrá la razón. Y luego tendré que decir que cometí un error, ¡y no hay nada peor que eso!”. El rechazo a hacer un esfuerzo para entender el punto de vista de otra persona no sólo daña esa relación, sino que acaba por bloquear nuestra conexión con la Luz. Cuando nos desconectamos de los demás, el Creador también Se desconecta de nosotros.
Está escrito en Salmos: “Dios es nuestra sombra”. Si nos movemos, nuestra sombra también se mueve con la misma velocidad y dirección exacta que la de nuestro movimiento. Tal como actuamos con los demás, actúa Dios con nosotros. Nuestras acciones en este mundo son como un bumerán: si hacemos el bien, entonces nos volverán cosas buenas; por otro lado, si causamos conflicto o separación, entonces esas cosas también regresarán a nosotros.
Simplemente, el Creador no puede darnos más de lo que nosotros damos a los demás.
Cuando nos encontremos en desacuerdos, empecemos viéndolos como oportunidades de abrir nuestros oídos, nuestra mente, y lo que es más importante, nuestros corazones, a las personas que están en nuestra vida. Al hacerlo, podemos crear una abertura para que el Creador derrame sus bendiciones sobre el mundo.


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