LA ARTROSIS
La artrosis es la manifestación intensificada de la artritis.
Es una enfermedad de desgaste articular de los huesos, de origen
mecánico y no inflamatoria como la artritis, una agravación profunda de
la estructura ósea, localizada o habitualmente generalizada al conjunto
del cuerpo. Sin embargo, las articulaciones sometidas a importantes
esfuerzos mecánicos son las que más están afectadas, como las de la
columna vertebral (vértebras cervicales [del cuello], vértebras lumbares
[parte inferior de la espalda]), de las caderas, de la mano, de las
rodillas, de los tobillos. El dolor que provoca es de origen
“mecánico” y no inflamatorio y aparece habitualmente después de un
esfuerzo sostenido y desaparece en reposo (esta enfermedad también lleva
el nombre de reuma de desgaste). Cuando padezco de artrosis, es como si aumentara más mis actitudes y mis pensamientos rígidos.
Esta enfermedad está vinculada a un endurecimiento mental, a una ausencia de “calor” en mis pensamientos (el frío y la humedad aceleran la aparición de la artrosis),
frecuentemente con relación a la autoridad. Es la motivación exagerada
por cumplir una acción sin buscar el reposo o el equilibrio (me doy
hasta el fin de mis límites, sin pararme para saber si me exijo
demasiado), una impresión de soportar una persona o una
situación que ahora se ha vuelto intolerable, o una fuerte reacción
inhibida con relación a una forma cualquiera de autoridad. Soy muy
intransigente y rígido hacía mí mismo.
Mi cuerpo me habla y tengo interés ahora
en escucharle. Puedo integrar esta enfermedad empezando a aceptar
conscientemente que vivo una ira y que mis pensamientos son rígidos. La
energía que fluye a través de mí es fluida, armoniosa, en movimiento.
Quedándome abierto de corazón a esta energía y reconociendo que tengo
que cambiar algo, puede invertir el proceso y mejorar mi salud.
Me vuelvo más flexible y acepto a los demás como son, sin querer
cambiarles. La flexibilidad al nivel de mi cuerpo físico entonces
reaparecerá.
LA ARTRITIS
Se define la artritis como la inflamación de una articulación.
Puede afectar cada una de las partes del sistema locomotor humano: los
huesos, los ligamentos, los tendones o los músculos. Se caracteriza por
inflamación, rigidez muscular y dolor que corresponden, en el plano
metafísico, a un cierre, crítica, pena, tristeza o ira. Simbólicamente
hablando, la gracia y la libertad de movimiento son las principales
cualidades, vinculadas a la articulación.
Cuando se vuelve ésta inflexible, o cuando se endurece, la artritis está asociada a cierta forma de rigidez de mis pensamientos (pensamientos cristalizados),
de mis actitudes o de mis comportamientos, de tal forma que todas las
emociones profundas que debería expresar normalmente, lo son por la
manifestación física de esta enfermedad.
Así, la artritis se produce si
soy demasiado inflexible, demasiado exigente, testarudo, intolerante,
muy moralista, criticón, restringido o demasiado orgulloso con relación a
mí mismo, a los demás o a las situaciones de mi existencia. Un sentimiento de impotencia acompaña habitualmente el sufrimiento que me frena.
Vivo el sentimiento particular de estar
mal amado, de no estar amado y apreciado a mi justo valor, lo cual me
trae mucha decepción y amargura frente a la vida y mal humor. Manifiesto
entonces un espíritu excesivamente racional.
Critico con frecuencia todo o nada porque tengo miedo a la vida y siento frecuentemente una forma de inseguridad crónica.
Me siento explotado: hago acciones y
pongo gestos más para complacer a los demás que por real voluntad e
interés, de tal modo que digo “sí” por deber cuando, en verdad, es “no”.
Quizás haya vivido un traumatismo de
infancia y me inhibo ahora mis emociones, sin admitir lo que sucedió
(ocultación) porque “sufrí mucho en tal experiencia y me permito
inconscientemente censurar y quejarme para que los demás puedan
comprender hasta qué punto padecí”. Esta manifestación se relaciona con
el sacrificio de sí.
La artritis también puede proceder del modo en que me trato o trato a los demás con relación a la crítica.
La artritis también provoca una especie
de acción retrógrada; tengo la sensación de volver atrás en el plano
energético, como si se me indicara hacer algo más en una dirección
diferente, en vez de ir hacía delante. Ya que mi miedo, mi débil
valoración propia y mi rigidez hacen que se creen profundas emociones
referentes al porqué, el cómo o a la dirección de mis movimientos en la
vida, puedo tener el sentimiento de estar obligado, restringido,
inmovilizado o encerrado. Entonces, sentiré una incapacidad a doblar (mi
actitud), a ser mentalmente flexible o capaz de abdicar.
La articulación artrítica me indica lo que vivo y me da más informaciones.
A nivel de las manos (dedos), la
pregunta es: ¿Estoy realmente haciendo lo que deseo y lo que quiero
hacer? Mis propios asuntos están “bien entre mis manos”? Hay gente a
quienes ya no tengo el gusto de “dar la mano”? Mi libertad y mi
espontaneidad en “manejar” lo que sucede en mi universo están limitadas
por mi rigidez y mi dureza.
A nivel de los codos: “Estoy inflexible a
los cambios de direcciones por tomar en mi vida? Permito a los demás
ser libres y expresar su pleno potencial?
En las rodillas: Frente a quién o qué
tengo la sensación de tener que arrodillarme y delante de quién o qué no
quiero doblar? A partir de ahora, compruebo mis verdaderas intenciones
con relación al amor. Debo cambiar mi modo de pensar y adoptar una nueva
actitud frente a las situaciones de mi vida. Quedándome abierto al amor
que está omnipresente (por todas partes) y expresándolo de modo más
honesto, libre y espontáneo, mi corazón será radiante y respetaré a los
demás tanto como a mí mismo. Amistad, comprensión y perdón son ahora
disponibles para mí.
LA ARTRITIS REUMÁTICA
La artritis reumática se considera actualmente como la afección articular más grave.
Suele estar generalizada al conjunto del cuerpo en vez de una sola
articulación. El sistema inmunitario está tan enfermo que empieza a auto
– destruirse, atacándose al tejido conjuntivo de las articulaciones
(colágeno), de tal modo que se puede temer el riesgo de una lisiadura
generalizada con dolor e hinchazón articular. Es directamente un achaque de mi propio yo, porque las fuertes emociones de rencor y dolor no consiguen expresarse.
La artritis reumatoide está vinculada a
un profundo desprecio de sí, a un odio o a una rabia inhibida desde hace
tiempo, a una crítica de sí tan intensa que esto afecta la energía más
fundamental de mi existencia. Viví experiencias en las cuales me sentí
avergonzado o culpable.
Es la manifestación de una crítica mucho
más importante frente a la autoridad o a todo lo que representa la
autoridad para mí: individuo, gobierno, etc. Rehúso doblarme a esta
autoridad, poco importan las consecuencias. Es como si ‘estuviese
rumiando” constantemente la autoridad, criticándola.
Mi movilidad se vuelve limitada y no
consigo expresarme libremente (en particular en el caso de ciertas
direcciones por tomar y que debo comunicar con mi entorno de un modo
fluido y gracioso) porque mis articulaciones son demasiado dolorosas.
Mi cuerpo se vuelve rígido, igual que mis actitudes.
No consigo expresar mis fuertes emociones y tengo la sensación de estar constantemente oprimido y subyugado.
Entonces adopto comportamientos de recogimiento, auto- sacrificio, y rumio mis emociones sin poder expresarlas. “Sirvo de víctima propiciatoria sacrificándome a una causa cualquiera”; siempre están encima mío”.
La apertura a nivel corazón es esencial
si quiero liberar todas las emociones que envenenan mi existencia. A
partir de ahora, recobro mi pleno poder sobre mi vida, empezando por
amarme y por aceptarme tal como soy. Tomo el lugar que me corresponde.
LA ARTRITIS EN LOS DEDOS
La artritis simboliza la crítica, el auto- castigo, la reprobación, una carencia profunda de amor.
Así pues, los dedos (es decir los detalles de la vida cotidiana)
artríticos indican el sentimiento de estar mal amado y de ser víctima de
acontecimientos en mi vida de cada día. Doy el poder a los demás. Acepto amarme y perdonarme porque, si no me quiero, cómo pueden amarme los demás?
LA POLIARTRITIS
La poliartritis es una inflamación simultánea sobre varias articulaciones.
Esta enfermedad viene a indicarme una dificultad en realizar los gestos
que era capaz de ejecutar antaño con mucha destreza. Ahora, tengo la
sensación de ser más torpe o poco hábil. Por lo tanto, me desvalorizo
con relación a esta actividad en la cual era excelente y tengo la
sensación de perder destreza, fuerza o precisión.
Esta enfermedad se encuentra en la
modista por ejemplo, quien, después de algunos años, tiene la sensación
de ser más lenta, menos hábil. Los deportistas frecuentemente
están afectados de poliartritis, a causa principalmente del sentimiento
de desvalorización que puedan vivir porque no son óptimos en un 100% o
que sus realizaciones óptimas han disminuido.
Aprendo a aceptarme con mis fuerzas y mis debilidades.
Incluso si tengo la sensación de ser menos bueno o menos eficaz, miro toda la experiencia que adquirí a lo largo de los años.
Reconozco que fue un don precioso que hace de mí una persona excepcional.
La poliartritis puede producirse también si soy compulsivo, muy obstinado o moralizador.
Tengo tendencia a sacrificarme por los
demás, lo cual resulta frecuentemente de una agresión inhibida; pero
hasta qué punto actúo con amor, respetándome? La rigidez tanto física como interior se agrava a causa de esta profunda obstinación a no querer cambiar.
Fuente: Sanación Holística Salamanca
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