Uno de los más grandes principios kabbalísticos es: Nunca, y eso
quiere decir nunca, culpes a otras personas o a eventos externos.
Si el Creador está en todas las cosas, entonces debemos aceptar que todas las cosas en nuestras vidas vienen del Creador.
Si alguien nos hace algo malo, tenemos la habilidad para utilizar eso
para ayudarnos a crecer. La verdad es que siempre habrá alguien a quien
culpar y algunas veces quizás estemos en lo correcto al pensar que es
culpa de ese alguien. Pero ¿quieres estar en lo correcto o quieres ser
feliz?
En el instante en el que asumes la responsabilidad espiritual en tu
vida a todos los niveles, dejas de ser la victima. Te vuelves un
coCreador y te conectas con la Luz
Es de este modo como emulamos a la Luz y nos volvemos como Dios.
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