Los pulmones son los principales órganos de la respiración, puesto
que en ellos se realiza el intercambio gaseoso entre el aire y la sangre
(transformación de sangre venosa en sangre arterial). Por lo tanto,
proporcionan oxígeno al organismo, mandan combustible a las células y
eliminan el gas carbónico desechado por la combustión celular. Las
dificultades que pueden surgir en los pulmones son numerosas y abarcan
todos los problemas respiratorios.
Los pulmones tienen una relación directa con la vida, con el deseo de
vivir y con la capacidad de vivir bien, ya que aportan oxígeno a las
células, y, por lo tanto, vida al cuerpo humano. Todo problema en los
pulmones indica que a la persona que lo sufre le duele vivir en ese
momento. Se siente triste; ya sea que sienta desesperación o desánimo y
no desee vivir, o que sienta que la asfixia una situación o una persona,
lo cual le impide aspirar la vida a su gusto.
Puede sentir que no tiene el espacio necesario para moverse y librarse
de una situación determinada. El miedo a morir o a ver morir a otra
persona, a sufrir o ver sufrir a alguien, también afecta a los pulmones.
Una persona que empieza a pensar que estaría mejor muerta que viva
pierde sus deseos, que son el carburante esencial del cuerpo emocional.
La persona que tiene miedo a morir también tiene miedo a morir en algo y
se impide pasar a lo nuevo. Cualquier cambio radical puede ahogarla e
impedirle el entusiasmo necesario para pasar a otra cosa.
Como los pulmones están entre los órganos vitales más importantes del
organismo, el problema que vives es un mensaje importante. Cuanto más
grave sea el problema en el plano físico, más urgente es el mensaje para
ti. Tu cuerpo te dice que aspires la vida a pleno pulmón, que vuelvas a
sentir deseos y aprecies más la vida. Debes darte cuenta de que
únicamente tú posees el poder de enfermarte, de ahogarte o de dejar que
te ahogue lo que te rodea.
En lugar de dramatizar una situación, dedica un momento a ver el lado
bueno de tu vida y todas las posibilidades de felicidad que pueden
surgir de ella. Sólo tú puedes crear esa felicidad y esa alegría de
vivir, cambiando tu actitud ante la vida. Restablece el contacto con una
vida social más activa. Dedica tiempo a practicar muchas respiraciones
profundas todos los días, preferentemente al aire libre; ello te ayudará
a aspirar mejor la vida en los planos emocional y mental.
Es por la acción de mis dos pulmones que circula la vida en mí. Son
los filtros del aire en todo mi cuerpo. Inhalo la vida y la devuelvo al
Universo. Un buen funcionamiento de mis pulmones permite ventilar cada
una de mis células. Es a través de mis pulmones como tomo consciencia de
que “YO “existo. Un mal de existir puede por lo tanto ser reconocido
por ellos y esto me permite ventilar estos sentimientos negativos que
debo purificar por el amor que inhalo.
PULMONES
Las afecciones del pulmón tales como neumonía, bronquitis, asma,
fibrosis, etc., son el signo que tengo un miedo muy profundo de ahogarme
o de morir. Me siento tan ansioso que me limito a vivir en un
territorio muy limitado que él también parece incierto. Puedo tener la
sensación de que perdí mi territorio o de que lo estoy tomando (Mi
cónyuge, mi familia, mis amigos, mi trabajo, mi casa, mis ideas, etc.).
Si lo pierdo, es como si muriese, ya no sería nada! Siento pues cierta
dificultad en hallar mi lugar y administrar mis relaciones con el mundo
que me rodea. Los pulmones sirven a mi respiración, y un mal
funcionamiento de éstos trae una dificultad en lo que se refiere a la
transferencia de oxígeno del aire hacía la sangre, función vital para mi
supervivencia. Este mal funcionamiento sólo pone de manifiesto esta
muerte que me asusta y que debo amansar. Si tengo un dolor o una
dificultad respiratoria, debo preguntarme si tengo la sensación de
sentirme ahogado u oprimido en mi vida. ¿Tengo la sensación de que “me
falta el aire”, sobre todo en mis relaciones con los miembros de mi
familia? ¿Me siento limitado o tengo la sensación de que no me merezco
ser feliz? Me siento triste y deprimido y debo aprender a reconocer mi
valor personal y a hacer las cosas que me gustan. En vez de “tener
gusto” en entretener viejos recuerdos que me hacen melancólico y que
pueden ampliar mi sentimiento de soledad y aislamiento, tengo interés en
mirar todo lo que tengo y toda la abundancia presente en mi vida. Tomo
consciencia que soy constantemente protegido y guiado. Tengo el derecho
de tener un territorio, un lugar bien mío que me es personal y que no
pertenece a nadie más, igual como los demás tienen cada uno su
territorio. Es así como puede existir la armonía y que puedo
desarrollarme plenamente. Vuelvo a tomar el poder que me pertenece y
respiro la vida ¡“con todos mis pulmones”!
PULMONES – ENFISEMA PULMONAR
Cuando aún soy feto y cuando se forman mis pulmones, esto indica mi
compromiso a estar aquí, mi acuerdo a decir sí, esto haciéndose merced a
mi respiración. Si tengo miedo de la vida o si quiero que alguien más
se cuide de mi propia vida, mis pulmones podrán conocer algunas
dificultades. Respirando superficialmente, me protejo contra el hecho de
tener que tratar con la realidad. Vivo ansiedad y tengo miedo porque me
siento amenazado. Mis pulmones se dilatan y se contraen y esto
corresponde a mi capacidad para ampliar, compartir, entrar en la vida o
para contraerme, aislarme, retirarme de la vida. Estar afectado de un
enfisema pulmonar significa que tengo dificultad en respirar y que me
siento oprimido por el esfuerzo. Gracias a la respiración, aspiro la
vida en mí. ¿Por qué tengo dificultad en tomar la vida? ¿Es mi modo de
huir la vida? ¿Ya no me interesa la vida, ya no tengo ningún interés?
Tengo grandes miedos y uno de ellos, es afirmarme y tomar mi lugar. ¿Por
qué la vida perdió todo su sentido para mí? Me siento arrinconado. No
he aprendido a ser yo – mismo y a tomar el lugar que me corresponde;
vivo en función de los demás. Mis frustraciones y mi disgusto me ahogan.
Tengo la sensación de que no me merezco vivir. Tomo consciencia de que
cada cual tiene su lugar y que debo tomar el mío. Acepto amarme más,
afirmarme y expresar mis necesidades, en una palabra, ser YO. La
opresión que sentía está sustituida por el suministro de aire y de vida
en mis pulmones. Veo otra vez todas las posibilidades que me ofrece la
vida. Vuelvo a saborear la felicidad.
PULMONES – PULMONÍA Y PLEURESÍA
La pulmonía es la infección del pulmón provocada por una bacteria o por
un virus, mientras que la pleuresía es la inflamación aguda o crónica de
la pleura, membrana que envuelve los pulmones. Los pulmones siendo el
órgano de la respiración en donde se hace, en donde se produce la
transformación de “mi” aire para todo “mi” cuerpo, vivo pues un
conflicto interior que me debilita gravemente. Por lo tanto debo hallar
la emoción o el sentimiento que irrita y limita el funcionamiento de mi
relación con el aire de mi vida interior, porque este o estos bloqueos
impiden mi ser de vivir plenamente. Estos sentimientos profundamente
anclados en el interior de mi ser, representados por la inflamación,
pueden señalarme que estoy profundamente “impactado”, “irritado”. Mi
habilidad para respirar está siendo muy afectada por mis emociones, mi
miedo de estar solo o de estar agobiado, por mi rebelión frente a la
vida. Tengo la sensación de estar “enredado” en mis relaciones
personales. Puedo sentirme ahogado por todas mis responsabilidades y no
sé cómo salirme. El desánimo y la desesperación me invaden, al punto de
que me pregunto cuál es el sentido de la vida y si vale el esfuerzo de
ser vivida. Necesito tomar tiempo para mí y hacer “limpieza” en mi vida.
Sólo guardo las responsabilidades que me incumben y devuelvo a quien le
pertenece las que asumí en mis hombros y que no me pertenecen. Así la
vida será más fácil y más bella.
fuente: aqui
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