La menopausia es uno de los momentos más críticos de toda mujer pues supone decir adiós al proceso reproductivo y a diversos cambios físicos que pueden afectar de manera más o menos considerable a su estado emocional. En nuestra sociedad se da demasiada importancia a la edad cronológica de cada persona, no se valora la experiencia sino la juventud, y existe la sensación generalizada de que una mujer deja de ser valiosa, atractiva, interesante, cuando sufre la menopausia.
Nada más lejos de la realidad, pero estos clichés afectan negativamente en la aceptación del propio cuerpo, de los cambios que se producen, que no tendrían por qué ser negativos sino más bien naturales y asumidos con equilibrio.
Debido a la presión social
ejercida sobre la mujer, y su necesidad de ser icono de sexualidad, se olvida
que es mucho más que un cuerpo perfecto o una madre en potencia, y la
menopausia se asocia con al envejecimiento y la vida útil. Así, muchas mujeres,
afrontan este cambio con ansiedad y miedo, lo que las lleva a pasar años en lucha
contra su propio cuerpo forzando al máximo sus emociones. También los cambios
físicos, hormonales, pueden repercutir en el estado anímico debido que
desciende el nivel de estrógenos y progesterona.
Las alteraciones anímicas pueden
llegar a ser importantes, llevando a algunas mujeres al borde de la depresión.
Existen terapias de reemplazo que son de gran ayuda para el desajuste hormonal,
y las Flores de Bach pueden reforzar todo el tratamiento médico pues son
perfectas para el tratamiento de las alteraciones emocionales asociadas al este
proceso evolutivo.
¿Cómo puede ayudar la terapia
floral en estos casos? Pues tenemos, como ejemplo, las siguientes flores:
Manzano silvestre (Crab Apple): si existe sensación de impureza,
estar a disgusto con el propio cuerpo.
Mostaza (Mustard): para la tristeza y la melancolía.
Acebo (Holly): para la desconfianza, el dolor emocional cuando se
siente envidia, celos del cuerpo de otras mujeres. También es útil con los
sofocos.
Achicoria (Chicory): permite aceptar el cambio, desprenderse del
poder reproductivo, de la función de los ovarios.
Violeta de Agua (Water violet): cuando se siente la necesidad de
esconderse, de aislarse en exceso.
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Alerce (Larch): da impulso, autoconfianza en el propio cuerpo, en
la propia valía.
Scleranto (Sclerantus): esta flor es perfecta para los cambios
emocionales, la inestabilidad emocional. También ayuda en los desarreglos
menstruales.
Nogal (Walnut): es la flor por excelencia de los cambios, ayuda en
la aceptación de la nueva etapa de la vida.
Mimulo (Mimulus): si existiera miedo ante la nueva situación o los
síntomas asociados a ella.
Impaciencia (Impatiens): perfecta cuando existe irritabilidad,
impaciencia.
Estrella de Belén (Star of Bethelem): es la flor del trauma,
perfecta si se vive el proceso como algo traumático.
Haya (Beech): si existiera intolerancia hacia el propio cuerpo o
hacia los demás.
Madreselva (Honeysuckle): flor de la melancolía. Si existe demasiada
añoranza por la juventud pasada. Ayuda a desprenderse de la imagen del cuerpo
joven que se va.
Rosa silvestre (Wild Rose): cuando existe falta de interés en las
circunstancias presentes, resignación o apatía. Devuelve la alegría y también
es muy útil en la falta de deseo sexual.
Olivo (Olive): para la falta de energía, el sentimiento de astenia
psíquica.
Esto es solamente un ejemplo de cómo estas
esencias pueden ayudar a mejorar los síntomas emocionales. Son 38 flores, por
lo que, según cada sintomatología, se debería hacer una mezcla personalizada a
cada mujer. El tratamiento resulta suave, inocuo, sin efectos secundarios. No
dudes que las Flores de Bach son perfectas para ayudar en los cambios que se producen durante la
menopausia, o la peri-menopausia (antes de), pues el abanico de síntomas que
pueden tratar es muy amplio.
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