Un estudiante se acercó a mi padre, el Rav, y le dijo: “¿Sabe? He
llegado a un punto en mi vida en el que realmente quiero cambiar”.
El Rav le dijo: “¿Quieres cambiar? ¡Tienes que cambiar!”.
Hasta que nos demos cuenta de lo que está en juego si permanecemos
iguales (todo lo que perdemos para nosotros y para el mundo) no podremos
dar los pasos necesarios para transformarnos.
El cambio ocurre cuando el temor a que las cosas permanezcan iguales se hace más grande que el temor a cambiar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.