sábado, 21 de marzo de 2015

“Energía Mental” combustible de equilibrio y felicidad


“Todo es energía  todo vibra; los seres humanos somos energía, por ende, nosotros influimos en nuestro ambiente y nuestro ambiente influye en nosotros” -Siria Grandet.

“Como recargarnos, sentir la energía positiva y evitar su fuga

Conocemos desde la etapa escolar que la energía puede ser transferida de un cuerpo a otro, o trasladarse  a otro estado.  No aparece de la nada, ni desaparece nunca.

"Caminamos en el mundo intercambiando
energías"
Las personas vivimos intercambiando energías, ya sean estas positivas o negativas, lo sentimos claramente por ejemplo, cuando nos saludan con una amplia sonrisa y un abrazo sincero, las tensiones acumuladas se liberan en ese
momento, sentimos una especial armonía, lo que nos invita a devolver una resonancia de sonrisas. 
Pero si nos encontramos con una persona, que ni bien nos saluda  inicia un discurso de críticas, lamentando que todo le sale mal , que las personas tienen que ver con todo lo malo que le sucede. Notamos que a medida que pasa el tiempo nos vamos contrayendo, el oxígeno comienza a disminuir, la atmósfera se torna densa, nos preguntamos ¿Fue constructiva para ambas partes la conversación?, algo sucedió, ya no nos sentimos tan bien, algo se fue, se escapó.  
Fue nuestra energía que la dejamos ir  y permitimos el ingreso de una  carga inútil de energía negativa.
Sobre el mismo suceso, podemos revertir tal situación haciendo fluir un campo energético positivo, trasmitido a través de nuestras palabras, pensamientos y acciones, recirculando la energía para que ésta se cuele y se convierta en útil y constructiva para todos.  ¿De qué manera? Reorientando la conversación hacia la búsqueda de luces, de soluciones, siendo concretos, empáticos y eficaces en dicha transmisión
La vida cotidiana es una constante de interacciones con otros en el mundo, ocurre una transferencia de energía mental, lo hacemos a través de nuestras emociones, acciones, necesidades, sentimientos, así como tensiones, estrés y emociones negativas.

¿De qué manera perdemos energía mental?

  • Cuando nos preocupamos por sucesos que escapan a nuestro control, sobreviene el estrés.
  • Dispersando nuestra atención a puntos irrelevantes y descuidamos prioridades.
  • Cuando no tenemos la suficiente destreza en una tarea, generamos tensión o no nos motiva lo suficiente. (En este caso la tensión es un proceso natural, una vez desarrollada la destreza o aparición de un nuevo reto, el organismo da paso a la autorregulación.
  • Cuando vivimos en estado pasado y futuro constante y no “en presente”
  • A través de nuestro diálogo interno negativo (autorreproche, autodesaprobación,  desvaloración, miedos).
  • Diálogo con los demás (juicios, críticas, ocuparse de asuntos irrelevantes sin ninguna utilidad para si mismo ni para los demás)
  • Ausencia de visión personal.
¿De dónde se toma y cómo llegar a ser más energético?

  • Ejercicio físico de nuestra preferencia.
  • Dormir bien
  • Tener relaciones familiares, de pareja o amicales equilibradas.
  • Meditar (descarga diaria de energía negativa acumulada, reseteo o limpieza diaria)
  • Servicio, compartir con otros parte de uno.
  • Adecuada alimentación
  • Realizar la actividad o trabajo que  nos guste
  • Conectarse con la naturaleza
  • Seguir una visión
Por último, para mantenernos energéticos es recomendable encontrar fortalezas para hacer lo que nos gusta, deshacernos de lo que nos hace ruido y nos perturba, y si no podemos cambiar algunas cosas, buscar gratificarnos por lo que vamos logrando, valorando lo que tenemos. Podemos convertirnos en una fábrica energética productora de optimismo, sonrisas, voluntad, comprensión y servicio con amor a donde vayamos.
 
fuente: aqui

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