¿Cómo sabes que no te gusta algo si nunca lo has probado?
¿Cómo sabes que no puedes alcanzar algo si realmente no has dado todo de ti?
¿Cómo sabes que tu enemigo no está destinado a convertirse en tu
mejor amigo si aún no te has acercado a él con un corazón abierto?
Intentar lo que pensamos que nunca intentaríamos puede llevarnos a
sentir cosas que nunca pensamos que sentiríamos, lo que amplía nuestros
horizontes y crea una vida mucho más enriquecedora.
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