Hablar mal de alguien puede parecer inofensivo al momento, pero es
una ley espiritual el hecho de que recibiremos de regreso aquello que
damos. Las palabras negativas crean energía que nos sigue y puede crear
caos en nuestras vidas.
¿Por qué no te ahorras la molestia? Cambia el tema, sal de la conversación.
Al resistir el deseo de hablar de manera negativa, el universo reaccionará de la misma manera y te tratará con misericordia.
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