lunes, 27 de julio de 2015

La felicidad en fuentes externas - Walter Riso


[...] Muchos de nosotros experimentamos esto: intentamos encontrar la felicidad en la gente y las cosas a nuestro alrededor en vez de buscarlas dentro. Y, por supuesto, el placer que obtenemos de estas cosas no es constante, solo temporal, y por eso nuestra felicidad sube y baja dependiendo de si estas cosas nos dan felicidad ahora mismo o no.

Podrías no darte cuenta, pero es probablemente algo que haces en al menos un área de tu vida. Voy a considerar algunos ejemplos de fuentes externas de felicidad, aunque no te estoy juzgando a ti ni a nadie. Obviamente he hecho esto muchas veces y todavía lo hago, y creo que es algo que todo ser humano hace. Eso no significa que no podamos cambiarlo, pero lenta y gradualmente.

Aquí tenemos algunas formas en que la gente busca la felicidad de otras personas o cosas:

1. Esposo/a o novio/novia. Es un problema tan común. Tenemos un ideal de lo que una relación romántica debe ser y esperamos que nuestra pareja nos haga feliz de muchas maneras. Queremos que ellos nos quieran, hagan cosas románticas o sexys, que nos muestren que les importamos de mil maneras, que pongan nuestras necesidades por delante de las de cualquier otro (incluyendo las suyas), que sean siempre amables y considerados y respetuosos.

Esto es una fantasía, por supuesto, y en verdad cuando estás en una relación a largo plazo con alguien la fantasía siempre se viene abajo. La otra persona tiene que ocuparse de sus propios problemas, y nosotros nos enfadaremos y seremos maleducados a veces, y no siempre el perfecto compañero romántico que pretendemos. ¿Qué significa esto para nuestra felicidad? Bueno, cuando ellos son cariñosos y estupendos, ¡nos sentimos tan felices! Pero cuando no lo son, nos enfadamos o deprimimos o decepcionamos. ¿Por qué ya no nos aman? Y por eso sentimos que ya no somos dignos de ser queridos y nos preocupamos por que nos rechacen.

2. Adicciones. Comida, drogas, alcohol, videojuegos, TV, algo en intemet, sexo, pomo. Cada una de estas cosas nos da placer, al menos temporalmente, y por eso son modos fiables de encontrar un momento de felicidad. Puede que no controlemos a nuestras parejas o niños o colegas o incluso nuestros trabajos, pero podemos controlar estas cosas —si queremos comer, normalmente podemos—. Si queremos fumar hierba o tomar una cerveza, normalmente podemos. Por supuesto, estas cosas solo nos dan placer temporal, y por eso cuando no estamos consumiéndolas, las queremos. No somos felices, porque nuestra felicidad depende de si estamos usando estas cosas o no. Y por eso regresamos a por más, y así sucesivamente.

3. Emoción y pasarlo bien. Esto puede manifestarse de muchas maneras: a la gente le gusta ir de fiesta, bailar, beber con los amigos. O tener citas con personas o salir a buscar plan al bar. Otras veces la gente busca la emoción en las aventuras, deportes o los viajes. No hay nada malo con practicar deportes o viajar o salir con los amigos, por supuesto. Pero lo que hay que ver es si estás buscando la felicidad en esas cosas. Y si cuando no las tienes, te sientes infeliz. Porque no puedes sentirte emocionado en todo momento de tu vida y cuando no te sientes así tu felicidad se desplomará.

4. Trabajo. Si eres un adicto al trabajo o adicto a estar siempre ocupado, podrías estar buscando la felicidad en tu trabajo. Otra vez, no hay nada malo con hacer trabajo que disfrutes y que incluso ames. Yo lo hago y obtengo satisfacción de ello. Pero deberías prestar atención a lo que ocurre cuando no estás trabajando: ¿hay un sentimiento de privación?, ¿ansías volver a ello?, ¿es el lugar donde buscas la felicidad? Si es así, entonces solo estarás contento cuando estés trabajando. [...]
Libro “Desapegarse sin anestesia” de Walter Riso

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