sábado, 1 de agosto de 2015

Pequeño diccionario de simbolismo corporal



Los cabellos: Mi fuerza.

El cuero cabelludo: Mi fe y mi lado divino

La cabeza: Mi individualidad

Los ojos: Mi capacidad de ver

Las orejas (oídos): Mi capacidad de oír

La nariz: Mi capacidad de oler o sentir a las personas o situaciones.

Los labios: Mi labio superior está relacionado con el lado femenino y el labio inferior con el lado masculino

Los dientes: Mis decisiones, vinculadas al lado femenino arriba, vinculadas al lado masculino, abajo.

El cuello: Mi flexibilidad, mi capacidad para ver varios lados de las situaciones de la vida.

La garganta: La expresión de mi lenguaje verbal y no – verbal, mi creatividad.

Los hombros: Mi capacidad para llevar una carga, responsabilidades.

Los brazos: Mi capacidad para tomar a las personas o las situaciones de la vida. Son la prolongación del corazón. Sirven para ejecutar las órdenes. Están vinculados a lo que hago en mi vida, por ejemplo mi trabajo.

Los codos: Mi flexibilidad en los cambios de direcciones en mi vida.

Los dedos: Los pequeños detalles de lo cotidiano.

El pulgar: vinculado a las inquietudes o a mi intelecto o a mi audición.

El índice: Vinculado a miedos o a mi personalidad (ego) o a mi olfato.

El mayor: Vinculado a la ira o mi sexualidad o a mi visión.

El anular: Vinculado a pena o a mi unión o a mi tacto

El auricular o meñique: Vinculado a pretensión o mi familia o al gusto.

El corazón: Mi amor.

La sangre: La alegría que circula en mi vida.

Los pechos: Mi lado materno

Los pulmones: Mi necesidad de espacio, autonomía, Vinculados a mi sentimiento de vivir.

El estómago: Mi capacidad para digerir nuevas ideas.

La espalda: Mi soporte, mi apoyo.

Las articulaciones: Mi flexibilidad, mi capacidad para doblarme a las diferentes situaciones de mi vida.

La piel: Mi vínculo entre mi interior y mi exterior (equilibrio).

Los huesos: La estructura de las leyes y principios del mundo en el cual vivo.

El útero: Mi hogar.

Los intestinos: (sobre todo el grueso, el colón): mi capacidad para soltar, dejar fluir lo que me es inútil y dejar fluir los acontecimientos de mi vida.

Los riñones: La sede del miedo.

El páncreas: La alegría que está en mí.

El hígado: La sede de la crítica.

Las piernas: Mi capacidad para adelantar en la vida, ir hacía el cambio, hacía las nuevas experiencias.

Las rodillas: Mi flexibilidad, mi amor propio, mi orgullo, mi testarudez.

Los tobillos: Mi flexibilidad en las nuevas direcciones del futuro.

Los pies: Mi dirección (quedarse en el mismo sitio). Mi comprensión de mí–mismo y de la vida (pasado, presente, futuro).

Los dedos de los pies: Los detalles de mi porvenir.

    Fuente: planosinfin

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