A menudo, nuestro propio sentido de identidad nos atrapa para que pensemos que nunca podemos cambiar.
Para convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos, algunas
veces tenemos que desprendernos de las nociones preconcebidas de quiénes
pensamos que somos.
No importa quién solías ser. Lo que importa es la clase de persona en la que te gustaría convertirte.
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