Siempre que amas a alguien te sientes totalmente impotente. Ésa es la agonía del amor: uno no puede percibir lo que puede hacer. Tú deseas hacerlo todo, deseas dar el universo entero a tu amante o a tu amado, pero ¿qué puedes hacer? Si piensas que puedes hacer esto o aquello todavía no estás en una relación de amor. El amor es muy impotente, absolutamente impotente, y en esa impotencia está la belleza porque en esa impotencia te rindes.
Ama a alguien y te sentirás impotente; odia a alguien y puedes hacer algo. Ama a alguien y eres absolutamente impotente porque ¿qué puedes hacer? Cualquier cosa que puedas hacer parece insignificante y sin sentido; nunca es suficiente. Nada puede hacerse, y cuando uno siente que nada puede hacerse, uno siente que es impotente. Cuando uno desea hacerlo todo y siente que nada puede hacerse, la mente se para. En esta impotencia la entrega sucede. Estás vacío. Es por eso que el amor se convierte en una meditación profunda.
Osho, The Book of Secrets, charla #13
Cualquiera se estremecerá porque de repente ves que la tierra bajo tus pies ha desaparecido. Tú no puedes hacer nada. Alguien a quien amas está muriendo: incluso quisieras dar tu vida pero no puedes. Nada puede hacerse; uno espera simplemente en profunda impotencia.
Ese momento puede deprimirte. Ese momento puede ponerte triste o ese momento puede mandarte a un gran peregrinaje por la verdad… un gran peregrinaje hacia la búsqueda. ¿Qué es esta vida? ¿Si la muerte viene y se la lleva, qué es esta vida? ¿Qué significado tiene si uno es tan impotente frente a la muerte? Y recuerda, cada quien está en su lecho de muerte. Después del nacimiento cada quien está en su lecho de muerte. No hay otra manera. Todas las camas son lechos de muerte, porque después del nacimiento sólo una cosa es cierta y ésa es la muerte.
Alguien muere hoy, alguien mañana y alguien pasado mañana: ¿cuál es la diferencia básicamente? El tiempo no puede traer mucha diferencia. El tiempo puede crear solamente una ilusión de la vida pero la vida que termina en la muerte no es y no puede ser la vida real. Debe ser un sueño.
La vida es auténtica sólo cuando es eterna. Si no, ¿cuál es la diferencia entre un sueño y lo que llamas tu vida? En la noche, dormido profundamente, un sueño es tan verdadero como lo es cualquier cosa, tan real... aún más real que lo que ves con los ojos abiertos. Por la mañana se ha ido, no queda un rastro siquiera. Por la mañana cuando estás despierto ves que era un sueño y no una realidad. Este sueño de la vida continúa por unos cuantos años; entonces de repente uno se despierta y la totalidad de la vida demuestra ser un sueño.
La muerte es una gran revelación. Si no hubiera muerte no habría religión. Es debido a la muerte que existe la religión. Es debido a la muerte que nació un Buda. Todos los budas nacen debido a la comprensión de la muerte.
Cuando vas y te sientas al lado de un moribundo compadécete de ti. Tú estás en el mismo barco, en el mismo apuro. La muerte golpeará a tu puerta cualquier día. Prepárate. Antes de que la muerte golpee, regresa a casa. No deberías quedarte atrapado en el medio; de otra manera esta vida entera desaparece como un sueño y te deja en una enorme pobreza, una pobreza interior.
La vida, la vida real, nunca muere. ¿Entonces quién muere? Tú mueres. El “yo” muere, el ego muere. El ego es parte de la muerte; la vida no lo es. Así que si puedes permanecer sin ego, entonces no hay muerte para ti. Si puedes soltar el ego conscientemente, has conquistado la muerte. Si estás realmente consciente puedes soltarlo en un sólo paso. Si no estás tan consciente tendrás que soltarlo gradualmente. Eso depende de ti. Pero una cosa es cierta: el ego tiene que soltarse. Con la desaparición del ego, la muerte desaparece. Al soltar el ego, también se suelta la muerte.
No te compadezcas de la persona que muere, compadécete de ti. Permite que la muerte te rodee. Ten un sabor de ella. Siéntete desamparado, impotente. ¿Quién se está sintiendo desamparado y quién se está sintiendo impotente? El ego, porque ves que no puedes hacer nada. Tú quisieras ayudarla y no puedes. Quisieras que ella sobreviviera pero nada puede hacerse.
Siente esta impotencia tan profundamente como te sea posible y de este desamparo surgirá una cierta consciencia, una plegaria y una meditación. Utiliza la muerte de la persona; es una oportunidad. Utiliza todo como una oportunidad.
Permanece a su lado. Siéntate en silencio y medita. Permite que su muerte sea un indicador para ti de modo que no sigas desperdiciando tu vida. Lo mismo te ocurrirá a ti.
Osho, The Search, Talk #10
fuente: aqui
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