¡¡Esto es insoportable!!
Hablamos
de alergia cuando se produce una reacción en el organismo al entrar
éste en contacto con una sustancia, resultado de una hipersensibilidad
en la que interviene el sistema inmunológico.
Desde la BioNeuroEmoción® entendemos que la alergia es la manera en que nuestro inconsciente biológico nos avisa del peligro
que supone entrar de nuevo en contacto con una situación que nos causó
un gran dolor emocional. Por lo tanto, para que la alergia se manifieste
tiene que haber habido necesariamente una situación previa en la que se ha tenido contacto con el alérgeno en cuestión, sumada a un sentimiento de “fuerte rechazo” o “intolerancia” hacia algo o hacia alguien.
Encontramos
que, al igual que sucede con el resto de síntomas y enfermedades, la
persona alérgica ha vivido una experiencia en la que no se ha permitido
sentir ni expresar la emoción generada por ella. Terminar con la
sintomatología producida por una alergia es tan sencillo como ir a la
situación primigenia que causó el sufrimiento emocional y liberar la
emoción reprimida. A veces basta con leer unas líneas para tomar
conciencia de ello, en otras es necesario servirse de un Acompañante en BioNeuroEmoción® que pueda hacer de guía para encontrar la situación conflictiva y así manifestar el resentir.
En base a su origen, las alergias pueden ser coyunturales (95%), cuando son causadas por una vivencia propia, o estructurales (5%) si proviene en forma de programa de mano de nuestros ancestros (Transgeneracional) o de la vida intrauterina (Proyecto Sentido).
Cuando se trata de una alergia coyuntural, a la pregunta ¿desde
cuándo?, la persona va a responder “desde siempre”. Como ejemplo citaré
que uno de mis hermanos es alérgico a la penicilina “desde siempre”. Mi
abuelo, del que es doble por fecha de nacimiento y por nombre, recibió
un trozo de metralla en el ojo durante unas prácticas militares, ojo que
finalmente perdió. Las palabras del médico que le asistió fueron: “esto
no hubiera pasado de haber tenido a mano penicilina”. El mensaje del
abuelo está ahí para que su descendiente sepa cuán grande fue su
sufrimiento y, desde su comprensión, poder liberarle de su dolor.
Las fases de la alergia
La alergia se desarrolla en dos fases:
-
La primera fase recibe el nombre de muda o silenciosa debido a la ausencia de síntomas. En esta fase el alérgeno entra por primera vez en contacto con el organismo como decorado de una situación que sobrepasa nuestro umbral de estrés y nos aboca a un conflicto emocional. La lectura que hace nuestro inconsciente biológico es la de ¡¡peligro!!, por lo que todo nuestro sistema inmunológico se pone en marcha para analizar e identificar al agresor, quién,, a partir de este momento, tiene el paso vedado a nuestro organismo. Por su parte, en el momento del shock, el inconsciente lleva a cabo una grabación de todos los estímulos sensoriales (lo que llega en forma de imagen, de sonido, de olor, de sabor y de sensación) para finalmente, de todos ellos, terminar asociando uno o varios con el peligroso agresor.
-
A la segunda fase la conocemos como ruidosa porque es la que, a través de los síntomas (nariz, ojos, garganta, pulmones, piel, aparato digestivo…), nos va a indicar que el agresor ha vuelto, y por lo tanto se ponen en alerta todos nuestros sistemas de defensa para combatirlo y evitar una segunda agresión. Es entonces, gracias al estímulo sensorial que grabó nuestro inconsciente durante la primera fase, cuando se acciona la señal de alarma y aparecen los síntomas de la alergia que variarán de acuerdo al estímulo sensorial asociado. Por ejemplo, si el estímulo que quedó asociado a la experiencia conflictual fue un estímulo óptico, nuestra biología dará como respuesta física el que lloren los ojos con el fin de evitar "ver" aquello que me va a doler: “no quiero volver a verlo” o “ya no volveré a verlo” .
Y es así como encontramos el Sentido Biológico de las alergias, su “¿para qué?”, que no es otro que ponernos a salvo de aquello que nos ocasionó dolor cuando nos sentimos agredirnos.
Sintomatología
Entre los síntomas que aparecen en las alergias destacaré los siguientes:
-
Rinitis: Con los estornudos y la desaparición del olfato evito percibir aquello que "me huele mal".
-
Conjuntivitis: Con el picor y el lagrimeo de los ojos evito "ver lo que me duele".
-
Dermatitis: Con la inflamación de la piel evito "entrar en contacto". Este síntoma lo encontramos en todos los conflictos de separación. Para su lectura es recomendable tener en cuenta la parte del cuerpo que se ve afectada.
Alergias e intolerancias más comunes
Alergia al heno y polen: El
polen es la parte masculina de las plantas. A nivel simbólico simboliza
el amor, la sexualidad y la reproducción. Aquí encontramos tanto
situaciones de separaciones y desencuentros afectivos, como de sexo
impuesto. Cuando la alergia aparece en niños menores de siete años, el
conflicto frecuentemente tiene que ver con la falta de amor entre los
padres (peleas, separaciones, ausencia de deseo...).
Alergia a productos lácteos:
Arquetípicamente la leche es mamá, es el contacto con la madre, el
alimento (=amor) que me nutre. Las historias que hay detrás de una
alergia a los lácteos revelan que hay una separación en relación a la
función materna (en algunos casos no es la madre en sí, sino quién
realiza la función materna propiamente dicha), del colorido “quiero
estar muy cerca de mamá” o “quiero a mi mamá lejos”. El queso,
que entra dentro del apartado de los lácteos, tiene una lectura de “me
gustaría que mamá fuera diferente”. La persona alérgica se mantiene "a
salvo" no entrando en contacto con la leche (=mamá).
Alergia al gluten:
De la misma manera que leche es mamá, el pan para nuestro inconsciente
es papá, ya que es quién biológicamente trae “el pan” (=el sustento) a
casa. Además, el pan es lo que ponemos en la mesa dónde se reúne la
familia, por lo que también tiene que ver con el ambiente familiar. El
resentir es del tipo “hay mal ambiente en la familia a causa de papá”.
Cuando hay intolerancia al gluten hablamos de rehusar asimilar bien la
figura paterna, bien el ambiente familiar.
Alergia al alcohol:
El alcohol es el azúcar transformado. Voy a rechazar inconscientemente
el alcohol cuando el amor que he recibido no me gusta: ”quiero amor,
pero un amor muy distinto al que me han dado”.
Alergia a muchos de los alimentos o a los alimentos en general:
El alimento siempre es mamá (=Madre Tierra). En todos los casos
consideraremos la relación que se tiene con la madre (=figura materna).
De la misma manera lo haremos cuando se trate de una alergia a un producto químico (química=Tierra=madre).
Alergia a picaduras de avispas:
El inconsciente, además de por arquetipos, se mueve también por
símbolos. La avispa “pica”, "se queda con algo que es tuyo"; en
consecuencia, simbólicamente, este tipo de alergia me habla de
situaciones, habitualmente acontecidas en mi entorno más cercano, dónde
me siento criticado (=me pican, me pinchan) o siento que me arrebatan
algo mío, como por ejemplo la dignidad (tenemos en cuenta que para el
inconsciente real y virtual es lo mismo), y cuando esto sucede sale la
rabia que he ido acumulando en otras situaciones dónde de igual manera
me he sentido atacado.
Alergia a las plumas: La
alergia a las plumas también tiene que ver con su significado
simbólico. Las plumas hablan de volar, de libertad, de llevar a
cabo aquello que quiero hacer. ¿Qué o quién me priva del placer de hacer
lo que quiero?
Alergia a los animales: Todos
los animales se relacionan con el amor, el instinto y la sexualidad,
Después hemos de mirar más detenidamente cuál es la característica que
sobresale por encima del resto, tanto a nivel general como particular
para cada persona. Por ejemplo, el perro que se vincula a la fidelidad y
al amor incondicional, delata un rechazo o resistencia a sentir amor, o
quizá a la negación de vivir la sexualidad de una forma violenta,
impuesta. El gato va ligado a la sensibilidad desde la figura femenina
que representa, y también a la independencia, ¿qué aspecto de mi
sexualidad, por ejemplo, reprimo?. En todos los casos hay que tirar del
hilo para encontrar la historia que hay detrás de la historia.
Alergia a los antibióticos (también aplicable a los medicamentos en general):
Esta alergia puede ser en muchos casos transgeneracional, tal y como
hemos visto anteriormente. Si nos remitimos a su etimología tenemos que
“anti” significa “contra” y “bio”, “vida”, por lo que los antibióticos
actúan contra la vida (los microbios también son vida). Una alergia a
los antibióticos puede relacionarse con el rechazo a ciertas situaciones
de nuestra vida, o a la resistencia por tener que vivirla de una
determinada manera.
Alergia al polvo:
El polvo representa sexo, suciedad e impureza. La alergia al polvo
denota un rechazo hacia algo o alguien (incluso hacia uno mismo) por
considerarlo sucio o impuro, o hacia ciertos aspectos de la sexualidad
que califico de indecentes.
Alergia en la piel (también al látex, que es como una “segunda piel”):
La piel, más concretamente la epidermis, es la parte de nuestro cuerpo
que entra en contacto con el otro y también la que marca los límites
para evitar el contacto no deseado. En consecuencia, todas las alergias
de la piel se focalizan en un exceso o en una falta de contacto
(=separación), que guardará una estrecha relación con la parte del
cuerpo afectada (por ejemplo, el rostro tiene que ver con la imagen que
se da de uno mismo). Cuando se trata de alergia al agua le
añadimos el significado de ésta que es vida, emociones, madre y también
el líquido amniótico (=nuestros referentes, además de la liquidez,
dinero). Si la alergia es al sol tendremos que buscar un conflicto vivido con el padre, puesto que para el inconsciente el sol es el arquetipo de padre.
Alergia a los metales:
En la mayoría de los casos son programas heredados a través del
transgeneracional, como por ejemplo la muerte de un abuelo por un
disparo o agresión con arma blanca.
Ambientes, perfumes: Al estar este tipo de alergia relacionada directamente con la nariz, bien puede tratarse de un conflicto de cariz sexual.
Resumiendo
Tienes
cada vez más datos que te abren los ojos a una nueva realidad. Es
momento de dejar de buscar fuera la respuesta a todo lo que te sucede en
la vida, y comenzar a ver que tienes tú que ver con aquello que estás viviendo.
Todo en el Universo se mueve en la misma relación Causa – Efecto.
En el caso de las alergias, el efecto son los síntomas con los que se
manifiesta y la causa aquella situación que viviste que te causó un gran
estrés psico-emocional, que te pilló a contrapié y en la que no te
sentiste comprendida por nadie (incluso tal vez, por sufrimiento,
vergüenza o dolor, ni siquiera llegaste a contarlo).
Observa tu alergia y analiza sus síntomas.
¿Desde cuándo te acompaña? ¿Qué mensaje tiene para ti? Busca ahora una
situación que reúna similares características a la del momento dónde se
ha producido tu última reacción alérgica para poder encontrar qué o
quién te causó malestar o sufrimiento, aquel o aquello que te resultó
ciertamente insoportable, y permítete sentir y expresar la emoción que
trataste inútilmente de tapar, porque, como bien dice Anne Ancelin
Schützenberger, lo que no se expresa con palabras lo hará con dolores.
En ti está el problema, en ti está la solución
Detrás
de todo síntoma, enfermedad y/o bloqueo que reste paz y felicidad a tu
vida hay una emoción reprimida. Con gusto te acompañaré a encontrar la
fuente del conflicto para que puedas expresar aquello que en su momento
no te permitiste sentir.
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