En los últimos años ha crecido el fenómeno del marketing que une a sociedades científicas
con galletas, salchichas y otros producto de consumo. Sin duda es
beneficioso para los productores y fabricantes y se entiende que también
para las propias sociedades que se financian así. La Asociación Española de Pediatría (AEP) participa con su sello en la promoción de unos cereales de desayuno
de una conocida multinacional de la alimentación. También podemos ver
en anuncios de la televisión que esta misma sociedad hace publicidad de
unas galletas con forma de dinosaurios supongo que especialmente diseñadas para los más pequeños.
La AEP está en muchos frentes comerciales pues también patrocina ciertos pañales (la Asociación Española Contra el Cáncer lo hace con unas compresas).
Al supermercado han llegado las asociaciones de profesionales sanitarios. Así, podemos encontrar salchichas de otra conocida marca patrocinadas por una sociedad de cardiología. Hay médicos a los que esto les parece cada vez más obsceno.
Lo último que hemos publicado ha sido lo del Día del colesterol: Cómo se crea un “Día de…” de la nada, creado por el Instituto Flora, la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) y la Fundación Española de Dietistas y Nutricionistas (FEDN).
El problema, aparte de estético, es de coherencia.
¿Es coherente que los cardiólogos “vendan” salchichas de carne muy
procesadas y con infinidad de ingredientes que si rascamos un poco
entenderemos que no son precisamente sanos? ¿Es digno de pediatras avalar con las siglas de las asociación que les representa productos cargados de azúcar? No todo vale.
Por el camino se pierde la credibilidad, como comentan algunos profesionales en esta web sanitaria, muy crítica con este comportamiento de la AEP (y otras). Por eso cabe preguntarse ¿se han convertido las sociedades científicas en industriales?
fuente: aqui
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