viernes, 15 de abril de 2016

La verdadera historia del Actimel



No hay cosa que más me indigne como que nos intenten tomar el pelo a base de medias verdades, y en ese farragoso terreno la industria alimentaria se mueve como pez en el agua. Sin embargo, hay veces donde las empresas del sector alimentario que juegan al borde de la ley tensan tanto la cuerda que ésta se puede romper viéndoseles el plumero… y esto es lo que le acaba de ocurrir aDanone con su producto estrella, el Actimel, y a otras empresas que desarrollan productos similares.
Llevaba tiempo con ganas de escribir sobre el rey de los alimentos funcionales, el citado Actimel, pero había poco que decir a lo que ya se había escrito sobre esta leche fermentada y enriquecida con Lactobacillus Casei DN-114 001 en cientos de artículos con más o menos rigurosidad.
Sin embargo, la publicación hace unas semanas del Reglamento (UE) nº 432/2012 por el que se establece una lista de declaraciones autorizadas de propiedades saludables en los alimentos, me puso tras la pista de la nueva estrategia de Danone para vender el dichosoActimel con un eslogan publicitario hasta entonces prohibido y que les permite, sininfringir la ley, decir que este alimento probiótico puede “Ayudar al sistema inmunitario”… pero vayamos por partes porque este tema tiene su miga.

Tras irrumpir en el mercado alimentario con una fuerza que no tenía antecedentes obteniendo un enorme éxito de ventas, desde hace aproximadamente tres años elActimel, producto estrella junto a Activia de la multinacional francesa, ha sufrido duros varapalos debido a emplear publicidad engañosa mediante diversos eslóganes que prometían ciertas propiedades que no han podido ser demostradas científicamente. Fruto de ello Danone ha sido “galardonada” con algunos sarcásticos premios que la gran empresa láctea hubiese preferido ahorrarse, amén de ciertas llamadas al orden por parte de las autoridades europeas.
En 2009, Actimel recibió en Alemania, por el eslogan “Actimel activa tus defensas”, el premio a la mentira publicitaria más insolente, un galardón que otorga Foodwatch, una asociación alemana sin ánimo de lucro que intenta defender los intereses y derechos de los consumidores alemanes y que, entre otras cosas, denuncia las prácticas publicitarias engañosas.

Posteriormente, el Advertising Standards Authority (ASA), un órgano independiente del Reino Unido creado por la industria de la publicidad con el propósito de proteger a los consumidores, atendió la queja realizada por un consumidor sobre el anuncio deActimel en el que aparecía el siguiente mensaje: “Actimel ayuda a mantener las defensas de tus hijos, hecho científicamente probado”. Tras evaluar la documentación presentada por Danone para justificar dicho eslogan, el ASA dictaminó que ese reclamo publicitario no tiene solidez en base a los estudios aportados, llamando al orden a la multinacional francesa y obligando a retirar el anuncio hasta que se modificara dicha publicidad.
Al año siguiente, en 2010, Foodwatch Países Bajos “premió” al Actimel con el Gouden Windei (Huevo Hueco de Oro) a la publicidad más engañosa y, por si faltaba poco, la organización de defensa de los consumidores española FACUA otorgó en ese mismo año a un anuncio de Danone relacionado con el Actimel el dudoso honor de ser el segundo peor anuncio del año en España (¿se acuerdan de aquel surrealista spot presentado protagonizado por Susana Griso?)… hasta la Comisión Federal de Comercio estadunidense denunció a la marca por publicidad fraudulenta.



 Pero uno de los mayores golpes que ha recibido Danone le llegó en 2010 por parte de laAgencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) que, en un informe demoledor, rechazó los más de 20 trabajos de investigación que pretendían avalar los beneficios del Actimel para reducir las toxinas producidas por la especie bacteriana Clostridium difficile, toxinas responsables de diferentes enfermedades gastrointestinales como puede ser la diarrea. El panel de expertos de la EFSA destacó que las toxinas sólo se habían medido en aquellos pacientes que habían desarrollado diarrea asociada a los antibióticos y que no se habían dado datos sobre los efectos de Actimel contra las toxinas de la Clostridium difficile. También la EFSA destacó errores de procedimiento en algunos estudios.

Y ante todos estos varapalos que está recibiendo Danone y que no solamente contradicen la publicidad científica empleada en el Actimel durante años, sino que ponen en riesgo el elevado número de ingresos que reciben de su lácteo probiótico favorito (Actimel junto a Activia llega a facturar US$ 5.300 millones, aproximadamente el 25% de la facturación total de Danone)…¿cómo ha reaccionado la multinacional? Pues de cinco formas muy distintas que son convenientes analizar.
1) La primera de ellas es la tradicional… matar al mensajero. Sorprendentemente, el presidente de Danone Baby Nutrition, tras conocer el informe de la EFSA, realizó unas declaraciones en las que denunció que el rechazo de la autoridad europea a aceptar su reclamo de que el consumo de Actimel fortalece el sistema inmunitario era fruto de la poca credibilidad del sistema de revisión científica de la agencia. Danone acusó a este organismo de ignorar datos científicos de las pruebas que ratifican los beneficios de sus probiótico sin detallar cuáles eran los procedimientos erróneos.

2) En segundo lugar Danone, junto con otras seis empresas que han hecho una gran inversión en la investigación y el desarrollo de los alimentos probióticos (Yakult, DuPont-Danisco, Chr Hansen, Institut Rosell Lallemand, Probi y Valio) han creado la Global Alliance for Probiotics no solamente para fomentar la comprensión y el conocimiento de los probióticos, sino para defender sus intereses ante lo que consideran un ataque desmesurado por parte de la EFSA. Hablando claramente la Global Alliance for Probiotics es lo que se conoce como lobby alimentario… pero la EFSA ni se ha inmutado y ha seguido denegando solicitudes sin rigor científico.
3) Aportando nuevos estudios para avalar la publicidad que se quiere alegar. En realidad esta sería la opción más correcta ya que si tan seguros están los responsables de Danone de que el Actimel presenta todas esas propiedades beneficiosas para la salud, no debería ser tan difícil demostrarlo sin que quede ninguna duda al respecto.

Sin embargo, hasta ahora la EFSA ha denegado todas las reclamaciones de Danone así como los nuevos estudios presentados, entre otras cosas porque los propios estudios realizados por Danone presentan una serie de incoherencias. En tal dirección me gustaría recomendar el artículo “Aprendiendo ciencia con Actimel” publicado por Shora en su fenomenal “Blog de Medicina” donde se muestran algunas de las “trampas” que presentan dichos estudios y que podíamos resumir en: (1) exagerar los resultados de una publicación científica para hacerla publicitaria; (2) omitir los resultados negativos de una publicación científica de cara a la publicidad; y (3) diseñar un estudio que respalde tu publicidad aunque sea una chapuza metodológica.
4) El marketing emocional. Sin duda alguna esta cuarta opción es, desde el punto de vista científico, la más acertada, pero solamente porque no usa la ciencia en ningún momento. En los últimos tiempos se está imponiendo la moda del marketing emocional, entendiendo éste como un tipo de publicidad en la que se  intenta atraer al consumidor con estrategias y acciones desde el plano emocional, minimizando las lógicas racionales. Pues bien, Danone y su Actimel, siguiendo los mismos pasos que los humoristas de Campofrio, los extraterrestres de Mahou, o los anuncios de la Eurocopa, está utilizando el marketing emocional en estos momentos de desánimo social por los que está pasando nuestro país para intentar llegar al corazoncito de los españoles pasando de los injustificados beneficios del “Lactobacillus Casei” al plano emocional de la situación actual usando la relaciones hijos/padres en plena crisis…. prefiero reservarme mi opinión sobre este tipo de campañas así que mejor pasen y vean.


 5) La trampa legal.  Pues bien, después de haber hecho un breve pero intenso recorrido sobre la historia del Actimel, llegamos al punto fuerte de este post, la nueva estrategia de marketing de la multinacional francesa en la cual, encontrando un resquicio en la normativa europea citada al principio de esta entrada, puede publicitar lo que la EFSA le ha estado prohibiendo durante años y, sorprendentemente, gracias a una puerta que la propia EFSA se ha dejado abierta.
Sin embargo tengo una mala noticia que darles. Para que no me vuelvan a decir que publico posts excesivamente largos, todo lo descubriré en el siguiente artículo que publicaré elpróximo lunes en el Blog donde hablaremos de la composición nutricional actual delActimel, de la laguna legal de la que se ha aprovechado, de la coherencia o no de su precio de mercado, de sus propiedades saludables corroboradas científicamente, de otras que no tanto, de algún mito que está circulando por la red y de alguna otra sorpresa.
Sí, lo sé, soy lo peor por dejarles así, y más cuando les diga que la misma estrategia que utiliza Danone la está siguiendo Mercadona con su marca blanca, Hacendado… pero parece ser que hay empresas que parece que quieren seguir acumulando premios de dudoso prestigio.



actimel21Sí. Y también por Mercadona cuando me vende su producto homólogo de la marca Hacendado… por no hablar de prácticas bastante similares que hacen otras casas comerciales. ¿Eso implica que estas empresas cometan alguna ilegalidad cuando publicitan las propiedades saludables (“Health claims”) del Actimel u homólogos? No. Todo lo que hacen no solamente es legal sino que está amparado por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), la misma que durante mucho tiempo les ha prohibido publicitar ciertos eslóganes. Entonces… ¿ha cambiado de parecer la EFSA ante nuevos estudios presentados por Danone u otras empresas? No. Simplemente que las empresas implicadas, principalmente Danone y Mercadona, han sido más listas que la EFSA encontrando un resquicio legal del cual aprovecharse. Sin embargo, y dejando claro que es una opinión personal, la estrategia de marketing empleada por estas grandes empresas me parece éticamente impresentable, por no decirlo de una forma más contundente. Veamos.
En el post publicado el pasado jueves mostramos los grandes problemas que ha tenido Danone en los últimos años en distintos países para poder publicitar la posible relación entre el consumo de su producto estrella, el Actimel, y su efecto positivo sobre la lucha contra las enfermedades gastrointestinales y que se saldaron con un informe negativo de la EFSA prohibiendo tal publicidad. Además, la multinacional con sede central en París ha visto como era sancionada por anunciar que el consumo del Actimel “activaba nuestras defensas”… hasta tuvo que quitar la famosa palabra “inmunitas” que aparecía después del archiconocido Lactobacillus casei.
Pues bien, hace una semana mi mujer se abrió una cuenta de twitter y tuvo el detalle de dedicarme su primer tuit poniendo en él una lista de productos que debía comprar en Mercadona, y entre los que se encontraba una caja de “Actimeles” para nuestra hija(porque para ella lo mejor de lo mejor) y otra del producto equivalente de la marca “Hacendado” para nosotros (porque hay que ahorrar)… y al acercarme a la línea de refrigerados y ver el producto de la marca blanca (o como quieran llamarla) de Mercadona me llevé un sorpresón.


Como pueden ver en la fotografía, y debajo de un rótulo donde Lactobacillus casei ocupa casi toda la cubierta, aparece el siguiente lema “Ayuda al normal funcionamiento del sistema inmunitario“. Asombrado porque no tenía ni idea de que la EFSA hubiese aprobado esa “health claim” para el dichoso bichito, rápidamente me fui a la lista de ingredientes por si era una cepa nueva y me encontré que el microorganismo en cuestión usado por Hacendado era Lactobacillus paracasei…pero de éste la EFSA jamás ha aprobado nada.
Inmediatamente miré a mi izquierda y allí estaban los “Actimeles” de mi hija mirándome con sonrisa picarona y con un similar eslogan publicitario “Ayudan a tu sistema inmunitario”…  más o menos la misma publicidad por la que en el Reino Unido laAdvertising Standards Authority empapeló a Danone. Así que, con más miedo que vergüenza, repetí lo hecho anteriormente con las leches fermentadas de Hacendado y miré si Danone había cambiado de bichito pero no, ahí estaba el famoso Lactobacillus casei DN-114001 exclusivo de Danone para el que jamás se había aceptado esa alegación inmunitaria… ni ninguna otra.


Pero como el diablo sabe más por viejo que por diablo, y uno ya las ha visto de todos los colores en el sector de la industria alimentaria, miré con lupa la etiqueta de Hacendado y encontré un pequeño asterisco que te llevaba a un lateral del envoltorio donde, en letra minúscula, ponía: “La vitamina B6 contribuye al normal funcionamiento del sistema inmunitario. Se recomienda el consumo de una unidad al día que ACOMPAÑADO de una alimentación variada y equilibrada y un estilo de vida saludable pueden aportar al menos el 15% de la CDR en vitamina B6”.
¿Cómo cómo? ¿Que a pesar de que siempre se nos ha intentado vender que elLactobacillus casei (o paracasei en este caso), ese que aparece en letras enormes en la etiqueta, era el responsable de la ayuda al sistema inmunitario publicitada, no es dicho microorganismo sino la archiconocida vitamina B6 la responsable de dicha alegación y si no sacamos la lupa no nos enteramos?
Como podrán imaginar a continuación me dirigí al Actimel de Danone y, efectivamente, la jugada se repetía…le habían puesto vitamina B6 a los ingredientes y, con el sistema del asterisco, le atribuían a este micronutriente la ayuda al sistema inmune y no a su exclusivo Lactobacillus casei DN-114001…que ahí seguía en su papel de protagonista.

El siguiente paso ya se pueden imaginar cual pudo ser… pasar olímpicamente de la lista de la compra del tuit de mi mujer y comprobar qué dice la EFSA sobre la vitamina B6 en el reciente“Reglamento (UE) nº 432/2012 por el que se establece una lista de declaraciones autorizadas de propiedades saludables de los alimentos”… y allí estaba escrito, en la referencia EFSA Journal 2009; 7(9):1225, que la vitamina B6 contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario cuando se cumplen ciertas condiciones marcadas en el anexo del Reglamento (CE) no 1924/2006…y que luego analizaremos porque es posible que ustedes se cabreen si se lo cuento antes de tiempo.
A estas alturas del post debemos hacer una breve recapitulación. Para poder poner el ansiado eslogan de las ayudas al sistema inmunitario tan asociado por el consumidor a este tipo de productos, y además no solamente no tener que tener que retirar las palabrasLactobacillus casei sino que sigan siendo las predominantes en la publicidad, las dos casas comerciales, Danone y Hacendado, habían añadido la cantidad mínima de Vitamina B6 (en el caso de Danone también vitamina D) requerida por el Reglamento anteriormente citado para poder decir que su consumo “Ayuda al normal funcionamiento del sistema inmunitario”.
Pero entonces, ¿el famoso Lactobacillus casei DN-114001 exclusivo de Danone sirve para algo más que cualquier microorganismo presente en un producto lácteo fermentado o en otro probiótico tradicional como es el caso de un yogurt? No, y la prueba es que Mercadona utiliza un microorganismo totalmente distinto, nada exclusivo y que no ha sido sujeto a tantísimas investigaciones científicas, pero publicita exactamente lo mismo respecto al sistema inmunitario… debido al único ingrediente común que tienen: la vitamina B6.

Pero antes de seguir hablando de las propiedades nutricionales y saludables del Actimel, y viendo el envase de uno de sus productos, se me ocurre una pregunta que hacerles a los señores de Danone. Si el microorganismo en cuestión no es el responsable de la ayuda al sistema inmunitario de su producto… ¿no creen ustedes que poner un dibujo de un microscopio en su etiqueta diciendo que apoyan al Instituto Pasteur en la investigación del sistema inmunitario no es otra forma de intentar confundir al consumidor haciéndole creer que su Lactobacillus casei DN-114001 es el responsable de su famoso eslogan? Yo creo que sí, y además me recuerda a cuando las patatas Lays Mediterráneas fueron sancionadas por poner en su envoltorio alusiones constantes al aceite de oliva y luego se comprobó, tal y como comentamos en unpost, que en la composición de su producto la presencia de este tipo de aceite era mínima… en fin, ustedes sabrán.
Aunque cada vez me iba cabreando más, lo mejor estaba aun por venir. Me había quedado intrigado por saber qué ponía exactamente el famoso documento de la EFSA en el que se aprobaba la vitamina B6 como ingrediente que contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario por lo que lo busqué para leerlo… y siguieron las sorpresas.
En el citado informe de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, y que no ocupa más de medio folio, aparece un párrafo donde se indica que no solamente no hay evidencias que la ausencia de un aporte externo de vitamina B6 pueda perjudicar el funcionamiento normal del sistema inmunitario, sino que dicha vitamina se puede conseguir sin ningún tipo de problema con una dieta equilibrada, por lo que no hay que recurrir a suplementos externos… ¿pero esa vitamina es difícil de encontrar?

La vitamina B6 es una vitamina hidrosoluble que se presenta en tres formas intercambiables. La forma original es lapiridoxina; las formas fosforiladas, elfosfato de piridoxal y el fosfato de piridoxamina, son coenzimas en las reacciones de transaminación. Pues bien, es tan frecuente la presencia de vitamina B6 en los alimentos (se encuentra en el germen de trigo, carne, huevos, pescado y verduras, legumbres, nueces, alimentos ricos en granos integrales, panes y cereales enriquecidosincluso en la propia leche con la que se elaboran los probióticos hay vitamina B6) que las deficiencias dietéticas de este producto son muy raras…. así que si el hecho de consumir este producto lácteo bien sea de la marca Danone o de la marca Hacendado es por favorecer el sistema inmunitario, que sepan que esto lo están consiguiendo ustedes a diario sin necesidad de suplementar su dieta.

Ya, pero al ser el Actimel o el producto de Hacendado un alimento funcional enriquecido en vitamina B6, la cantidad de ésta será superior a la presente en un alimento normal no enriquecido ¿no? Pues evidentemente dependerá del alimento en cuestión con el que lo comparemos pero, a modo de ejemplo, estudiemos el contenido de vitamina B6, y por tanto su potencial efecto sobre el sistema inmunitario, de un producto de los más consumidos en nuestro país y con el que meriendan muchos niños al igual que con el Actimel: el plátano.

En la tabla adjunta se pueden observar los requerimientos dietéticos recomendados para la vitamina B6. Según el informe de la EFSA un alimento enriquecido en Vitamina B6 podrá poner en su publicidad que su consumo puede “ayudar al normal funcionamiento del sistema inmunitario” siempre y cuando aporte el 15% de la cantidad diaria recomendada de dicha vitamina por lo que se necesitarán, de acuerdo con dicha tabla, aproximadamente los 0.20 mg por 100 ml (quizás un poco más) que indica el botecito del probiótico de Danone o el de Hacendado… ¿y cuántos mg de Vitamina B6 nos aporta un plátano? ¿Seguro que quieren saberlo?
Pues ni más ni menos, y según datos tomados de varias tablas de composición de alimentos como la que se puede observar en la figura, 0.66 mg… ¡3.3 veces más que nuestros probióticos tan guays! Sí, les estoy diciendo que un plátano ayuda a su sistema inmunitario más del triple de lo que puede hacerlo los productos protagonistas del post de hoy… por no hablar de la gran cantidad de otras propiedades nutricionales que tiene el plátano.


Pero para acabar la faena voy a decirles por cuanto nos sale económicamente la broma del Actimel comparada con la del plátano. Un pack de 6 botecitos del producto estrella de Danone vale 3 euros, a 50 céntimos la unidad. En la misma superficie comercial una bolsa que contenía 6 plátanos costaba 1.01 euros, a 0,168 euros el plátano… ¡¡unas 3 veces menos!! En el caso de la marca blanca de Mercadona, el botecito de probiótico sale a 0.29 euros la unidad, 1.72 veces más caro que el plátano… sin comentarios.

ConclusiónUn plátano, cuyo precio es tres veces menor, proporciona más del triple de Vitamina B6, la única responsable de la ayuda al sistema inmunitario según los dictámenes oficiales de la EFSA, que un botecito de Actimel, y en el caso de la marca Hacendado el resultado es muy similar. Eso sí, en la piel del plátano no viene ningún microscopio dibujado, ni ninguna alusión al Instituto Pasteur, ni ningún eslogan publicitario… es lo que hay.
Estimados señores de Danone, estoy absolutamente de acuerdo con ustedes, tal y como expresan en su página web apoyados por distintas asociaciones de nutricionistas y diferentes profesionales del sector, en que los correos que están circulando por internet acerca de los riesgos de consumir Actimel son absolutamente infundados. Sin embargo, no puedo estar de acuerdo, ni con ustedes ni con Mercadona, en el modo de proceder en sus campañas publicitarias. Como dije el pasado jueves no hay cosa que más me duela que intenten tomarme el pelo con medias verdades… y eso es lo que, a mi entender,  están haciendo ustedes intentando confundir gravemente al consumidor.
Pero como en “Casa Scientia” no tenemos el más mínimo interés comercial, les voy a reconocer una cosa. A pesar de que todo lo expuesto en el post es absolutamente cierto y contrastable, la versión que les he contado acerca de mi visita a Mercadona no es del todo exacta. Conozco desde hace mucho tiempo cuáles han sido los movimientos de Danone y Hacendado (recordemos que el documento de la EFSA es del 2009) así que yo no me llevé sorpresa… pero otros sí.
En el transcurso de los siete días que llevo elaborando las dos entradas que ustedes han podido leer en el blog acerca de este tema, he realizado una encuesta a 100 personasconsumidoras de sus productos. Pues bien, cuando les pregunté acerca de cuál era el ingrediente que proporcionaba la ayuda al sistema inmune todas, absolutamente todas, contestaron rápidamente que el famoso Lactobacillus casei… por lo que el éxito de la estrategia de marketing de sus dos empresas es espectacular. No me cabe ninguna duda, señores empresarios, que podrán imaginarse la cara de asombro que pusieron cuando les conté que la verdadera responsable era la vitamina B6 que podían encontrar en casi cualquier alimento, pero si hubiesen visto su reacción de indignación al contarle la historia del plátano a lo mejor entenderían el mensaje que les he mandado en estos dos posts… salvo que quieran ganar otro premio de los muchos que ustedes llevan concedidos por exhibir una publicidad más que dudosa.
Sin embargo, ya saben que en este blog nos tomamos las cosas con un poco de humor y no solamente no vamos a ponernos dramáticos, sino que les voy a dar una idea para su próxima campaña publicitaria… y sin cobrarles ni un céntimo que en Scientia vamos sobrados.

Al leer detalladamente todos los informes de la EFSA relativos a la Vitamina B6, me he dado cuenta que no solamente ustedes están legalmente respaldados para publicitar que sus productos sirven para ayudar al sistema inmunitario, sino que la EFSA también les permite poner en la publicidad del Actimel y similares que sus dichosos probióticospueden ayudar al funcionamiento normal del sistema nervioso, a la síntesis normal de la cisteína, al metabolismo energético normal, al metabolismo normal de la homocisteína, al metabolismo normal de las proteínas y del glucógeno, a la función psicológica normal, a la formación normal de glóbulos rojos, a disminuir el cansancio y la fatiga y a regular la actividad hormonal… y todo amparado por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria.
Pero entonces… ¿por qué no ponen todo eso en la etiqueta de su milagroso producto? Una posible razón podría ser que más que una etiqueta necesitarían un pergamino pero yo creo que por ahí no van los tiros. Me inclino más a pensar que si anuncian que sus productos tienen todas esas propiedades saludables podrían distraer al consumidor de su objetivo principal que no es otro, como ha quedado demostrado en este post, que la gente siga relacionando el Lactobacillus casei con el sistema inmunitario… ¿o no pillines?
Bueno señores les dejo que yo me voy a tomar un plátano en vez de un Actimel para “ayudar a mis defensas”, y no solamente porque prefiera pagar 0.25 céntimos por cada miligramo de vitamina B6 en vez de 2.5 céntimos (¡10 veces menos!), sino porque los que ya tenemos una edad nos sentimos más identificados con Mowgli y Baloó que con los chicos del “Equipo Actimel“…

fuente: aqui

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