Quedamos en que cada mente humana
contiene una acumulación de opiniones, convicciones o conceptos errados
contrarios a la Verdad y en conflicto con los Principios básicos de la
Creación y que están perennemente manifestando, en las condiciones
exteriores, todas esas calamidades y sufrimientos que aquejan al ser
humano y el mundo en general; enfermedades, accidentes, dolencias,
pleitos, desarmonías, escasez, fracasos y hasta la muerte.
Felizmente, nada de eso se ajusta a la Verdad del Ser. Felizmente existe la manera de borrar todas esas creencias falsas
y de sustituirlas por correctas, que no solamente produzcan
condiciones y circunstancias positivas, buenas, felices, correctas,
sino que, una vez corregido el error y establecida la Verdad en el subconsciente,
nunca más podrán volver a suceder las cosas negativas en nuestras
vidas. La orden ha sido cambiada. El imán ha cambiado de polo. Es
absolutamente imposible atraer algo que no encuentre ya su
correspondencia en nosotros.
La fórmula infalible
es la siguiente: Cada vez que te ocurra algo indeseable, que te
enfermes, que te ocurra un accidente, que te roben, que te ofendan, que
te molesten… o que TU seas la causa de algún mal hacia otro o hacia ti
mismo… si eres afligido por un defecto físico, o moral, o de carácter;
si te desagrada alguien, si lo detestas, o si amas demasiado y sufres
por esto; si te torturan los celos; si te enamoras de alguien que
pertenezca a otro; si eres víctima de una injusticia, o eres víctima del
dominio de otro. (La lista es interminable, de manera que suple tú la
condición que te esté afectando). Conoce la Verdad.
La Verdad, la ley suprema es La Armonía Perfecta,
la belleza, la bondad, la justicia, la libertad, la salud (Vida),
inteligencia, sabiduría, amor, dicha. Todo lo opuesto es apariencia. Es
contrario a la ley suprema de la Armonía Perfecta luego es mentira
porque es contrario a la Verdad.
Tu “YO” superior es
perfecto. En este momento y siempre ha sido perfecto. No puede
enfermarse porque es VIDA. No puede morir por la misma razón. No puede
envejecer. No puede sufrir. No puede temer. No puede pecar. No tiene que
luchar. No puede cambiar jamás. Es bello. Es amor, inteligencia,
sabiduría, dicha. Esa es la Verdad. Es tu Verdad, la mía, la de todos
los seres humanos, ahora mismo.
No es que el ser humano sea Dios. Así
como una gota de agua de mar no es el mar. Pero contiene todo lo que
forma y contiene el mar, en un grado infinitesimal; y para un átomo, esa
gota de agua es un mar. Cualquiera cosa que estés manifestando; que te
esté ocurriendo contraria a La Armonía Perfecta, o que tú misma estés
haciendo o sufriendo contraria a la Armonía Perfecta, se debe a una creencia errada
que tú creaste, ya lo sabes, y que por reflejo estás lanzando hacia
afuera y atrayendo su igual del exterior. No tiene nada que ver con tu
YO superior. Este continúa perfecto. Sus condiciones y su situación son
perfectas.
Ahora, en cada una de las circunstancias
enumeradas más arriba, debes recordar lo que te acabo de decir, en
primer lugar, y luego decir mentalmente o en voz alta, como quieras. “No
lo acepto”. Dilo con firmeza pero con infinita suavidad. Los trabajos
mentales NO NECESITAN de la fuerza física. Ni el pensamiento ni el
espíritu tienen músculos. Cuando tú digas “No lo acepto”, hazlo como si
dijeras “No me da la gana”, tranquilamente, pero con la misma
convicción y firmeza, sin gritar, sin violencia, sin un movimiento, sin
brusquedad ¿Me hago comprender?
Después de haber dicho “No lo acepto”, recuerda que tú YO superior es perfecto: que sus condiciones son perfectas. Ahora di: “Declaro que la Verdad de este problema es (armonía, amor, inteligencia, justicia, abundancia, vida, salud, etc, cualquiera que sea lo opuesto a la condición negativa que se esté manifestando en ese momento). Gracias Padre que me has oído”.
No tienes por qué creer ciegamente lo que estás leyendo. Debes comprobarlo tú mismo. En el lenguaje metafísico esto se llama “un tratamiento”.
Después de todo tratamiento hay que conservar la actitud que se ha
declarado. No se puede uno permitir que entre la duda respecto a la
eficacia del tratamiento, ni se puede volver a expresar en palabras los
conceptos, opiniones y creencias de antes, porque se destruye, se anula
el tratamiento. El propósito es el de transformar el patrón mental que
ha estado dominando en el subconsciente, o sea, el clima mental en que
has estado viviendo, con toda tu serie de circunstancias negativas. Esta
renovación se hace cambiando cada creencia antigua a medida que vayan
presentándose ante nuestra vida (o nuestra conciencia, en conocimiento
desacuerdo con la Verdad).
Hay convicciones que están tan
arraigadas que son lo que se llama en el lenguaje metafísico
“cristalizaciones”. Estas requieren más trabajo que otras. Pero cada
“Negación” y “afirmación” que se haga respecto a estas cristalizaciones
va borrando el diseño original hasta que desaparece totalmente y no
queda sino la Verdad. Verás los milagros que ocurren en tu vida, en tu
ambiente y en tus condiciones.
Tú no tienes defectos sino apariencia de
defectos. Lo que ves como defectos morales o físicos son transitorios
porque al “conocer la verdad” de tu YO verdadero, tu Cristo, tu Ser
Superior es perfecto hijo de Dios hecho a semejanza del Padre,
comienzan a borrarse las imperfecciones que tu estás presentándole al
mundo. Es un hecho constatable. Todo estudiante de metafísica cristiana
te puede corroborar lo que acabo de decirte.
Esta es La Gran Verdad. No la olvides
jamás. Comienza ahora mismo a practicarla. Mientras más se practica más
se realiza, más se adelanta y más feliz te sentirás. Acuérdate. Tú eres
único, como tus huellas digitales. Fuiste creado por un diseño único,
para un propósito especial que no puede cumplir nadie más que tú. Has
tardado 14.000 años para evolucionar a tu sitio de hoy. Las expresiones
de Dios son infinitas. Tú y yo somos sólo dos de esas infinitas
expresiones.
fuente: aqui
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