domingo, 6 de abril de 2014

COMO TODO PUEDE GUIARNOS HACIA UN MEJOR DESTINO - Yehuda Berg


Una de las leyes de la espiritualidad establece que todo ocurre por una razón y que lo que sea que suceda siempre ocurre a nuestro favor. Suena muy bien, ¿verdad? Pero en los momentos más oscuros de nuestra vida, ésta es una píldora muy difícil de digerir y por lo general no queremos escucharla.

A veces ocurren cosas en la vida que no esperamos y deseamos con muchas ansias entender por qué ocurren.
En estos momentos, lo primero que tenemos que tener mente es que todo en la vida es interdependiente. Puede que algo ocurra sólo para que algo más también suceda. Un hombre pierde su tren para poder conocer a alguien que lo ayudará en sus negocios mientras espera por el siguiente. Una mujer es abandonada por su prometido porque en un año conocerá al hombre que está destinado a ser el padre de sus hijos. Pero cuando hemos perdido nuestro tren o hemos sido abandonados, no vemos la película completa. No vemos diez años más adelante, ni siquiera vemos los 10 minutos siguientes, así que nos volvemos reactivos. Nos molestamos tanto por tener que tomar otro tren que no nos sentimos con ánimo de hablar con nadie y perdemos la oportunidad de conocer a nuestro próximo socio de negocios. Nos deprimimos tanto por la ruptura que nos aislamos en lugar de colocarnos en situaciones en las que potencialmente podamos conocer nuevas personas.

En resumen, en el momento en el que decidimos juzgar la situación como “mala”, nos cerramos a la bendición que viene en nuestra dirección.

Todo lo que nos ocurre puede guiarnos a un mejor destino cuando escogemos enfrentarlo de manera proactiva en vez de reactivamente.

En los momentos en los que no puedas ver lo bueno en una situación, recuerda que no necesitas verlo. Sólo necesitas confiar en ello.
 
 

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