El chamanismo es un sistema de sanación, un camino de sabiduría
ancestral, una filosofía práctica, una disciplina espiritual y una forma
de vida. Se estima que tiene entre cuarenta y veinte mil años de
antigüedad.
Surgió en diferentes partes del Planeta (en todos los continentes) y no
fue ni es exclusivo de ninguna etnia en particular. Se ha practicado y
se practica en diversas regiones geográficas y climáticas: selvas,
bosques, montañas, planicies y desiertos, tundra, ártico, y costas; y en
zonas de variada densidad de población, desde las más pobladas hasta
las más aisladas de la naturaleza.
Tantos años y tantas culturas han dado lugar a una gran diversidad de
tradiciones chamánicas, por lo que a veces resulta difícil englobarlas a
todas en una misma disciplina. No obstante, se puede hablar de
“chamanismo” (en singular) porque estas tradiciones comparten una
cosmovisión, una búsqueda, y una forma de relacionarse con la vida y el
medio ambiente.
La cosmovisión chamánica se basa en una serie de premisas o principios, que se pueden sintetizar de la siguiente manera:
Todo es energía.
En el Universo todo está conectado.
El Universo tiene un aspecto material y otro Espiritual
El aspecto Espiritual crea el material.
El aspecto Espiritual no está separado del material, aunque lo percibamos como separado.
Podemos experimentar las conexiones y comunicarnos con todas las cosas
Podemos aprender, obtener ayuda, sanación y guía de los elementos de la naturaleza.
Podemos acceder en forma consciente y deliberada al plano Espiritual
para conectar con fuentes de Amor, Poder y Sabiduría y co-crear nuestra
experiencia de la realidad.
Podemos comunicarnos con la naturaleza y el mundo Espiritual a través de experiencias directas, simbólicas y/o intuitivas.
Esta cosmovisión es (en términos actuales) simbólica, ecológica y holística.
Los chamanes sabían desde épocas ancestrales, muchas de las cosas que
fueron corroboradas por la ciencia en nuestros días. Sabían por ejemplo:
que materia y energía son un continuo, que la energía puede
transformarse en materia y la materia en energía, que nuestra
consciencia e intenciones influyen y modifican tanto a la materia como a
la energía.
Los cuatro pilares de la práctica
Para comprender cómo se realiza la práctica chamánica resulta útil
diferenciar cuatro fases o aspectos, que denominaremos pilares. Si bien
se describen por separado, porque cada uno constituye un procedimiento
específico, en realidad se hallan en constante interacción, son
interdependientes y su práctica transcurre en un proceso circular.
Proceso circular en el sentido de que una vez realizados los cuatro
pasos, el proceso suele enriquecerse con un nuevo ciclo a partir del
anterior. Por otra parte, el orden de estas fases es dinámico y
variable, de manera que no siempre es necesario seguir la misma
secuencia.
Los pilares son:
Establecer el objetivo o propósito
Construir la energía o el poder
Limpiar o liberar el camino
Conectar con fuentes de ayuda
Establecer el objetivo o propósito:
Establecer el objetivo o propósito es definir qué queremos lograr en el
presente y/o para qué vamos a realizar una práctica en particular.
Los propósitos pueden ser amplios y generales o concretos y específicos.
Incrementar el nivel de energía, crecer espiritualmente, armonizarse,
lograr bienestar, paz, tener más confianza, serían ejemplos de
propósitos generales. Los propósitos concretos se definen en forma más
acotada y precisa. Ejemplos de estos serían: tener más energía
disponible para correr un rato a las mañanas, tener actitudes más
amables con alguna persona en particular, resolver un conflicto
determinado, valorar algo en especial, relajarse antes de dormir, dar el
siguiente paso en el desarrollo de una habilidad o destreza.
En líneas generales podríamos decir que cuando establecemos objetivos
claros y específicos podemos ser más efectivos. Esto no quiere decir que
no debamos proponernos algo general, sino que suele ser más útil
trabajar con algo en particular, sobre todo si estamos en pleno
aprendizaje o poniendo algo en marcha.
Si bien desde la perspectiva espiritual estas precisiones no serían
necesarias, puesto que el Espíritu todo lo sabe, para el resto de
nuestro ser, o sea nuestro aspecto físico, emocional y mental la
especificación es de gran ayuda.
Definir qué queremos alcanzar no implica “garantizar” resultados,
porque las cosas no siempre se desenvuelven en tiempo y forma de
acuerdo a nuestros criterios, deseos, y expectativas personales, sino
que se desenvuelven de acuerdo a las vibraciones del espíritu.
Establecer un propósito es definir hacia dónde queremos ir y cómo vamos a
responder a nuestras circunstancias, qué queremos cambiar y transformar
en relación a nuestra experiencia de la realidad, qué queremos ser,
hacer o pensar. Implica definir una dirección y hacer todo lo que se
requiere para llegar allí.
Construir el poder o la energía
Todos los seres humanos tenemos o en realidad, somos energía. La energía
es vibración, movimiento. El poder es la capacidad de dirigir la
energía hacia algún objetivo.
Incrementar la energía quiere decir aumentar la vibración o el
movimiento, en cualquiera de los niveles de expresión: físico,
emocional, mental y espiritual. Incrementar el poder significa aumentar
nuestra capacidad para dirigir en forma consciente y voluntaria la
energía hacia un objetivo determinado.
Cuanta más energía le damos a algo, mayor será su despliegue. Cómo le
damos energía? Fundamentalmente a través de la atención y la intención.
Pero además de energía, necesitamos poder, o sea ser capaces de conducir
esa energía hacia una meta. Cómo dirigimos la energía? Básicamente a
través de los procesos de elección. Qué elegimos? Elegimos por ejemplo,
el valor que tienen las cosas para nosotros, su importancia y su
significado. Elegimos también nuestras intenciones, acciones,
pensamientos e imágenes como así también las técnicas o métodos más
adecuados para alcanzar nuestros objetivos y transformarnos.
Despejar el camino
Esta es otra parte fundamental de nuestra práctica: liberar el camino de
bloqueos e interferencias para que la energía y el poder puedan fluir
adecuadamente.
Cuáles son los bloqueos fundamentales? Sintéticamente podemos decir que:
A nivel físico: el exceso de tensión muscular
A nivel emocional: los miedos, la ira y la culpa
A nivel mental: los conflictos, dudas y confusiones
A nivel espiritual: la falta de fe y confianza
Qué ayuda a liberar estos bloqueos?:
A nivel físico: la relajación
A nivel emocional: la aceptación y la calma (sanar el miedo, la ira y la culpa)
A nivel mental: la decisión o elección (resolver conflictos, dudas y confusiones)
A nivel espiritual: conectar con la Fuente
Conectar con fuentes de ayuda
El camino chamánico busca integrar la experiencia espiritual en el mundo
material. No busca trascender el mundo físico, sino armonizar nuestra
relación con él y experimentar ambos mundos (espiritual y material) como
dos aspectos integrados de una misma Realidad. El mundo material es el
aspecto manifestado y el mundo espiritual el aspecto invisible e
inmanifestado.
Todo lo que existe en el planeta tiene su contrapartida espiritual, con
la que podemos conectar, intercambiar energía e información. En el mundo
espiritual existen además espíritus, energías o fuerzas de ayuda con
las que el practicante puede interactuar. Estas energías o fuerzas nos
brindan guía, conocimiento, enseñanzas, protección y ayuda permanente en
nuestras vidas, aún cuando no siempre somos conscientes de ello.
Podemos conectar en forma consciente y deliberada para buscar
orientación, sanación, amor, poder y sabiduría.
Según esta perspectiva, todos contamos con fuerzas de ayuda, lo creamos o
no. Devenir conscientes de esta conexión nos permite ir más allá de
nuestros límites personales y trascender nuestra sensación de separación
de la Fuente.
Las fuerzas espirituales colaboran incondicionalmente con nosotros,
nuestros propósitos, crecimiento y desarrollo; responden a nuestras
preguntas y pedidos. A través de la práctica aprendemos a escuchar e
interpretar sus respuestas.
Habría mucho más para decir sobre cada uno de estos temas, pero aquí
sólo he querido hacer una breve presentación y ahora, un último
comentario.
Desde tiempo inmemorial los chamanes han acumulado observaciones y
experiencias acerca de la vida y de lo que nos ayuda a vivir en armonía
en el Planeta. La práctica chamánica puede ser vista como algo
“sobrenatural”, pero en realidad sólo abarca una mayor extensión de lo
natural. Esta práctica va más allá de la percepción habitual, de las
nociones que limitan la existencia a aquello que podemos pensar, ver,
tocar o escuchar.
Para transitar este camino no es necesario partir de la confianza. El
chamanismo es una disciplina pragmática que se sustenta en la
comprobación personal. La confianza cuando no es punto de partida, suele
ser un punto de llegada y surge como consecuencia de persistir en una
práctica adecuada.
A medida que se gana experiencia se incrementa la confianza y cuanta
mayor confianza mayor efectividad. El proceso nuevamente es circular: la
experiencia fortalece la fe y la fe nos abre a niveles cada vez mayores
de efectividad y experiencia.
fuente: aqui
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