Recuerde este proverbio chino: “Los Maestros pueden abrir la puerta mas sólo usted puede entrar.”
- Tenga un proyecto de vida, más esté abierto para percibir las
señales del camino. Sea flexible como los gajos de un árbol al viento,
así nada podrá quebrarlo.
- Encienda un incienso. Él marca el tiempo de su meditación o de
cualquier actividad y purifica el ambiente. Además de eso, según los
monjes zen-budistas, el humo esparce bienestar a todos los seres y eleva
nuestro espíritu.
- Tenga cerca una caja de arena, con algunas piedras y modifique
cada día la posición de ellas y el trazado de los granos. Mover en el
jardín zen es una forma de aquietar la mente y una metáfora de la vida:
Todo está cambiando en todo momento, un día es diferente de otro y usted
puede crear su presente.
- En el trabajo, cuando estuviera en una situación de conflicto o
recibiera una provocación, no reaccione inmediatamente. Respire y preste
atención, pues siempre hay una manera de resolver las cuestiones de
forma pacífica, con respeto, amorosamente. Caso contrario, usted entra
en la sintonía de acciones y pensamientos negativos, dañinos para los
otros y para usted mismo.
- En el tránsito, manténgase atento y gentil con los otros
conductores. Mantenga distancia y ceda el paso. Si está muy alterado con
la espera, tenga en el vehículo música tranquila y algunos caramelos.
Eso baja la ansiedad y suaviza el enojo e impaciencia.
- Simplemente sea lo que es, acepte su cuerpo y sus pensamientos.
Acuérdese de mirar hacia el cielo. Eso expande los límites de la mente y
nos recuerda que somos una pequeña parte del inmenso Universo, que está
siempre en movimiento.
- Al hablar, use palabras de cariño y respeto, pues usted está delante de otro ser humano, sea quien fuera.
- Reserve algún tiempo, y apenas quede sin hacer nada: No piense, no contemple, no desee cambios.
- En cada gesto simple de lo cotidiano, usted puede descubrir
nuevos placeres. Saboree el agua y cada alimento como un bien precioso,
una fuente de energía vital. Cuando esté comiendo o cocinando, no
desperdicie.
- Comience el día sentándose con la columna recta, (puede ser en
una silla), perciba su respiración, los latidos de su corazón, sus
tensiones, sus pensamientos. Quédese así por algunos minutos, después
respire hondo y salga al mundo dispuesto a aceptar el día como venga,
como si fuese el primero de su vida.
- Viva el momento presente. El pasado ya se fue y el futuro aún no existe. El aquí y ahora es la única realidad.
- La respiración tiene el poder de cambiar rápidamente su estado de
ánimo. En situaciones de estrés, ansiedad, enojo, tristeza, calme su
respiración y tenga en mente que todas las situaciones son pasajeras,
que todo está en constante transformación.
- Preste atención en todo lo que hiciere y mire las acciones y los
comportamientos repetitivos como una nueva oportunidad de percibir la
vida con más cuidado y amor.
Zen: Esta filosofía
milenaria nació en China en el año 618 de nuestra era, bajo la dinastía
de los Tang. Su nombre proviene del término Ch´an que significa,
literalmente, meditación. Está basada en las enseñanzas de Buda que
hablan sobre lo transitorio de la vida y del camino para lograr la
iluminación que puede llevarnos al Nirvana, es decir, el estado
espiritual de perfección y de unión total con el Creador.
fuente: aqui
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