Thich Nhat Han es un Maestro Zen nacido
en Vietnam Central el 11 de Octubre de 1926, monje budista desde hace
más de cuatro décadas y activista por la paz, nominado para el Premio
Nobel por ese motivo. Refugiado político en Francia desde 1972, por su
combate pacífico, empezado durante la guerra de Vietnam. En Vietnam
fundó la Escuela de la Juventud para los Servicios Sociales, la
Universidad Budista de Vanh Hanh, la editorial Le Boi Press y la Orden
del Interser. Enseñó en la Universidad de Columbia y la Sorbona. En 1967
Fue nominado por Martin Luther King para el Premio Nobel de la Paz.
Actualmente vive en Francia, en una
comunidad de enseñanza budista llamada Plum Village fundada en 1982,
cercana a Burdeos. Viaja constantemente por el mundo dando enseñanzas y
conferencias y ayudando a los refugiados. Ha escrito más de 60 libros en
inglés, francés y vietnamita. Algunos han sido traducidos al español.
Sus textos y conferencias se centran a menudo en la necesidad de
transmitir a la acción cotidiana y social una intención profunda de amor
surgido de una atención consciente.
1. No seas idólatra ni te ates a ninguna doctrina, teoría o ideología, incluso a las Buddhistas. Todos los sistemas de pensamiento son medios de guía; no son la verdad absoluta.
2. No creas que el conocimiento que tienes en este momento es la verdad inmutable, absoluta.
Evita ser de mentalidad estrecha y atarte a los puntos de vista
presentes. Aprende y practica el desapego de los puntos de vista para
estar abierto a recibir los puntos de vista de los demás. La verdad se
encuentra en la vida y no meramente en el conocimiento conceptual.
Prepárate para aprender a través de toda la vida y a observar la
realidad en ti mismo y en el mundo en todo momento.
3. No fuerces a los demás, ni
siquiera a los niños, por ningún medio en absoluto, a adoptar tus puntos
de vista, ya sea por autoridad, amenaza, dinero, propaganda o incluso
educación. Sin embargo, por medio del diálogo compasivo, ayuda a los demás a renunciar al fanatismo y la estrechez.
4. No evites el contacto con el sufrimiento ni cierres tus ojos ante el sufrimiento.
No pierdas la conciencia de la existencia del sufrimiento en la vida
del mundo. Encuentra maneras para estar con aquellos que están sufriendo
por todos los medios, incluyendo el contacto personal y las visitas,
imágenes, sonido. Por tales medios, despierta tú mismo y a los demás a
la realidad del sufrimiento en el mundo.
5. No acumules riqueza mientras millones están hambrientos.
No tomes como el objetivo de tu vida a la fama, el provecho, la riqueza
o el placer sensual. Vive simplemente y comparte el tiempo, la energía y
los recursos materiales con quienes están en necesidad.
6. No mantengas ira u odio.
Tan pronto como surgen la ira y el odio, practica la meditación sobre
la compasión para comprender profundamente a las personas que han
causado ira y odio. Aprende a ver a los otros seres con los ojos de la
compasión.
7. No te pierdas en la dispersión y en el ambiente que te rodea.
Aprende a practicar la respiración para recuperar la compostura del
cuerpo y la mente, para practicar la atención, y para desarrollar la
concentración y la comprensión.
8. No pronuncies palabras que puedan crear discordia y causar ruptura en la comunidad. Haz todos los esfuerzos para reconciliar y resolver todos los conflictos, aunque sean pequeños.
9. No digas cosas falsas por el bien del interés personal o para impresionar a las personas.
No pronuncies palabras que causen desviación y odio. No difundas
noticias que no sabes si son ciertas. No critiques o condenes cosas de
las que no estás seguro. Habla siempre verdadera y constructivamente.
Ten el valor de hablar sobre situaciones de injusticia, aun cuando
hacerlo pueda amenazar tu propia seguridad.
10. No uses a la comunidad Buddhista para ganancia o provecho personal, ni transformes tu comunidad en un partido político.
Una comunidad religiosa debe, sin embargo, tomar una actitud clara
contra la opresión y la injusticia, y debe esforzarse por cambiar la
situación sin engancharse en conflictos partidarios.
11. No vivas con una vocación que sea dañina para los humanos y la naturaleza.
No inviertas en compañías que priven a los demás de su oportunidad de
vivir. Elige una vocación que ayude a realizar tu ideal de compasión.
12. No mates. No permitas que otros maten. Encuentra todos los medios posibles para proteger la vida y prevenir la guerra.
13. No poseas nada que debería pertenecer a los demás.
Respeta la propiedad de los demás pero evita que los demás se
enriquezcan con el sufrimiento humano o el sufrimiento de otros seres.
14. No maltrates a tu cuerpo.
Aprende a manejarlo con respeto. No veas a tu cuerpo sólo como un
instrumento. Preserva las energías vitales (sexual, respiración,
espíritu) para la realización del Camino. La expresión sexual no debería
ocurrir sin amor y compromiso. En las relaciones sexuales, sé
consciente del sufrimiento futuro que pueda causarse. Para preservar la
felicidad de los demás, respeta los derechos y compromisos de los demás.
Sé plenamente consciente de la responsabilidad de traer nuevas vidas al
mundo. Medita sobre el mundo al cual estás trayendo nuevos seres.
No creas que yo siento que sigo todos y
cada uno de estos preceptos perfectamente. Sé que fallo de muchas
maneras. Ninguno de nosotros puede cumplir plenamente cualquiera de
ellos. Sin embargo, debo trabajar hacia una meta. Esta es mi meta.
Ninguna palabra puede reemplazar a la práctica, sólo la práctica puede
hacer a las palabras.
Fuente: www.lawebdepedro.com.ar
fuente: aqui
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