El número es la esencia de todo lo que existe, puesto que las cosas difieren unas de otras por razones cuantitativas y numéricas. A partir de este hecho, se puede afirmar que todos nuestros gustos, éxitos y fracasos siempre están precedidos por una progresión de contingencias numéricas que determinan nuestras acciones según la armonía que exista en el mundo que nos rodea.
En
el campo de las investigaciones no se pueden obviar los números, pues
cualquier tipo de clasificación que se haga debe ser medida o comparada a
través de dígitos numéricos. En el mundo del trabajo, la productividad
es evaluada numéricamente y el concepto de posesión (objetos, dinero,
etc.) viene expresado en cifras.
Cuando
queremos localizar a alguien a través del teléfono, de una dirección
postal o en un horario determinado, lo hacemos por medio de números. En
nuestra vida diaria, frecuentemente aparecemos como números, debido a
nuestro documento de identidad, licencia de conducción, pasaporte, placa
de circulación, etc.
Los
números son para nosotros el sinónimo de la felicidad cuando
representan un pago por recibir o la ganancia de una buena suma de
dinero, pero se convierten en una expresión de tristeza cuando
representan una deuda por pagar o una pérdida sufrida...
En
apariencia, los números son los instrumentos de comunicación y
comprensión práctica de nuestra cotidianidad. Sin embargo, ellos no
solamente caracterizan el frío y abstracto lenguaje de las matemáticas,
sino que también integran en sí mismos un complejo sistema
interpretativo por medio del cual es posible penetrar en la esencia de
todo lo que nos rodea, incluyendo el conocimiento de nosotros mismos.
Orígenes de la Numerología
Para
la Numerología, el Número es un símbolo. Por tanto, la Ciencia de los
Números ciertamente se originó a partir de los símbolos usados por los
hombres primitivos para expresar sus primeras ideas.
Hace miles de años, civilizaciones y culturas tan antiguas como
las de los Chinos, Japoneses, Griegos, Hebreos, Árabes, Egipcios,
Fenicios, Cristianos, Mayas e Incas, emplearon sus propios sistemas
numéricos y matemáticos para desentrañar los misterios de la vida humana
y la formación del Universo.
Los
antiguos eruditos estudiaban y usaban los números como una guía de
vida, llegando a asignarles propiedades cabalísticas y mágicas. De
hecho, los hindúes y los árabes recetaban “cuadrados mágicos” compuestos
por números, como amuletos de protección y sanación.
La
Qabalah, antiguo conocimiento místico hebreo, proporcionaba importantes
revelaciones espirituales a través de la Gematria, un sistema numérico
usado principalmente para el estudio de la Biblia. Con valores numéricos
muy específicos, cada una de las 22 letras del alfabeto hebreo está
representada por un símbolo, un número y un concepto. En tal sentido, de
una manera muy general podemos decir que la equivalencia de valores
entre ciertas palabras, puede ser usada para interpretar los
significados y la conexión existente entre ellas.
Aunque
tales sistemas numéricos llegaron a convertirse en profundos basamentos
para el estudio, la comprensión y la divulgación de dichas culturas,
sobresale el importante papel desempeñado por el filósofo y matemático
griego Pitágoras, quien fundó - hace alrededor de 2.600 años atrás - una
rigurosa escuela filosófica y hermética creada a partir de antiguos
secretos egipcios y basada en la estrecha vinculación del devenir humano
y las leyes matemáticas que rigen los precisos movimientos del Cosmos.
El
principal postulado de la Escuela Pitagórica, base de la moderna
filosofía de los números utilizada actualmente, estaba fundamentado en
que los números han existido desde antes que apareciera la mente humana,
afirmando que todo cuanto existe está compuesto por una serie de
vibraciones numéricas que van (en su expresión más simple) del 1 al 9,
regidas por estrictas leyes de progresión y periodicidad.
A
él se le acredita la compilación científica del significado numerológico
de cada número, asociando los nueve números básicos a determinadas
expresiones humanas y desarrollando técnicas para entender sus
influencias en la vida del hombre, a través de la formulación de un mapa
natal numerológico que las explicara.
A
través del tiempo, la Numerología se constituyó en una base espiritual
no sólo para las civilizaciones antiguas, sino también para muchas
órdenes místicas y secretas que surgieron posteriormente, como la Orden
Rosacruz y la Masonería, y que perduran hasta nuestros días.
La
vigencia de lo postulado por Pitágoras es observable en las diferentes
aplicaciones de la moderna Numerología occidental, pues cada una de esas
vibraciones numerológicas corresponde a un arquetipo determinado (de
conducta, de acción, de tiempo, etc.) relacionado con conceptos de
índole espiritual, evolucionista, psicológica, física, emocional,
intuitiva, cíclica y energética.
Vibraciones energéticas
Albert
Einsten afirmó que todo está compuesto de energía: fenómenos, objetos,
personas o cualquier cosa que se nos ocurra citar. A la postre, todo es
energía en movimiento, todo vibra. Por tanto, todo fenómeno vibratorio
puede ser estudiado, medido y cuantificado. ¿Cuál es el patrón de
medición que el ser humano generalmente usa? El patrón numérico.
En
la vida diaria generalmente usamos los números para cuantificar hechos
conocidos o aquellos que consideramos lógicamente cuantificables. Pero
existen campos de conocimiento de índole sutil o abstracta donde la
lógica pareciera imponer condiciones para considerarlos no
cuantificables. ¿Si pudiésemos cuantificar lo abstracto, porqué no
hacerlo a través del uso del patrón numérico que conocemos?
Las
más recientes investigaciones científicas conducen al ser humano a la
cada vez más frecuente comprobación de los postulados de las antiguas
religiones orientales, en cuanto a la existencia de centros energéticos
en el hombre, los cuales se manifiestan a través de las emanaciones del
campo áurico.
Las
investigaciones realizadas a través del método Kirlian han hecho
posible obtener resultados cuantificables sobre la existencia de esos
campos energéticos, los cuales continuamente emiten información
referente al estado físico y emocional del ser humano.
La
interrelación de tales patrones de energía, denominados vibraciones
energéticas, conforma la personalidad total del individuo. En pocas
palabras, la conducta que emana de la personalidad humana puede
definirse como un conjunto de determinadas vibraciones sutiles con
diferente longitud de onda que interactúan entre sí, las cuales también
pueden ser cuantificadas y explicadas por medio de un método de medición
“no tradicional” basado en números, denominado Numerología.
En
virtud de ello, me atrevo a decir que la Numerología puede ayudar a
explicar de una manera muy simple y directa algo tan complejo como lo es
la conducta humana, pues a través de ella es posible visualizar
inmediatamente sintomatologías de comportamiento que quizás costaría
mucho tiempo detectar por medio de disciplinas conductuales
tradicionales.
Así
como es posible estudiar y comprender por medio de la Numerología los
patrones energéticos que caracterizan a un individuo o un grupo de
individuos, también es posible hacerlo con acciones o sucesos, gracias
al conocimiento de la periodicidad de los ciclos de vida, los cuales
están regidos por leyes periódicas similares a los ciclos de la
naturaleza o las cuatro estaciones. En las páginas siguientes,
encontrarás mayores detalles sobre este tema.
fuente: aqui
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