J.F. Kennedy dijo en una oportunidad: “Aquellos que piensan que una
revolución pacífica es imposible harán que una revolución violenta sea
inevitable”.
Esto es verdad no sólo para conflictos políticos, sino para
conflictos prácticos también. Ninguno de nosotros va por la vida sin
tener desacuerdos.
Cuando nos abrimos a la posibilidad de poder encontrar una resolución
sin alzar las voces, sin palabras de ira y sin apretar el puño, podemos
convertirnos en hacedores de paz en nuestro propio jardín e influenciar
energéticamente a los hacedores de paz del mundo.
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