La
cola de caballo es una planta perenne perteneciente a la familia de las
Equisetaceae distribuida por las regiones templadas del hemisferio
septentrional (Asia, Europa y Norteamérica)
Su curioso
nombre se origina por el hecho que esta planta solía atarse a las colas
de los caballos y del ganado para espantar las moscas.
El antiguo médico griego Galeno la recomendaba y fue utilizada por los romanos y otras culturas de todo el mundo. Los griegos
la empleaban para curar las heridas, como diurético y para detener las
hemorragias. Los iraquíes, como remedio popular contra los trastornos de
los riñones y la vesícula, la artritis y las úlceras sangrantes. Por su
eficacia contra la expectoración de sangre, en Turquía se utilizó para
combatir la tuberculosis.
En el
Nuevo Mundo los cherokees emplearon ¡a cola de caballo para tratar los
riñones. La tribu chippewa hacía una decocción con los tallos para
combatir la disuria, y el pueblo potowataml la utilizó para preparar una
infusión diurética que favoreciera la función renal.
En el
siglo XVII el herborista británico Nicholas Culpeper consideró la cola
de caballo beneficiosa como coagulante de la sangre (antlhemorrágica) y
para combatir las úlceras, los cálculos renales, las heridas y la
inflamación de la piel.
En el XIX
su repertorio de Indicaciones se amplió para acoger la gonorrea, la
prostatitis y la incontinencia urinaria. En el xx se descubrió que es
beneficiosa para combatir la hidropesía, la eneuresis (mojar la cama) y
el crecimiento de la próstata.
Propiedades curativas
La cola de
caballo está considerada en la actualidad como calmante,
antihemorrágica, antiséptica, astringente, cardíaca, carminativa,
diaforética, diurética, galactogoga, hemostática, tónico nervioso y
vulneraria.
Su
principal componente terapéutico es el ácido silícico, mineral que
fortalece el tejido conjuntivo, lo que la hece especialmente valiosa
para lesiones articulares, daños reumáticos, trastornos de la piel como
el acné y gota. También puede utilizarse para ayudar a la reparación de los huesos, la piel y el tejido conjuntivo.
La
equisetonína, uno de los componentes de la cola de caballo, alivia la
retención de líquidos (edema) y coadyuva en el tratamiento de las
inflamaciones e infecciones del tracto urinario. Sin embargo, el ácido
equisético que contiene es un sedante para el corazón y los nervios,
venenoso cuando se toma en dosis excepcíonalmente elevadas.
En la
medicina china tradicional se empleaba para tratar los ojos rojos y la
conjuntivitis. Y, debido a su elevado contenido en trazas minerales,
estaba considerada un tónico semi-rregular fantástico.
Infusiones con cola de caballo
Infusión con cola de caballo contra la retención de líquido
Hervir por 15 minutos de cinco a seis cucharadas de de planta seca
desmenuzada de cola de caballo en 1 litro de agua. Dejar reposar y
filtrar. Tomar a lo largo del día.
Remedio con cola de caballo contra la osteoporosis: Macerar 20 g de planta seca de cola de caballo por 8 días en 80 g de vino tinto. Tomar 2 cucharadas diarias.
Infusión con cola de caballo para acné Hervir por 30 minutos dos manojos de cola de caballo en 1/2 litro de agua. Lavar el área afectada con esta infusión.
Infusión de cola de caballo para los sofocos durante la menopausia
Mezclar 1 cucharadita de salvia y otra de cola de caballo en una taza
de agua que esté hirviendo. Tapar y dejar refrescar. Tomar 2 tazas al
día.
Precauciones
La cola de
caballo es, por regla general, segura para los adultos a las dosis
recomendadas (no para las mujeres embarazadas). De todas formas, puede
ínteractuar con otros fármacos que hayan sido prescritos.
Ocasionalmente
puede ser peligrosamente rica en selenio y provocar defectos de
nacimiento. No emplear en casos de embarazo o debilidad, o cuando se
tenga una sequedad excesiva o se orine con gran frecuencia. Comprueba
que los productos de cola de caballo no contengan la enzima tiaminasa,
que destruye la vitamina B.
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