viernes, 19 de junio de 2015

Infusiones con llantén para la bronquitis, retención de líquidos y úlceras varicosas


El llantén es una hierba vivaz de la familia de las plantagináceas (Plantago major).
Tiene hojas ovales, enteras o algo sinuosas en los bordes, con el pecíolo muy largo, todas radicales y dispuestas en roseta. Del centro de esta roseta nace un escapo de 20-40 cm de altura, que termina en una espiga floral larga y apretada.
El llantén crece en las huertas, en los terrenos húmedos o de regadío, los prados y los ribazos, y es de destacar la fruición con que lo devoran vacas, ovejas, cerdos y demás animales.
A partir de abril y hasta bien entrado el otoño aparecen los bohordos floridos, cuyas flores se recogen en su extremo formando espigas de estambres muy salientes que les dan un aspecto peludo muy característico. Las semillas, pequeñas y numerosas, son muy estimadas por los pájaros.
La medicina actual utiliza las hojas y las simientes; las primeras se recolectan a comienzos del verano, cuando están llenas de jugo. Para desecarlas se extienden a la sombra en un lugar seco y bien ventilado, pues si la desecación dura demasiado se estropean y adquieren un color pardusco. Las semillas se recogen en otoño, cuando estén bien maduras; atención a que los pájaros no se nos adelanten.
Dioscórides, Plinio y Apuleyo ya lo consideraban como uno de sus medicamentos favoritos, y llegaron a sostener que era capaz de sanar veinticuatro enfermedades distintas.
También los druidas lo tenían por una planta sagrada que usaban en sus ceremonias religiosas, y en el siglo xii una mujer de gran reputación médica, llamada Trotula, escribió un tratado titulado Las enfermedades de las mujeres antes y después del parto, en el que preconizaba el llantén como remedio específico contra las hemorragias uterinas y sostenía que su jugo era capaz de devolver la apariencia de virginidad.
Su nieto Platearius, también médico de renombre, creía que vencía las fiebres e incluso las mordeduras de las víboras; Shakespeare, menos optimista se contenta con aludir a su acción cicatrizante en algunas de sus obras.
Y como curiosidad, terminaremos la historia del llantén transcribiendo unos versos de la famosa Escuela de Salerno:
Al esputo de sangre, el llantén, consagrado
por su virtud estíptica, apaga un fuego sagrado.

Propiedades curativas
El jugo fresco es muy eficaz contra los esputos de sangre; y la infusión y la decocción de las hojas, muy astringentes, son de utilidad en disenterías, diarrea, hemorragias de todo tipo y en la bronquitis crónica. Las simientes son diuréticas.
En uso externo, las hojas se usan tanto frescas como en decocción, y son de gran utilidad en buches y gargarismos en laringitis, anginas y neuralgias dentales, en lavajes oculares, en las conjuntivitis; en irrigaciones vaginales, para las pérdidas; y en lavados y fomentos, en llagas, úlceras varicosas y heridas y lesiones de difícil cicatrización.

Infusiones con llantén
Infusión con llantén para la bronquitis crónica  En un litro de agua hirviendo se echan 100 g de hojas secas desmenuzadas; se retira del fuego y se deja reposar media hora; se cuela y se endulza el líquido. Se toman de dos a cuatro tazas al día.
Infusión con llantén para la disentería En un litro de agua se añaden 100 g de hojas y se llevan a ebullición, dejando hervir 3-4 min; se retira del fuego y se deja reposar hasta que se enfríe. Se cuela y se toman tres tazas entre las comidas y otra al acostarse.
Infusión con llantén para la retención de líquidos La decocción de las semillas es un buen diurético, especialmente indicado cuando existe retención de líquidos o edemas; se prepara como la decocción de hojas, pero con 10 g de semillas.

Remedios con llantén
Remedio con llantén para úlceras varicosas Las hojas frescas, después de quitarles los nervios cuando éstos son salientes, y una vez bien limpias, se escaldan con agua hirviente y se aplican directamente sobre las úlceras.
Remedio con llantén para acelerar la cicatrizacion de una herida Igualmente puede emplearse el mismo remedio anterior con agua hirviente, machacadas y aplicadas en cataplasmas sobre la zona afectada

fuente: aqui

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