sábado, 3 de octubre de 2015

La diferencia


De acuerdo, pero ¿cuál es la diferencia entre una persona corriente y un sabio?
Al nivel más profundo, las distinciones entre el sabio y el que no lo es carecen esencialmente de importancia. Ni siquiera existen como tales. Esas distinciones existen sólo en apariencia.
Por parte del denominado sabio, esto es sabido. Ambos son organismos cuerpo-mente dotados de un condicionamiento, a cuyo través afloran emociones y suceden acciones. La única “diferencia” es que el sabio ve que no hay “alguien” ahí, que sólo se trata del funcionamiento impersonal de la Presencia a través de esos instrumentos llamados organismos cuerpo-mente, mientras que la persona ordinaria reivindica la emoción o la acción, y piensa que es responsable de ellas y las llama suyas.
¿Pero diferirán en algo las emociones o acciones que afloren en uno y otro?
No necesariamente. Sólo dependen del condicionamiento de los respectivos organismos cuerpo-mente.
Así pues, si una persona se enfadaba mucho antes de que le ocurriera el despertar…
… es muy posiblemente que siga aflorando la ira en ese organismo cuerpo-mente después, dependiendo de su condicionamiento. La diferencia es que el sabio no se sentirá concernido por la ira cuando esta aflore: la ira aparecerá y desaparecerá de manera natural, y punto. El sabio no se apropiará de ella, ni se sentirá culpable por ella, ni intentará explicarla o justificarla, ni se excusará por ella, y tampoco pensará que tiene el deber de intentar superarse para evitar que vuelva a ocurrir. ¿Qué es lo que hay que superar? La ira aflora como parte del funcionamiento impersonal que acaece en la Consciencia, nada más. Que ella aflore en ese organismo cuerpo-mente en particular no es algo que concierna al sabio.
Bien, ¿podría un sabio matar a alguien?
El sabio sabe que no hay nada que “él” o “ella” pueda “hacer”.


Bien, de acuerdo, ¿podría ser el sabio el instrumento a través del cual sucediera un asesinato?
¿Por qué no? Si es parte del perfecto e infinito despliegue que tiene lugar en la Consciencia que ocurra una cosa, o que ocurran varias o que suceda cualquier combinación de ellas, ¿cómo podría eso no ocurrir? Expresándolo en términos tradicionales, si el “destino” de un organismo cuerpo-mente, en concordancia con la voluntad divina, es ser asesinado, y el “destino” de otro organismo es llevar a cabo el asesinato, eso sucederá. Y además, el sabio entenderá que la sociedad le “castigue” por ello, y el castigo de ese organismo cuerpo-mente se aceptará igualmente por ser esa la “voluntad divina”, como parte del perfecto funcionamiento de la totalidad.
Pero ¿por qué habría de ser la voluntad divina que el sabio… ?
¿Y por qué no? ¿Me estás diciendo que conoces los fundamentos o las razones de la voluntad divina?
Bueno, supongo que no parece probable que alguien que tenga el condicionamiento de asesinar llegue a ser nunca un sabio…

¡Ahora estás saliéndote por la tangente! Ya has oído muchas veces decir que la Comprensión ocurre sin prerrequisitos de ningún tipo. Para ser honestos, es cierto que el ejemplo del asesino es un caso extremo. En el caso de un sabio no habría motivación alguna para asesinar a nadie, de modo que sí, en efecto, parece improbable que un sabio llegue a cometer un asesinato. Pero los personajes del sueño, los organismos cuerpo-mente, difícilmente se hallan en posición de predecir esa clase de cosas. Podría haber un montón de razones, algunas comprensibles, otras completamente incomprensibles desde el punto de vista de los instrumentos cuerpo-mente, por las que podría ser necesaria tal cosa dentro del perfecto despliegue en la Consciencia. Si formara parte del infinito despliegue que algo así hubiera de suceder, sin duda sucedería. No sé si te has dado cuenta, pero parece que, antes o después, la Consciencia tiende a provocar que sucedan cualesquiera posibles combinaciones de sucesos.

De acuerdo. Así pues, el sabio es, en realidad, exactamente igual que una persona ordinaria. ¿ Y qué es lo que gana? ¿Cuál es el beneficio de la iluminación?
Son los organismos cuerpo-mente y su funcionamiento los que son similares. El sabio sabe que él no es un cuerpo-mente, que ni siquiera es una persona. ¡No hay nadie ahí que pueda ganar nada!
Así que el beneficio es para quienes están a su alrededor, como quizá los amigos del tío, o sus estudiantes, si es que los tiene…
¡Ja! ¡Lo más probable es que “los amigos del tío” (suponiendo que sea un “tío” y suponiendo que tenga amigos) encuentren que el trato con él es ahora más difícil que antes! Pero sí, desde luego, existe la potencialidad de aportar un gran beneficio a los demás. Que tal potencialidad se substancie o no dependerá del condicionamiento, y también de lo que vaya a desplegarse en la Consciencia, es decir, de lo que las tradiciones orientales denominan “destino”.

¿Del condicionamiento de los estudiantes?
¿Quién dice que tenga estudiantes?
¿No enseñan acaso los sabios?
¿Por qué habrían de hacerlo? Una vez más, eso solamente ocurrirá si está en el guión del sueño que un personaje “sabio” enseñe. Ocurrirá solamente en el caso de que, de acuerdo con el despliegue cósmico dentro del funcionamiento de la Consciencia, el “destino” de ese organismo cuerpo-mente “sabio” sea hablar sobre el tema.
Bien, pues si no enseña y sigue teniendo todas esas emociones y además aun puede cometer todas esas malas acciones…
¡Qué!
Pues que entonces, ¿en qué se diferencia una persona corriente de un sabio?
Sólo en la Comprensión, amigo mío. Sólo en el ver, en el saber; eso es todo. Sencillamente, en la Paz que sobrepasa todo entendimiento. ¿Y qué hay de bueno en eso? Podría decirse que nada en absoluto. Buda dijo: “En verdad, no he obtenido nada de la iluminación”. Y Huang Po escribió: “Sólo hay una misteriosa comprensión tácita, y nada más”. El sabio no es un superhombre, no es una persona corriente con algo añadido. El sabio es una persona corriente con algo menos; ha desaparecido el sentido de ser un yo separado, de ser un individuo separado. No hay nadie en casa.

He oído que en el sabio todo sucede espontáneamente.
Sí. ¿Y quieres saber algo más? En todas las personas siempre ocurre todo espontáneamente. En ti todo ocurre espontáneamente.
Yo no lo experimento así
Exactamente. Esa es la diferencia.
¿Crees que la Comprensión puede sucederle a cualquiera?
Yo no creo nada.
¿Cómo?
No hay creencias aquí.
Esa es una afirmación extraordinaria.
En absoluto. Es realmente muy simple. O sabes algo o no lo sabes. Si sabes algo, no necesitas creer que es verdad ni tener fe en que es verdad; lo sabes más allá de toda duda, simplemente es, y no hay ninguna creencia involucrada. Por otra parte, si no sabes algo, lo honesto es afirmar que no lo sabes. Pero claro, hay muchas razones psicológicas y políticas y sociales por las que la gente no puede admitir, ni siquiera para sí misma, que no sabe algo, así que origina una creencia; la cual esencialmente consiste en que no sabes si algo es realmente verdad, pero finges que sí lo sabes. Esa es la actividad del sueño. Lo cierto es que sólo hay una cosa que no es del sueño, una sola cosa que puede saberse, y eso es la conciencia básica “Yo Soy”. Todo lo demás son sólo conceptos, constructos de la mente en el sueño, algo que “yo no sé”. Todo.
Bien, pero ¿puede ocurrirle esta Comprensión a cualquiera, a cualquier cuerpo-mente?

Por supuesto.
¿Podría ocurrirme a mí?
No, claro que no. Esa es la diferencia. Pero podría ocurrir en el caso del organismo cuerpo-mente que en este momento piensas que tú eres, y entonces sobrevendría la comprensión de que jamás hubo un “tú”, es decir, un “mí” a quien pudiera ocurrirle algo, y la realización de que lo que Tú eres es la Consciencia en la que todo esto parece suceder. La Comprensión y la creencia en un “mí” son mutuamente excluyentes: si hay lo uno, no hay lo otro.
(Extraído de Perfecta Brillante Quietud)
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