La
equinácea, originaria de América, es una planta vivaz que alcanza a
medir 1,2 metro de alto, con hojas lanceoladas. Las flores, de color
púrpura, tienen una parte central cónica dorada (hay especies con flores
de color rosa pálido y blancas).
Crece
silvestre en praderas y llanuras y necesita un suelo bien drenado y rico
en nutrientes y un emplazamiento soleado o a media sombra.
Cortar las
flores cuando se marchitan estimula la producción de nuevas
inflorescencias. Se puede cultivar a partir de semillas en primavera o
reproducir dividiendo las raíces.
Propiedades de la equinácea
La
equinácea ha sido muy empleada en el mundo de la medicina natural
especialmente por sus propiedades desinfectante y analgésica en casos de
heridas.Las raíces contienen inulina, polisacáridos, aceite esencial,
resina, esteral vegetal y ácidos grasos. Se ha demostrado que la
equinácea aumenta las defensas del organismo frente a las infecciones.
Sin embargo, recientemente se ha observado que esta planta tiene otras virtudes curativas.
La
equinácea contiene aceite esencial, que parece ser el responsable de su
acción estimulante del sistema inmunitario, y una sustancia (cisl,
8-penta-decadieno) que in vitro posee propiedades antitumorales.
En su
composición figuran además: equinacósido (glucósido con marcada acción
antibiótica), poliacetilenos (bactericidas y fungicidas) y un factor
inhibidor de enzimas producidos por varias bacterias que hace a la
equinácea capaz de bloquear la difusión de los gérmenes por los tejidos.
Las más
importantes propiedades de la equinácea, a partir de sus principios
activos que por ser tan especiales he detallado, son la bacteriostática y
la fortalecedora del sistema inmunitario.
Tales
cualidades han hecho que actualmente se la emplee como coadyuvante en
las curas naturistas destinadas a luchar contra el cáncer y el sida.
La
equinácea es además béquica, antiinflamatoria, sedante y somnífera,
aplicable a patologías del sistema nervioso, como alteraciones e
insomnio, tos, resfriado, gripes y bronquitis.
En ningún
botiquín puede faltar esta planta, ya que resulta un remedio eficaz, en
infusiones en aplicaciones tanto internas como externas, en casos de
angina, fiebre, peligro de septicemia y en todo tipo de infección
interna y externa (cistitis, faringitis, laringitis, mastitis, impétigo, hongos, afecciones de la piel, etc).
La
equinácea ayuda al organismo a enfrentarse a todo tipo de bacterias,
aumentando el número de glóbulos blancos en la sangre y reforzando así
el sistema inmunitario. Se utiliza en las afecciones prostáticas
por su efecto descongestionante de las glándulas prostáticas y como
desinfectante de las vías urinarias. En las lesiones de la piel actúa
como antiinfecciosa, cicatrizante y regeneradora de los tejidos.
En casos
de abscesos, heridas y quemaduras infectadas, dermatosis y eccemas, se
la usará por vía interna o externa. Se aconseja usar la equinácea fresca
siempre que se pueda.
Infusiones y remedios con equinácea
A continuación se presenta las formas curativas que se pueden emplear la equinácea:
Infusión con equinácea para el resfriado: Una cucharadita por taza de agua. 3 tazas al día hasta que el resfriado ceda.
Remedio con equináea para reforzar el sistema inmunológico: Macerar la planta fresca en alcohol de 45° (orujo) durante 15 días. Tomar 20-30 gotas tres veces al día por 2 semanas.
Remedio con equinácea para ayudar a desinfectar heridas: Macerar la planta fresca en alcohol de 90°.Aplicar solamente en uso externo, diluida.
Remedio con equinácea para cicatrizar heridas Colocar una cataplasma de hojas frescas directamente sobre las heridas o las zonas infectadas.
Precaución
La
equinácea se considera segura a las dosis recomendadas. Sin embargo, las
mujeres embarazadas o que dan el pecho no la deben tomar en forma de
inyección. La planta tiene propiedades demostradas de inmunomodulación,
por lo que las personas que padecen lupus eritematoso sistémico,
artritis reumatoide, tuberculosis, leucemia, esclerosis múltiple o sida
deben consultar con su médico antes de tomarla.
La
equinácea no debe darse a los niños menores de dos años y sólo debe
administrarse a los niños después de consultar con su médico.
La
investigación indica que la equinácea es más eficaz cuando se toma al
inicio de los síntomas del resfriado o de la gripe y cuando su
utilización se mantiene durante no más de ocho semanas. Existe alguna
indicación de que la planta pierde su efectividad cuando se utiliza
durante un período largo de tiempo. Es necesario interrumpir la
administración durante al menos algunas semanas para dar la oportunidad
al sistema inmunitario del organismo de descansar y ajustarse.
fuente: aqui
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