martes, 17 de noviembre de 2015

¡Utiliza el “diálogo interno” a tu favor!



El diálogo interno es esa voz que resuena en nuestro interior, nuestro instructor de coaching interno o el comentador de cada una de nuestras acciones. Es la voz que estás escuchando en este preciso momento que te dice: “¿Diálogo interno? ¿De qué diablos estás hablando?” Es también posible que lo hayas escuchado mencionar como “el crítico interno”.

Esa voz en tu interior puede generar y afianzar un modo de pensar como un bastón de apoyo que contribuye a alcanzar el éxito en un objetivo propuesto o puede ser el verdugo que te conduzca al fracaso en la meta anhelada.

En este sentido, el cerebro busca información que confirme nuestras convicciones. Con frecuencia, el diálogo interno es una profecía auto cumplida. (Dr. Steve Robbins, vietnamita con residencia en Nueva York, experto pensador en Diversidad e Inclusión, 2012).

El diálogo interno es una charla que resuena en nuestro interior, aunque muchas veces a nivel inconsciente.
Este diálogo interno surge rápidamente en respuesta a diversas cosas y “nos habla” a gran velocidad. Es de tres a cuatro veces más rápido que la palabra hablada. Eso significa que uno se puede decir un sin fin de cosas que no son de apoyo en el camino al trabajo, mientras anticipamos una conversación difícil con un colaborador.

Uno tiene muchas voces en la cabeza, además de la propia. Nuestros padres, cónyuge, pareja, antiguos jefes, hijos, amigos, cualquier persona que se pueda almacenar en la memoria puede surgir en el diálogo interno.

La razón por la cual me estoy dedicando a compartir este concepto como una manera de controlar el diálogo interno, es porque tiene influencia sobre nuestro comportamiento: cómo nos acercamos a las personas, equipos y proyectos, las decisiones que tomamos, las cosas que decimos, lo que hacemos.
Y ahora, cómo controlar el diálogo interno para que juegue a tu favor:

1º Reconoce
Recuerda que el diálogo interno nos habla “detrás de escena” en forma subconsciente. Siempre está presente y no podemos estar pendientes de él todo el tiempo. Podemos, sin embargo, sintonizarlo en momentos en que tenemos que desempeñarnos al máximo, al igual que un atleta o un actor. Para lograr esto, se sugiere escoger momentos específicos para hacer sintonía con él. Por ejemplo: podemos sintonizar al llegar al trabajo, antes de realizar una llamada telefónica o al leer los correos electrónicos de los colaboradores o gerentes. El diálogo interno, por lo general, nos influye a nivel inconsciente, por lo cual, prestarle atención requiere de un esfuerzo consciente de apoyo para alcanzar el éxito deseado.

2º Registrar
El escribirlo, ponerlo en blanco y negro ayuda a replantear éste cuando no está siendo de apoyo.

3º Reflexionar
Pregúntate, de seguir con tu dialogo interno ¿Qué resultado puedo esperar?, ¿sirve de apoyo para lo que deseo lograr? Si no te apoya a cumplir tu objetivo, repregúntate: ¿Qué podría conducir a mis pensamientos en una dirección positiva?

4º Repetir
Replantear el diálogo interno no actualiza automáticamente tus antiguas formas de pensar, al igual que pensar en hacer gimnasia no mejora el sistema cardiovascular ni bajar de peso. El diálogo interno es un hábito, igual que cualquier otro. Hacer el cambio requiere de repetición del nuevo diálogo interno reiteradas veces. Para reemplazar un hábito, es necesario reemplazarlo por otro y el entrenamiento mental es el adecuado para tal fin.
Cierro con un ejemplo de diálogo interno, el cual debe ser creíble a todo nivel. Si en tus diálogos internos acerca de un colaborador que llega siempre tarde y te dices “es un impuntual”, de nada te servirá cambiar lo dicho por “es puntual” pues tu ni nadie te creería.
Por el contrario, quizás sea conveniente dejar de lado los rótulos “impuntual” y en su lugar intenta pensar en algo más objetivo y no tan crítico: “aún no he encontrado la forma de motivar a esta persona para que llegue a la hora establecida a las reuniones”. En ese momento, te transformas en parte de la solución, creíble para ti mismo donde tú puedes aportar para modificar este comportamiento del otro que impacta en tus emociones a manera de apoyo en el logro de tus objetivos y de los miembros de tu equipo.
¡Te invito a comenzar ahora mismo, intenta, es fácil y rápido el cambio para que el diálogo interno juegue a tu favor!

fuente: aqui

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