Uno nunca sabe lo que va a suceder. Y es hermoso que uno nunca lo sepa.
Si fuera predecible, no valdría la pena vivir la vida. Si todo fuera
como te gustaría que fuese y si todo fuera una certeza, no serías un
hombre, serías una máquina. Sólo existen certezas y seguridades para las
máquinas. Bhagwan Shree Rajneesh ( Osho. )
En el
presente no existe el tiempo. El presente siempre es un único instante.
Nunca estás en dos momentos al mismo tiempo. Solamente vives un
instante. No puedes ir de A a B porque solamente existe A. No hay B.
Entiende
esa cualidad del tiempo en el presente: siempre vives un solo instante.
Tanto si eres un mendigo como si eres un emperador, da igual. Tu
depósito temporal es el mismo, solamente de instante a instante, y no
puedes moverte en él. No hay lugar dónde moverse y la mente existe
únicamente si hay movimiento. Por eso la mente nunca emplea el presente,
no puede emplearlo.
Retrocede al pasado. Allí hay muchos lugares a
los que puede ir. Existe un gran depósito de recuerdos: todo tu pasado
está ahí. O también puede irse al futuro. Puedes imaginártelo porque el
futuro es, básicamente, tan sólo el pasado proyectado. Has vivido, has
experimentado muchas cosas. Las deseas otra vez o deseas evitarlas: ése
es tu futuro. Amaste a alguien: fue hermoso. Entonces deseas que se
repita, por eso proyectas en el futuro tu deseo de que se repita.
Estuviste
enfermo, sufriste y deseas evitarlo en el futuro, por eso proyectas no
enfermar de nuevo. De modo que, tu futuro es tan sólo un pasado que has
proyectado y así puedes moverte en el futuro. Pero la mente no se
encuentra satisfecha con el futuro que pertenece a esta vida. Proyecta
cielos, proyecta vidas futuras. No está satisfecha con un pequeño
futuro, así que la mente crea tiempo más allá de la muerte. El pasado y
el futuro son vastos territorios; puedes moverte con facilidad en ellos.
Con el presente no te puedes mover. La ausencia de movimiento implica
estar en el presente. Esa es la segunda dimensión de la quietud. Si
puedes permanecer en este instante, tan sólo aquí y ahora, estarás
quieto. No puedes estar de ninguna otra forma. No existe ninguna otra
posibilidad más que estar quieto.
Vive en el ahora, y el movimiento
se detendrá porque la mente se detendrá. No pienses en el pasado y no
proyectes en el futuro. Esto que se te está dando es todo lo que tienes.
Permanece en ello, conténtate en ello. Este mismo instante es el único
tiempo verdaderamente existencial; no hay nada más. El pasado es
solamente una memoria. Está solamente en tu mente, es polvo acumulado,
experiencias acumuladas. No hay pasado en la existencia, no hay futuro
en la existencia. La existencia es el presente.
Si el hombre no
estuviera en esta Tierra no habría ni pasado ni futuro. Las flores
florecerían, desde luego, pero en el presente. El Sol saldría, pero en
el presente. La Tierra no sabría nada del pasado ni soñaría nada en el
futuro. No habría ni pasado ni futuro. El pasado está en la mente, en la
memoria y debido a este recuerdo es proyectado al futuro. Por eso,
generalmente dividimos al tiempo en tres partes: pasado, presente y
futuro, pero en realidad el pasado y el futuro no son una parte del
tiempo. Son parte de la mente, no partes del tiempo. El tiempo posee una
única división, si es que puedes llamarla división, y es la del
presente.
El tiempo es siempre presente. Esas tres divisiones no son
divisiones del tiempo. El pasado y el futuro pertenecen a la mente, no
al tiempo. Al tiempo solamente le pertenece el presente. Pero entonces
es difícil llamarlo presente porque, lingüísticamente, para nosotros el
presente es algo entre el pasado y el futuro. Se refiere al pasado, se
refiere al futuro. Si no hubiera pasado ni futuro entonces la palabra
“presente” perdería todo significado.
Meister Eckhart dijo que no hay
tiempo, solamente el eterno “ahora”. Existe un “ahora” eterno y un
infinito “aquí”. Cuando digo “allí” solamente lo digo en referencia al
sitio en que estamos, sino, solamente habría “aquí”. Si yo no estuviera
aquí, ¿qué lugar sería el “aquí” y qué lugar sería el “allí”? En
referencia a mí mismo, llamo al lugar más cercano “aquí”, y al que no
está cercano lo llamó “allí”. ¿Dónde acaba el “aquí” y dónde comienza el
“allí”? No podemos delimitarlo. En realidad todo es un “aquí”, un
“aquí” infinito.
Es debido a la mente que dividimos el tiempo.
Entonces, todo lo que hemos vivido se convierte en el pasado y todo lo
que esperamos vivir se convierte en el futuro y aquello que está
transcurriendo se convierte en el presente.
Pero no hay mente,
solamente hay un infinito “ahora”, un eterno “ahora”. “Aquí, hora”, es
la realidad. “Allí” y “después” son partes de la mente, no partes de la
realidad.
El concebir la quietud desde una segunda dimensión
significa hacer un esfuerzo para vivir momento a momento. Entonces
estarás en quietud, estarás en silencio. No habrá agitación interior, ni
movimiento, ni oscilaciones internas. Todo se habrá convertido en un
remanso de profundo silencio.
¿Por qué esta mente se desplaza al
pasado y al futuro? Buda le dio el nombre de “tanha” a “trishna”, el
deseo. Buda dice que, debido a que has vivido algo, lo deseas de nuevo.
Al desearlo, te vas al futuro. No desees y no habrá futuro. Es difícil,
porque cuando la mente experimenta placer, anhela repetirlo y cuando la
mente experimenta incomodidad no desea repetirla, desea evitarla. Por
esto es natural que se cree el futuro y debido a este futuro nos
perdemos el presente.
Me estás escuchando, puedes simplemente
escucharme; entonces no tendrás mente. Será una escucha sin mente. Pero
si estás escuchando y tratando de entender al mismo tiempo, te habrás
ido al futuro. Si estás pensando en lo que se te está diciendo, te has
perdido lo que se te ha dicho: te has ido al futuro. Y el presente es
algo tan sutil y delicado y tan pequeño y tan atómico, que puedes
perdértelo en un sólo instante. Un simple gesto, y te lo habrás perdido.
Si
estás escuchando, simplemente escucha. No pienses en lo que se te está
diciendo, no trates de descubrir el significado, porque no puedes hacer
dos cosas en el presente; escuchar es suficiente. Y si estás solamente
escuchando, estás en el presente y la misma escucha se convierte en
meditación.
Mahavira ha dicho que si eres capaz de escuchar
correctamente no necesitas practicar nada más. Siendo sólo un shravak,
uno que escucha adecuadamente, lograrás todo lo que puede ser logrado.
Simplemente
siendo un shravak, uno que escucha correctamente, porque simplemente
escuchar no es una simple escucha, es un gran fenómeno. Y una vez que
conoces el secreto, puedes aplicarlo en cualquier situación. Comer se
convertirá en meditación, caminar se convertirá en meditación, dormir
será meditación. Cualquier cosa en la que estés en ese momento, sin irte
al futuro, será meditación.
Pero desconocemos toda actividad en la
que estamos en el presente. O empezamos a pensar en el pasado o
empezamos a pensar en el futuro. Nos perdemos el presente continuamente.
Eso implica que la Existencia se nos escapa siempre. Y esto se
convierte en un proceso en cadena; luego se convierte en un hábito.”
Entonces
Mulla Nasrudin se dio cuenta de que se había asustado a sí mismo sin
motivo. Abrió sus ojos y dijo, “Es algo muy complejo, muy complicado. Si
insistís en preguntarme porqué estoy aquí, os lo diré. Estoy aquí por
vuestra culpa y vosotros estáis aquí por la mía”.
Es un círculo
vicioso. Si tienes deseos, te irás al futuro y esto creará un círculo
vicioso. Cuando ese futuro se convierta en el presente, de nuevo te irás
al futuro. Hoy pensaré en el mañana; esto se convertirá en un hábito. Y
el mañana nunca llega. No puede llegar; es imposible. Cuando llega es
de nuevo el hoy y he creado el hábito de irme siempre desde el hoy al
mañana.
Por eso cuando el mañana llega, llega como el hoy y luego me voy de nuevo al mañana.
¡Es
una cadena! Y cuanto más la elabores, más eficiente te volverás en
completarla. Y el mañana nunca llega. Lo que llega siempre es el hoy, y
con el hoy tú no tienes ninguna relación. Estableces un mecanismo:
debido a que es hoy, te vas. Es un hábito muy fuerte, no solamente de
esta vida, sino de muchas otras vidas. Uno tiene que acabar con él,
tiene que salir de él. Hagas lo que hagas recuerda solamente una cosa:
permanece en el presente mientras lo estés haciendo. Es difícil, arduo, y
no vas a lograrlo de inmediato. Has de romper un hábito muy arraigado.
Va a ser una dura lucha, pero inténtalo.
El esfuerzo mismo creará una
distancia, y por el mismo esfuerzo vas a saborear, a veces, momentos
del presente. Y una vez conozcas el sabor, estás en el camino.
Pero
no conoces el sabor del presente. No lo has probado nunca, nunca has
vivido en él, ¡nunca!, te lo digo. Y está siempre aquí. Es la vida
misma; es todo lo que hay en la vida.
Vivimos en el muerto pasado y
seguimos proyectando este pasado ya muerto en el futuro. Esto es a lo
que Shankara denomina maya, ilusión. Shankara ha sido muy mal entendido.
Cuando Shankara dice que el mundo entero es una ilusión, quiere decir
que el “mundo del Ser Humano” es una ilusión, no el mundo en sí.
No
sabemos nada del mundo. Hemos creado nuestro propio mundo mental. Todo
el mundo tiene su propio mundo, este mundo de pasado y de futuro, este
mundo de recuerdos y de deseos. Este mundo es falso, ilusorio. Por eso
cuando Shankara dice que este mundo es falso, se refiere a “tu mundo”,
no al mundo. Y cuando “tu mundo” deje de existir, conocerás al verdadero
mundo. Y Shankara dice que éste es el Brahmán, que ésa es la Verdad, la
Verdad absoluta.
Es como si estuviéramos viviendo en un mundo de
sueños, cada uno estando rodeado de sus propios sueños, de una nube de
sueños. Todo el mundo va envuelto en sus propios sueños. Y debido a esos
sueños no podemos ver lo que es verdadero, lo que es real. Lo real está
escondido tras nuestros sueños.
Esta mente soñadora es la mente
inquieta; la mente no soñadora es la mente quieta. Pero los deseos crean
sueños. Sueñas por la noche porque deseas durante el día. Si no
desearas durante el día no soñarías por las noches.
Un Buda no sueña, porque los sueños son deseos y los deseos son sueños.
Cuando surgen durante el día los llamas deseos; cuando aparecen por la noche, los llamas sueños.
Pero
todo deseo es sueño. ¿Por qué? Porque todo deseo radica en el futuro,
el cual no existe. Todo deseo es un deseo futuro que no existe. ¡El
futuro no existe!
Y seguimos soñando. Debemos acabar con este soñar.
Este soñar es un movimiento, un movimiento continuo. Estás repleto de
sueños, sueños destruidos, acabados, que son de nuevo recreados. Cada
día hemos de tirar los viejos y crear unos nuevos.
En cualquier momento, en cualquier actividad, trata de estar aquí y ahora.
El
esfuerzo mismo es una barrera, pero se ha de empezar con algo. Al
principio tendrás que hacer un esfuerzo. Aún el esfuerzo es una barrera
porque el esfuerzo te lanza al futuro. Pero al principio uno ha de
esforzarse, luego en un segundo nivel uno ha de hacer un “esfuerzo sin
esfuerzo”, y luego, en el tercer nivel, el esfuerzo desaparece y estás
en el presente.
Caminas por la calle: trata simplemente de caminar,
no hagas nada más. Parece simple, pero no lo es. Parece que todos lo
hacemos, ¡no es así! Cuando caminas, tu mente está haciendo mil cosas
más. Acompaña cada paso. Simplemente camina…
“El ser humano vive
en la oscuridad, en la inconciencia, y es capaz de volverse lleno de
luz. La llama esta ahí; tiene que ser provocada. la conciencia esta ahí,
pero tiene que estar despierta”.
Bhagwan Shree Rajneesh ( Osho. )
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