No existe una
única técnica de limpieza energética del campo magnético ó aura, sino
muchas maneras de llevarlo a cabo. Pero para entender qué es una
limpieza energética ó del aura, antes deberíamos interesarnos por saber
qué es el aura, y por saber “que otras energías” están en nosotros y nos
integran, además de la materia física que compone el cuerpo físico
denso que todos conocemos a simple vista. Esta investigación acerca de
‘que otros cuerpos poseemos’ además del físico.
Veamos
brevemente el tema. Sabemos del cuerpo físico denso que poseemos que
está formado por elementos sólidos y líquidos fundamentalmente. Además
del físico, y siguiendo a éste en escala de densidad (de lo denso a lo
sutil), poseemos un “cuerpo vital”, compuesto de materia etérica
(invisible a simple vista), que como lo dice la palabra, absorbe la
“vitalidad” del universo en forma de energía, la cual es procesada
dentro de este cuerpo etéreo y se distribuye a todos los órganos y
sistemas del cuerpo físico denso. Una deficiencia en las funciones del
cuerpo vital puede llegar a enfermar al cuerpo físico, están
estrechamente relacionados.
Más sutil que el
cuerpo vital es cuerpo emocional. Este “vehículo” (término que puede
reemplazar a “cuerpo”) es el asiento de los deseos y el encargado de
transmitir las sensaciones emocionales, sean estas de miedo, amor,
alegría, odio, tristeza, etc. Cada tipo de emoción es una “energía”, un
tipo de vibración, una clase de frecuencia vibratoria. Las emociones
negativas pueden consumir mucha energía vital del cuerpo etérico antes
mencionado y debilitar así al cuerpo físico, y si estas emociones
negativas persisten durante cierto tiempo, ciertos órganos del cuerpo
físico pueden hasta enfermar por esta razón. Las emociones positivas, en
cambio, al ser de frecuencias vibratorias armónicas, no absorben
vitalidad quitándosela al cuerpo físico, sino que por el contrario,
transfieren vibraciones elevadas y armónicas al cuerpo físico,
llevándolo a la salud. Cuántas veces hemos escuchado decir que un buen
estado de ánimo influye positivamente sobre las defensas del cuerpo,
alejando la enfermedad y otorgando salud…
Además de los
cuerpos físico, el etérico ó vital y el cuerpo emocional, tenemos el
“cuerpo mental”, ó vehículo mental; este es el ámbito energético donde
suceden los pensamientos. En el plano mental los pensamientos son
“cosas”, de la misma manera que en el plano físico existen “cosas” de
todo tipo y forma las cuales podemos percibir con nuestros sentidos
físicos (vista, tacto, etc.). Tomar consciencia de que los pensamientos
son “cosas” en su propio plano es necesario e importante para comprender
el tema de la limpieza energética que nos ocupa.
Más sutil que el
cuerpo mental son otras energías superiores que también poseemos, pero
aquí tal vez sería más correcto no hablar de “cuerpos” sino de
“aspectos” ó “principios” de la constitución del hombre, pero no nos
ocuparemos en clasificarlos en detalle ahora; podríamos generalizar
diciendo que son energías de las regiones ó planos del alma y del
espíritu. (Recordemos que cada escuela tiene sus nombres para designar
lo que genéricamente llamo aquí como ‘alma’ y ‘espíritu’).
Veamos entonces.
Tenemos un cuerpo físico, un cuerpo vital, un cuerpo emocional y un
cuerpo mental. Estos 4 vehículos interrelacionados conforman lo que
llamamos “persona” ó personalidad humana. También vimos que poseemos
energías más sutiles, del alma y del espíritu; se suele llamar a estas
energías elevadas con el nombre genérico de “Yo Superior”. Todo este
conjunto de “energías” están interpenetradas unas con otras. Lo visible
para el ojo humano corriente es la forma física, pero quien tenga visión
clarividente puede ver al hombre como una esfera ovoide de energías
multicolores, donde el cuerpo físico se ve como una mediana figura
dentro de este ovoide. Las cualidades vibracionales de los distintos
cuerpos de la persona, es decir etéricas, el tipo de emociones,
sentimientos y de pensamientos que tenga el individuo, las ve el buen
clarividente (1) en este OVOIDE DE ENERGÍA como grados de luz y color.
Recordamos que
nuestro “huevo áurico” está formado por todas las vibraciones de
energías que generan nuestros cuerpos, cada uno en su propio plano. Pero
además existe una interrelación entre el huevo áurico individual y el
ambiente que nos rodea, también compuesto por energías variadas, por lo
tanto el huevo áurico de una persona promedio es influenciable por las
energías que le rodean. Seres más avanzados espiritualmente pueden tener
un campo magnético más fuerte y por lo tanto menos vulnerable.
Nuestros cuerpos
sutiles, cuyas energías dimanantes juntas conforman el Huevo áurico,
‘se ensucian’ en la vida diaria, comparablemente a como se ensucia
nuestro cuerpo físico. Así como bañamos nuestro cuerpo físico con agua y
jabón periódicamente para lavarlo y limpiarlo, de la misma manera es
necesario ocuparse también de la limpieza de los vehículos ó envolturas
sutiles.
¿Qué pasaría si
no bañamos nuestro cuerpo físico durante semanas, meses, ó hasta años…?
¿Impensado no…? Pues bien, imaginemos el estado en el que se pueden
encontrar nuestros “cuerpos sutiles” si nunca nos encargamos de
limpiarlos… Esta falta de interés en la limpieza energética de nuestros
cuerpos sutiles se debe a que como no podemos verlos así como vemos a
nuestro cuerpo físico, no nos damos plena cuenta del estado en el que se
encuentran.
Ya que no
podemos ‘ver’ el estado de nuestra aura, una de las señales que nos
pueden ayudar a reconocer la necesidad de limpieza energética, es “lo
que sentimos”. El sentirse mal, de muchas maneras, muchas veces proviene
de la suciedad de nuestro campo magnético (aura). Pero esta es una
indicación general, ya que no todos los individuos tienen el mismo grado
de percepción y capacidad de autoobservación, como para percibir ó
darse cuenta del estado de su cuerpo emocional ó mental. Es necesario un
entrenamiento diario en la “atención” para observar y observarse en
‘cómo nos sentimos’ y en cuáles pueden ser las causas de ese sentir.
Esto requiere de conocimiento, autoobservación y discernimiento.
Para cambiar la
vibración, comenzar por vigilar nuestros pensamientos y emociones, no
permitiendo que se “disparen” solos en cualquier momento generando bajas
vibraciones, es la tarea básica. Para quien recién se inicia en esta
árdua tarea, puede parecerle una labor imposible “controlar” los
pensamientos, ya que estos fluyen permanentemente, pero no es imposible.
Controlar no significa aniquilar ó matar los pensamientos.
En síntesis, las
‘suciedades’ que se impregnan en nuestros cuerpos sutiles tienen que
ver, como estuvimos viendo, con energías de emociones y pensamientos,
principalmente; y estos pueden provenir de 2 lugares: del interior de la
propia persona, siendo las energías contaminantes de su propia
creación, y del exterior, es decir, de energías astrales y de
pensamiento de otros, así como de ambientes y sitios impregnados con
bajas frecuencias de pensamiento-sentimiento donde uno ha estado. En
ambos casos, tanto si la suciedad proviene del interior como del
exterior (ó de ambos), la limpieza es necesaria.
Una limpieza
energética debería efectuarse a diario, como mínimo, sobre todo,
teniendo en cuenta que en la vida diaria nos encontramos en situaciones,
en ambientes y con personas que emiten vibraciones de sentimiento y
pensamiento de todo tipo que impactan en nuestras auras, sin que en el
momento lo advirtamos, y el resultado de esto es que nuestros campos
magnéticos terminan afectados, infectados energéticamente. Reflexionar
un instante en este tema es necesario para tomar consciencia de la
importancia que tiene crearse el hábito de limpiarse energéticamente.
Existen muchas y
variadas técnicas que pueden ser útiles y eficaces para efectuar una
limpieza áurica, pero no todas las técnicas limpian de la misma manera y
en la misma profundidad. El estudiante debe experimentar por sí mismo, y
emplear las que considere más apropiadas según su necesidad. Esto
requiere por un lado de práctica, estudio y perseverancia, y por otro
lado de autoobservación y discernimiento.
La MEDITACIÓN,
por ejemplo, es una práctica que conduce a la alineación de la persona
humana con las energías de su Yo Superior. Al producirse esta
alineación, los cuerpos inferiores reciben la afluencia de las energías
espirituales, lo cual eleva las vibraciones, y la consecuencia de esto
es purificación y limpieza. Por lo tanto la meditación es una
herramienta válida. Técnicas de imposición de manos donde se canaliza
energía, como por ejemplo REIKI (ú otras…), también elevan las
vibraciones produciendo purificación y limpieza. Pero estas prácticas
producen un determinado grado de limpieza “por añadidura”, es decir,
como consecuencia o efecto. Pero aquí nos ocupamos de conocer que
existen técnicas directas de limpieza, es decir donde nuestra intención
está puesta directamente sobre la limpieza. Cuando practicamos técnicas
con ‘intención clara’ hacia el propósito deseado, el efecto y resultado
se potencian. Es necesario emplear estás prácticas por que algunas
infecciones energéticas son “pesadas” y rebeldes (no se quieren ir…) y
necesitan ser “expulsadas” del aura. Por eso, además de la meditación,
el reiki, etc., que podamos practicar, que de por sí sabemos que son
purificadores naturales, aquí proponemos practicar técnicas con
intención directa de limpieza.
Una técnica
simple, pero no por simple menos efectiva, para la limpieza del huevo
áurico, es pedir (con las palabras de cada uno, y según sus creencias)
que se limpien nuestros cuerpos y nuestra aura, y una vez pedido, quedar
en meditación de silencio, sin ser molestados, durante unos 10 minutos.
Cuando sentimos que ha finalizado, pedir que las energías liberadas
sean elevadas a donde correspondan que estén según la voluntad y
sabiduría divinas.
La razón de
permanecer en silencio interior después de pedir (ó afirmar) por la
limpieza, es que la simple “intención” clara pone en acción a las
energías superiores, que son las que descienden para producir la
limpieza energética. Por eso, lo único que hacemos es el pedido o
afirmación consciente, y luego el silencio dando lugar a que ello
ocurra, ya que en ese momento lo que ocurre ya no está en nuestras
manos. Cuanto más se practican estas limpiezas, más efectivas se
vuelven.
También existe
la posibilidad de pedir ser limpiados energéticamente durante la noche
mientras nuestro cuerpo físico duerme. Si lo pedimos antes de dormirnos,
esto ocurrirá durante la noche.
Ser conscientes
de estos temas, y tomar la responsabilidad de mantenernos limpios, no
sólo en el cuerpo físico, por supuesto…, sino en nuestro campo
magnético, es un beneficio no solo para uno mismo, sino también para
nuestro entorno.
fuente: aqui
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