martes, 19 de abril de 2016

Patologías de los senos: Conflictos emocionales



¿Cómo puedo proteger a mi hijo,
si yo misma estoy en peligro?

A pesar de que en los últimos años ha aumentado el número de casos de cáncer de mama en hombres, abordaré este artículo aludiendo directamente a la mujer por su función intrínseca maternal. 

Ante todo hemos de recordar una vez más que somos seres biológicos, cuestión por la que nuestro inconsciente biológico prima ante cualquier pensamiento impuesto por nuestra mente racional. Veremos por tanto que la hembra humana de acuerdo a su rol biológico considerará su hogar como su nido cuando, sintiéndose segura bajo la protección de su macho, pueda tener en él a sus crías con la certeza de que recibirán alimento así como la protección que ella misma necesita otorgarles (=poner bajo el ala). Esto es así cuando la mujer es diestra biológica. Por el contrario, una mujer zurda biológica vivirá la situación de una manera completamente diferente, puesto que su rol no está orientado hacia el "nido", sino hacia el exterior al igual que sucede con el hombre. Más adelante veremos cómo esto hace que los conflictos se vivan de diferente manera en una mujer diestra que en una zurda. 

El conflicto general de las mamas es el de protección del nido. El "nido" (=casa, hogar) es el concepto que impera y es común a todas las patologías de mama, concepto que a pesar de tener un matiz análogo al resto de especies animales, en la hembra humana se complica un poco más:

  • Primero porque además de hablar del nido real, tenemos también que hacerlo del nido simbólico (para el inconsciente ambas ideas son uno misma). El nido, por tanto, también para una mujer puede ser su trabajo, su espacio en el grupo de amigos, en el de sus compañeros de baile, etc.

  • Segundo porque el significado de nido alude, dependiendo de la mama afectada, a nido estricto o a nido ampliado, además de tener muy en cuenta la lateralidad de la persona (si es diestra o zurda biológica). El nido estricto incumbe tan solo a los hijos (también reales o simbólicos, esto es lo que la mujer considere como su hijo: hermano, nieto, negocio, alumno, ahijado, mascota, un papá mayor que no se vale por sí mismo… e incluso la misma pareja si lo sentimos como un hijo al que tenemos que proteger. En el nido ampliado están la pareja, el padre autosuficiente, el amante...

Al igual que sucede en la naturaleza, dónde cualquier animal tanto en cuanto no tenga hecho su nido no va a procrear, la mujer no aumentará su tasa de hormonas (=estrógenos) hasta que no se sienta en su nido y entienda que todo en él esté preparado para recibir a su descendencia. Una vez esto sucede, y no antes, aparece en ella la necesidad de acoplamiento. Por este motivo desde la  Bioneuroemoción® sabemos que la infertilidad está relacionada, en un alto tanto por ciento, con la imposibilidad de tener un nido propio.


Nido estricto y nido ampliado

El nido estricto está unido directamente con la función materna: ocuparse de los hijos, alimentarlos y protegerlos (teniendo en cuenta como ya hemos visto que el inconsciente va a reconocer como hijo no solo a nuestro hijo biológico, sino a todo aquél o aquello que la persona sienta como su hijo) y también con la madre. El nido estricto se asocia en mujeres diestras con el pecho izquierdo y en mujeres zurdas con el pecho derecho (a la inversa).

El nido ampliado tiene que ver con las relaciones entre adultos, es decir, con aquellas personas que no sólo es que “no dependen” de mí, sino más bien todo lo contrario: necesito sentirme protegida por ellas. Este papel normalmente corresponde a la pareja, pero también puede ser el padre, el amante, hermanos y hermanas, amigos, incluso los hijos adultos (independientemente del sexo). El nido ampliado en mujeres diestras corresponde al pecho derecho y en mujeres zurdas al izquierdo. Es importante señalar que mientras la mujer diestra el conflicto base tiene que ver con la protección, la mujer zurda vivirá un conflicto de pareja con connotaciones de pelea, separación o excesiva preocupación. En ningún caso son conflictos de tipo sexual.


Patologías del seno


El seno está formado por varios tejidos: glandular, dérmico, conjuntivo o de sostén y tejido epitelial escamoso. Dentro de cada seno encontramos unas pequeñas secciones llamadas lóbulos, que a su vez se dividen en secciones más pequeñas que dan lugar a los lobulillos. Son los lobulillos quiénes contienen las glándulas productoras de leche durante la lactancia. Los ductos hacen llegar la leche al pezón. Los lobulillos y los ductos se encuentran en el estroma (=tejido adiposo) junto a los vasos sanguíneos y linfáticos que van a los ganglios linfáticos (responsables de la protección de sustancias nocivas).

El tejido de la mama afectado nos va a marcar el camino para encontrar la situación conflictual que ha vivido la persona. Podemos encontrar cinco tipos de conflictos:


Glándula mamaria

Su sentido biológico es el de nutrir, producir leche para proteger al otro (junto con la leche se traspasa el sistema inmunológico). Se trata de un conflicto arcaico de supervivencia y falta de protección de muy elevada intensidad vinculado al “drama / disputa en el nido” en relación a todos aquellos a los que la mujer tiene “maternalmente” bajo sus alas protectoras. La persona vive con miedo a que el nido se derrumbe, además de sentir una gran culpabilidad por no estar cumpliendo su función de proteger a su cría.

En una mujer diestra:

  • Si la mama que se ve afectada es la izquierda, el conflicto tiene que ver con “mi hijo me necesita, quiero alimentarle, nutrirle, protegerle”, “no puedo alimentar a mi bebé”, “necesito a mi madre”.

  • Si se trata de la mama derecha, entonces el conflicto será del tipo “no soy alimentada por mi pareja” (el alimento siempre referido al alimento emocional, al apoyo) o “quiero dar más de mí misma” si la persona teme por la vida de su pareja enferma.

En una mujer zurda:

  • La patología en la mama izquierda indica un conflicto de “mi pareja está en peligro y no sé que puedo hacer”, “no quiero o no puedo alimentar a mi pareja”. En muchas ocasiones el conflicto tiene que ver con el padre “me siento separada de mi padre, no puede protegerme”.

  • El conflicto que se vive cuando se afecta la mama derecha es “mi hijo me impide realizarme” o también “no me siento alimentada por mi familia”.

Las patologías de las glándulas mamarias son los adenocarcinomas (carcinoma adenoide lobulillar) y adenofibromas, puesto que las células que se ven afectadas por este tipo de conflicto son las células adeno.

Cuando estas patologías aparecen en el hombre buscamos un conflicto de padre/hijo. Se ha descubierto que la glándula del seno posee igual origen que las glándulas venenosas de algunos animales (las medusas, por ejemplo, tienen glándulas que provocan urticaria; estas glándulas en los mamíferos han pasado a ser glándulas sebáceas, sudoríparas y más tarde glándulas del seno). El conflicto, por tanto, es “quiero matar al predador”. El resentir se relaciona con un deseo inconsciente de ser mujer: “no me quiero como soy”, “no puedo expresar mi feminidad”.


Conductos galactóforos

Su función es llevar la leche producida por la glándula hasta el pezón. El sentido biológico de que se produzcan las ulceraciones en los conductos el de hacerlos más espaciosos con el fin de que pueda pasar a través de ellos más cantidad de leche, a la vez que permiten un mayor almacenamiento y también una salida más rápida de la misma. Por este motivo, como las glándulas continúan produciendo leche, el seno se hincha y duele.

El conflicto general es el de “separación, falta de protección" (no una separación sexual, sino maternal), también puede haber un conflicto de “falta de comunicación con personas cercanas que querríamos tener sobre nuestro pecho”.
                           
Cuando hablamos de separación puede ser en sentido real (por ejemplo si el hijo se va lejos) o simbólico (falta de comunicación, de comprensión, relación fría y/o distante). Si la persona vive a la par un conflicto de “drama en el nido” junto al de “falta de comunicación”, pueden verse afectados simultáneamente la glándula mamaria y los conductos galactóforos.

En una mujer diestra:

  • En la mama derecha se relaciona con un conflicto de “no me siento protegida por mi pareja”, “mi pareja no está, me siento sola”, “tengo que ocuparme de todo”. Puede haber un grave problema de comunicación entre ellos.

  • En la mama izquierda el conflicto es del tipo “no puedo proteger a mi hijo porque me falta la protección de mi pareja” o “no puedo proteger a mi hijo porque se aleja del nido” (comúnmente relacionada con hijos que se marchan y se vive como una separación).

En una mujer zurda:

  • En la mama derecha la persona vive un conflicto de “no puedo proteger a mi familia” o también puede estar unido a un sentimiento de separación “quiero alejarme de mi familia y no puedo hacerlo”.

  • En la mama izquierda se relaciona con la pareja en un contexto de “no puedo protegerla”, no puedo separarme de ella”, “está tan encima de mí que no me deja hacer nada”. Se da en parejas muy dependientes.

Las patologías relacionadas con las células epiteliales son el cáncer intraductal, las microcalcificaciones y el epitenoma. La sintomatología varía dependiendo de la intensidad del conflicto y de su duración; puede aparecer picor, dolor, entumecimiento, calambres y piel excesivamente sensible o todo lo contrario. Un conflicto del seno unido a otro que afecte a la piel hace que se tenga una sensación de quemazón junto con grandes dolores que son de intensidad proporcional al conflicto propio de separación (“no puedo estar con mis hijos y tengo miedo de que sufran”).

En ocasiones hay otros órganos que se ven afectados junto a la patología que presenten los conductos (siempre y cuando lleven impreso el conflicto madre/hijo), como por ejemplo los músculos flexores del brazo izquierdo (hasta la mano) así como la piel (cuando el conflicto es largo e intenso) que lo recubre, la piel de toda la parte izquierda del cuerpo y la cara interna de la pierna izquierda (la cara externa del brazo y de las piernas significaría una separación con defensa social). 


Dermis del pecho (Melanoma)

La dermis es la capa situada justo bajo la piel superficial y el tejido de sostén. El conflicto general es “mancillamiento, humillación, despojo, suciedad, deshonra mental en el nido que atenta la integridad”. El resentir es “en casa ha sucedido algo muy sucio”, “me lo han arrancado del pecho”. Puede aparecer en las mujeres después de una operación con extirpación del tumor por una sensación de sentirse desfigurada (cicatrices o mutilaciones del pecho, amputaciones).

Cuando el conflicto es vivido con una gran intensidad emocional aparecerá el melanoma (cáncer de dermis); si es de baja intensidad puede mostrarse como un absceso, mastitis aguda, inflamación o infección de la glándula mamaria

Los síntomas pueden ser de supuración del pezón, manchas marrones, nódulos sobre la cicatriz, vesículas que supuran en tonos rojizos, amarillos (máxime alrededor de los senos), infección local y dolor. En ocasiones se presenta un conflicto denominado “tumor o pecho fantasma” cuando el seno ha sido retirado en la operación antes de que aparezcan los botones rodeando la cicatriz, como una especie de progresión imaginaria antes de que aparezcan los botones alrededor de la cicatriz; dicho de otra manera, hay una correspondencia entre el tiempo que pone la dermis del pecho operado para recubrirse por el melanoma y llegar hasta la cicatriz.


Terminaciones nerviosas del pecho
(vainas de mielina de los nervios)

Es un conflicto de contacto impuesto, no deseado o doloroso del tipo “no quiero ser tocada”, “no deseo ser acariciada”, “quiero mantenerme separada”, “no quiero seguir con la radioterapia”. Los síntomas se manifiestan en la zona donde la persona quiere evitar el contacto (por ejemplo el seno, el pubis…). Las patologías que aparecen son el carcinoma y el neurinoma.


Tejido conjuntivo o de sostén

Su función, como su nombre indica, es la de facilitar el apoyo, el sostén, por lo tanto el conflicto está relacionado con la falta de apoyo y reconocimiento en el nido, la persona se siente completamente abandonada: “no siento apoyo para crear un nido”, “no me apoyan para cuidar de mi hijo”, “no me siento apoyada por mi pareja”. La patología varía según la intensidad como se viva el conflicto, pudiendo aparecer desde una mastosis (inflamación benigna de la mama) hasta un fibrosarcoma.


Localización de la patología en el seno

Podemos dividir los senos en cuatro cuadrantes, además del centro (pezón), para ubicar de una manera más precisa la patología y añadir de esta forma mayor información a cómo se ha vivido la situación conflictual. Cuando el quiste o tumor aparece en la:

  • Mitad superior: Hace referencia a lo que yo doy al otro, el conflicto se vive en posición dominante: “soy la que me ocupo del otro”.

  • Mitad inferior: Aquí la persona lo vive en una posición de inferioridad, lo que yo necesito del otro: “necesito a mi madre” (mama izquierda en diestras), “no necesito a mi marido” (mama derecha en diestras), al contrario en las mujeres zurdas). Cuando la patología aparece próxima al pliegue medio del tórax, el conflicto es “no puede conocerse, es un secreto”.

  • Mitad externa: El conflicto está relacionado con la familia (hacia el exterior), como hijo, marido, padre, jefe, compañero...

  • Mitad interna: El conflicto lo vive la persona sobre sí misma: “necesito ocuparme de mí”, “estoy en peligro en el nido”.

  • En el centro (detrás del pezón): Cuando el conflicto afecta por completo a la persona: “estoy centrada en mí”.

      En mujeres zurdas biológicas, el significado es al contrario.



En ti está el problema, en ti está la solución

Detrás de todo síntoma, enfermedad y/o bloqueo que reste paz y felicidad a tu vida hay una emoción reprimida. Con gusto te acompañaré a encontrar la fuente del conflicto para que puedas expresar aquello que en su momento no te permitiste sentir.




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