Mi madre, Karen Berg, suele decir: Nosotros hacemos planes y Dios se ríe de ellos.
Es una frase chistosa y muy popular, pero además hay mucha verdad en ella.
Es importante tener metas en la vida. Necesitamos seguir nuestros
sueños y crear el tipo de existencia que queremos para nosotros mismos,
pero también nos convendría en nuestro camino recordar que nada que
podamos soñar se acerca al beneficio infinito que el Creador quiere
darnos. Sin importar cuáles sean nuestros deseos, el universo quiere
darnos mucho más.
De hecho, por lo general esta es la razón del por qué nuestros planes se
salen de curso. Pensamos que todo se está derrumbando cuando en
realidad todo se está organizando. Cuando las cosas no resultan de la
forma en la que esperábamos (por ejemplo, si una relación no funciona o
si un negocio fracasa) comenzamos a preocuparnos y entramos en pánico.
Si tan sólo supiéramos cuán innecesario era que pasara, no permitiríamos
que estas intervenciones divinas se alejasen de nuestra calidad de
vida.
Esta semana, existe una energía en el universo que puede asistirnos para
que permitamos que el universo nos guíe. En momentos en los que no
obtienes lo que quieres, confía en que algo, incluso mejor, viene en
camino. Mientras más certeza tengamos en el universo, más rápido será el
proceso.
Lo que consideramos como desilusiones, por lo general, es la forma del universo de decirnos: “Tengo algo mejor en mente”
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