Para sentirse bien a todos los niveles no basta con hacer una
alimentación adecuada y cuidar nuestro cuerpo mediante el ejercicio. Tu
estado emocional, tus relaciones con los demás, tu trabajo, el ambiente
en el que vives, los momentos de ocio… Todo esto es también importante, y
sobre todo es fundamental que haya una relación armónica entre las
diversas áreas de nuestras vidas.
1. El equilibrio emocional
¿Sientes ira con facilidad? ¿Te sientes a menudo al borde de un ataque
de nervios? ¿Sientes a veces que no puedes con todo, que no eres capaz
de afrontar todo lo que tienes por delante? ¿Sientes tristeza, vacío,
desesperación? Para sentirse bien a todos los niveles es necesario saber
manejar adecuadamente las emociones. Pero, ¿cómo manejar esas emociones
intensas cuando parecen surgir por sí solas y apoderarse completamente
de ti? Veamos dos puntos clave:
a) Controla lo que piensas y podrás controlar lo que sientes
Muchas veces, esas emociones tan intensas y desagradables que sientes se
deben a que no estás pensando correctamente, sino que estás usando un
pensamiento exagerado, ilógico, o estás basándote en ideas falsas y
sacando conclusiones precipitadas, sin pruebas que las avalen. Por
ejemplo, una persona puede pensar: “Lo ha hecho para hacerme daño” (y,
como consecuencia, sentir ira), pero tras indagar un poco descubre que
no es así, de manera que se siente algo molesta, pero no furiosa.
De este modo, ha logrado sentirse mejor al usar un pensamiento más
realista. Por tanto, aprende a usar un pensamiento racional y lógico, y
estarás aprendiendo a controlar tus emociones y tu vida.
b) Practica los opuestos
Si sientes odio a menudo, proponte sentir más a menudo emociones
opuestas (como amor, cariño, agradecimiento…) en cualquier momento a lo
largo del día, tan a menudo como puedas. ¡Anímate a probarlo!
2. Las relaciones
Mantener relaciones sanas, tanto a nivel personal como laboral, es
fundamental para poder llevar una vida equilibrada. Si en tu vida
existen relaciones que te están generando un alto nivel de estrés, es el
momento de analizar la situación planteándote preguntas como:
¿Cuál es el origen del problema?
¿Necesito aprender habilidades sociales para relacionarme mejor?
¿Qué parte es culpa mía y qué parte es culpa de la otra persona?
¿Necesito sacar a esta persona de mi vida y acabar con esta relación? ¿Es una relación destructiva?
¿Necesito ayuda o asesoramiento profesional para aprender a manejar esta situación y salvar la relación?
¿Necesito relacionarme con otro tipo de personas?
Tómate un tiempo para pensar en todo esto y tal vez descubras
información importante que te ayude a tomar decisiones que estabas
posponiendo.
3. Organiza tu vida
Si tienes muchas cosas que hacer, trata de organizarte cada mañana para
librarte de esa sensación de agobio y estrés y tener un mayor control
sobre tu vida. Haz una tabla de horarios si es necesario o utiliza una
agenda.
4. Toma las riendas de tu vida
No dejes que la vida o las demás personas te arrastren como una
marioneta. Tú eres el arquitecto y constructor de tu vida. Incluso
aunque estés atado por circunstancias difíciles, toma tus decisiones,
piensa hacia dónde quieres que se dirija tu vida y en los pasos que
debes ir dando para, poco a poco y con perseverancia, llegar a ese
destino.
5. Mantente en contacto contigo mismo
No pierdas contacto contigo mismo, con tu cuerpo y con tus necesidades
emocionales o de otro tipo: descasa cuando necesites descansar, cuídate
si tienes una enfermedad, pasa tiempo con amigos o con tu familia, pasa
tiempo contigo mismo, practica actividades que te resulten agradables,
busca tiempo para realizar aquello que deseas hacer, plantéate metas y
sueños que alcanzar para mantener la ilusión viva y, sobre todo, sigue
creciendo.
6. Ejercicio y alimentación
Y por supuesto, no olvides hacer ejercicio y una alimentación sana,
variada y equilibrada para darle a tu cuerpo (y a tu mente) todos los
nutrientes que necesita para funcionar a su mejor nivel.
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