La Proporción Áurea, el Número Dorado, la Espiral de Fibonacci, el Número Pi (π), el Número Phi (Φφ), la Proporción Divina, es
decir, muchos nombres para el mismo concepto… pero todos ellos
presentes en la naturaleza y a lo largo y ancho del Universo. Se trata
de una especie de firma para una
majestuosa obra de arte. ¿De verdad creéis que esta perfección es fruto
del azar o la casualidad? A continuación os presento la grandiosidad de
la creación y su geometría sagrada.
La Proporción de Fibonacci, y el “mágico” número áureo se
repite una y otra vez, casi obsesivamente, tanto en la Tierra como en
el resto del universo. Una de las muchas pruebas de que la naturaleza, lejos de ser una amalgama informe y sin sentido (lo que esperaríamos de la actuación errática del azar), sigue unas rígidas normas matemáticamente estructuradas.
“El matemático juega a un juego en el que él mismo inventa las reglas, mientras que el físico
juega a un juego en el que las reglas son proporcionadas por la
naturaleza; pero a medida que pasa el tiempo se hace cada vez más
evidente que las reglas que el matemático encuentra interesantes son las mismas que las que ha escogido la naturaleza”. Maurice Dirac, Premio Nobel de Física en 1933.
“Entre los seres vivos resulta patente el orden, obra de un Poder superior al que yo llamo Dios.
Es en este punto donde coinciden la fe y la verdad científica.
La primera de ningún modo contradice a la segunda, sino que la completa
al aportar una comprensión más sencilla del Universo”. Jean Dorst, biólogo, ornitólogo, paleontólogo francés. Miembro de la Academia de las Ciencias.
“El mundo es racional… El orden del mundo refleja el orden de la mente suprema que lo gobierna”. Kurt Gödel, lógico, matemático y filósofo austriaco. Considerado uno de los mejores lógicos de la historia (Teoremas de la Incompletitud).
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