1. No hay ningún destino, sólo el momento presente
Sólo hay ESTO; la presente escena de la
película de tu vida. Sal de la historia épica del tiempo y el espacio,
del pasado y el futuro, de la culpa y la anticipación, y de la búsqueda
de los diferentes estados y experiencias; relaja el foco habitual que
has puesto en ‘lo que se ha ido’, ‘en lo que aún no llega’ – cosas que
no puedes controlar desde donde estás. Sal de la historia de ‘Mi Vida’ y
date la oportunidad de sentirte fascinado por lo que está vivo, aquí,
en este momento. Siéntete curioso por esta emocionante danza de
pensamientos, sensaciones, sentimientos e impulsos que están ocurriendo
justo en donde estás. Recuerda, el Ahora es el único lugar desde donde
las verdaderas respuestas pueden surgir. El momento presente es tu
verdadero hogar, anterior al tiempo y al espacio.
2. El pensar genera sufrimiento
El dolor no es el problema, el problema
es lo que pensamos acerca del dolor; nuestra resistencia a la
incomodidad, nuestro intento de escapar. El verdadero problema empieza
cuando comenzamos a rumiar nuestro dolor, nuestra tristeza, nuestros
miedos, nuestra ira; cuando nos inquietamos con nuestras molestias,
¡retrasando y adelantando la película! Cuando le damos vueltas en la
cabeza a las tristezas de ayer y mañana, en lugar de explorar y
experimentar directamente los momentos difíciles de hoy conforme van
apareciendo.
Añadimos una capa innecesaria de
pensamiento y resistencia a la vida, y esto genera sufrimiento. ¿La
invitación? Sal del pasado y el futuro, de la búsqueda y la lucha, y
reúnete con la vida en el crudo e inmediato ahora, sin juicios y sin
esperar que la ‘paz’, la ‘relajación’, la ‘iluminación’ o cualquier tipo
de cambio llegue. Únete al momento bajo sus propios términos; velo como
un regalo. Déjate tocar por lo agradable y lo desagradable, por lo
placentero y lo doloroso, sin una agenda.
3. Ni los pensamientos ni las sensaciones son personales
Ve los pensamientos y sensaciones como
eventos neutrales e impersonales que surgen en la consciencia. Al igual
que los sonidos que escuchamos, los pensamientos y sensaciones físicas
surgen y desaparecen en forma espontánea, como olas en el océano que
Eres. De nada de eso te puedes escapar, tampoco puedes controlarlo o
eliminarlo. Esa misma actitud amorosa que tienes para con los sonidos,
cultívala para con los pensamientos y sensaciones. Recíbelos con la
misma actitud de amabilidad y curiosidad. Velos como si fueran tus
propios invitados a tu presencia.
4. Tú eres el espacio que acoge a los pensamientos
Los pensamientos no son tú, y no son la
realidad; son sólo sugerencias, posibilidades, rumores, propaganda,
juicios, voces, imágenes, recuerdos o proyecciones futuras – nubes en el
vasto cielo que Eres. No intentes aquietarlos, silenciarlos o
detenerlos, no trates de deshacerte de ellos, ni eliminarlos o
controlarlos. Sé el espacio para ellos, ¡incluso si están demasiado
activos en este momento! Recuerda, si notas los pensamientos, si te
haces plenamente consciente de su movimiento, no te verás atrapado en
ellos. Ellos no te definen. Tú eres el imperturbable contenedor, no el
contenido. Sé lo que eres – el inmutable abrazo para cada pensamiento.
5. Respira en el malestar y en el dolor
Respira en el corazón de las sensaciones
de malestar; dales dignidad. Hónralas, en lugar de cerrarte a ellas y
matarlas de hambre y frío. En una inhalación imagina o siente tu aliento
moviéndose a través de las partes involucradas e imbúyelas con vida y
amor. Llena esa región que se siente incómoda en tu cuerpo con oxígeno,
amor y dignidad. No trates de ‘curar’ las sensaciones. Ellas sólo
quieren ser tomadas en cuenta, ser honradas, y ser incluidas en la
presente escena. Asume que incluso el malestar contiene inteligencia;
que no está en tu contra.
6. La aceptación no es un “hacer”, la aceptación ya ES
La aceptación no significa que algo
desagradable vaya a desaparecer. Eso podría quedarse un rato. No
intentes aceptarlo (porque eso normalmente es resistencia disfrazada),
más bien reconoce que eso YA ha sido aceptado, aquí. Trátalo como algo
que tal vez estaría aquí por siempre. Eso elimina la presión del tiempo,
(tratando de que se vaya, preguntándote por qué “sigue ahí”). Eso ESTÁ
aquí, ahora. Haz una reverencia ante ESTA realidad. Sé curioso. Y
permite que cualquier urgencia, cualquier sentimiento de frustración,
aburrimiento, decepción e incluso desesperación aparezca y sea incluida.
Todo ello es parte de la presente escena, no un obstáculo. ¡Incluso la
sensación de que hay algún obstáculo es parte de la escena!
7. No existe el “siempre”, no existe el “nunca”
En realidad no existe el ‘siempre’ ni el
‘nunca’. Hazte plenamente consciente de esas palabras; son mentiras, y
pueden crear un sentido de urgencia e impotencia; alimentan la historia
de la búsqueda y la escasez. No hay un ‘resto de mi vida’, ningún ‘por
años’, ningún ‘todo el día’. Sólo hay el Ahora, tu único lugar de poder.
A veces incluso pensar acerca de mañana resulta demasiado. Sé aquí.
8. Sólo puedes llegar “allá” a través de ser “aquí”
Muchas veces nos enfocamos tanto en la
meta, en el destino, que olvidamos el viaje, nos desconectamos de cada
precioso paso y generamos estrés. Confía en que el simple hecho de estar
presente te llevará hacia donde tienes que estar. Retira tu atención de
los 10,000 pasos que han de venir, de los 10,000 pasos que aún no das, y
recuerda el paso de este momento, el antiguo y vivo suelo. A menudo no
sabemos hacia dónde nos dirigimos, y eso está bien. Haz amistad con la
incertidumbre, con la duda; aprende a amar este lugar sagrado sin
respuestas. Está vivo y es creativo y está lleno de potencial.
9. Abraza tus tropiezos
Si te das cuenta que te has perdido en
una historia, que te has desconectado, celébralo. Simplemente te has
despertado de un sueño. Una gran inteligencia está viva en ti, un poder
que te permite darte cuenta y conectarte. Has salido de millones de años
de condicionamiento. No te castigues por haber olvidado, mejor celebra
tu capacidad de recordar. ¡A este momento no le interesa si te olvidaste
de él! Olvidar es una parte perfecta de la película. ¡Permítete
olvidar, a veces! Deja que el camino te haga más humilde, en lugar de
tratar de ser ‘perfecto’. La duda, la decepción y la desilusión serán
tus constantes compañeros a lo largo de este camino sin camino. No hay
ningún destino en la Presencia, no hay ninguna imagen de ‘éxito’ que
tenga que defenderse. No puedes equivocarte, cuando no hay ninguna
imagen de lo que es ‘correcto’.
10. Nunca te compares
Eres único; tu viaje es absolutamente
original. Todos podemos ser expresiones del mismo océano de la
consciencia, pero al mismo tiempo, todos somos una expresión única de
ese mismo océano, ¡olas absolutamente únicas! ¡Nunca te compares con
nadie! Cuando comienzas a compararte devalúas tus únicos e
irremplazables dones, talentos y verdades, y te desconectas de tu tan
singular experiencia presente. No compares este momento con ninguna
imagen de cómo pudo o debió haber sido. La sanación se hace posible
cuando dices SÍ al sitio en donde te encuentras ahora, incluso si no es
en el que habías soñado estar ‘ahora’. Confía, y confía a veces en que
no puedes confiar. Tal vez, aquí, puedas confiar en tu falta de
capacidad para confiar, e incluso la sensación de que no puedes soportar
este momento, esté siendo ya aceptada…
Jeff Foster
Fuente: alma-espiritulibre.blogspot.com.ar
fuente: aqui
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