La caléndula (Caienduia officinalis) es una planta perteneciente a la familia de las compuestas.
Tal vez la
característica más destacada de la caléndula sea su flor la cual posee
un vivo color anaranjado y se conserva por mucho tiempo después de ser
cortada.
Propiedades curativas de la caléndula
Esta
planta contiene calendulina, un aceite esencial rico en carotenoides,
carotina, saponina, ácido salicílico y principios amargos, usaremos las
flores, recogiéndolas cuando están bien abiertas y sin humedad.
Analizando
en detalle las propiedades que se le atribuyen no puede sorprendernos
el nombre vulgar de «maravilla» con que se la conoce.
La
caléndula, durante siglos con-fundida con el diente de león, ya era muy
apreciada en la Edad Media, cuando grandes figuras de la medicina, como
Santa Hildegarda y Alberto Magno, la prescribían para las enfermedades
del intestino y del hígado,
y también para curar picaduras de insectos y de serpientes. Mattioli,
en en siglo XI, la recomendaba para curar las enfermedades de los ojos.
En a
actualidad, la caléndula se destaca especialmente por sus virtudes
antiinflamatorias, antiespasmódicas, antisépticas, depurativas y
regularizantes del ciclo menstrual.
Su efecto
sobre el hígado y la vesícula biliar, recalcado por los seguidores de la
teoría de las signaturas a causa del color amarillo de sus pétalos, es
ahora reconocido y ha sido demostrado científicamente. La caléndula
soluciona las deficiencias hepáticas y es colerética.
Su acción
terapéutica sobre el sistema reproductor femenino es grande: provoca el
menstruo retrasado, regulariza el ciclo, reduce la reglas demasiado
abundantes y los efectos colaterales de la menstruación como dolores
abdominales, ansiedad, depresión, insomnio, etc. Es útil tanto en casos
de dismenorrea como de amenorrea. Una cura de caléndula iniciada una
semana antes de la regla ayudará a superar el periodo sin dificultad.
Recientemente se le han atribuido efectos anticancerígenos, sobre todo si se aplica en pomada sobre los tumores de la piel.
Es una de
las plantas que más destacan como vulneraria. Para uso externo tiene
propiedades cicatrizantes, antiinflamatorias, emolientes y antisépticas,
por lo cual podemos usarla sobre heridas, llagas, eccemas, contusiones,
callos, verrugas, impétigo, úlceras, inflamaciones cutáneas y, como
colirio, en casos de conjuntivitis.
En uso
interno cicatriza las úlceras de estómago y de duodeno, y resulta
efectiva en casos de gastritis y gastroenteritis. Su efecto terapéutico
parece más evidente cuando se la asocia con la ortiga. Es una fantástica aliada de la belleza del cutis.
Remedios e infusiones con caléndula
Infusión de caléndula para el hígado grado: 1 cucharada de flores por taza de agua. 3-4 tazas al día.
Infusión de caléndula cicatrizante: Doble dosis que la precedente. Como loción facial y colirio. Para lavar heridas y efectuar lavados vaginales.
Remedio de caléndula para llagas: 200 gr de planta seca por medio litro de alcohol puro de 96°. Dejar macerar 9 días y filtrar. Para uso externo.
Remedio de caléndula para las contusiones: Macerar durante 15 días 100 gr de flores en 500 gr de orujo. Tomar 20 gotas en agua tres veces al día.
Remedio de caléndula para la piel seca:
Llenar un tarro de cristal con flores secas de caléndula y verter
aceite de sésamo o de germen de maíz hasta cubrir las flores. Macerar
durante 40 días. Aplicar, mediante una bolita de algodón, sobre las
zonas resecas de la piel.
En forma de aceite y de tintura es componente imprescindible de un botiquín natural.
fuente: aqui
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