La necesidad de complacer es una de las más grandes formas de ego que te mantendrán separado del propósito de tu vida.
Rav Brandwein, el maestro de mi padre, el Rav Berg, dijo una vez: “Cuando llegamos al cielo, se nos pide que nombremos los más grandes logros de nuestra vida. Algunas veces la gente dice ‘¡todo el mundo me amó!’. Pero esas personas están en un error muy grande. Básicamente están diciendo que no hicieron nada en sus vidas excepto lo que otros querían que hicieran. Y sea lo que sea que esto signifique, estuvieron dispuestas a hacerlo”.
Más importante que hacer felices a otros es hacer lo que sabemos en nuestro corazón es lo correcto para nosotros.
Lucha por lo que crees. Tal vez esto no te haga la persona más popular pero te dará paz en tu corazón y en tu mente.
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